Un total de 1.224 supervivientes de la violencia machista, 632 mujeres y 592 menores y personas dependientes a su cargo, han recibido desde enero hasta finales de junio protección, un hogar seguro y una atención integral (psicológica, jurídica o sociolaboral) en la red de centros del Servicio Integral de Atención y Acogida a Mujeres Víctimas de Violencia de Género del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).

La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha destacado estos datos en el Parlamento andaluz, donde ha recordado que la Junta de Andalucía tiene como prioridad la recuperación integral de las víctimas de violencia de género, más allá de su protección y seguridad, «consciente de que la autonomía y la estabilidad psicosocial resultan imprescindibles para impulsar su autoestima, su integración social y la recuperación de una vida normal, independiente y libre de violencia». Desde su puesta en marcha en 1999, la red de acogida ha atendido a un total de 51.586 personas.

Sánchez Rubio ha explicado que la red está compuesta por tres niveles de atención: Centros de Emergencias, Casas de Acogida, y Pisos Tutelados, a los que se accede desde el IAM y sus centros provinciales, además de la línea gratuita 900 200 999.

La red cuenta en la actualidad con un total de 471 plazas en toda Andalucía, constituyendo la más amplia de España, con 34 centros de atención y acogida, de los que nueve son centros de emergencia que dan cobertura inmediata a las necesidades de protección y seguridad de las víctimas; ocho casas de acogida compuestas por 52 pisos que, además de acogida, proporcionan las herramientas sociales, psicológicas y jurídicas indispensables para salir de la violencia, y 17 pisos tutelados, viviendas independientes para uso familiar, ubicadas en edificios y zonas normalizadas, destinadas temporalmente a favorecer la autonomía de las mujeres, una vez que han pasado por los otros dos recursos.

El servicio tiene un equipo de personas profesionales que trabajan de manera multidisciplinar con las víctimas, ofreciéndoles terapia psicológica, asesoramiento y acompañamiento jurídico, orientación laboral y apoyo social. El servicio incluye además un programa de becas anuales para la formación a distancia de mujeres acogidas, con el objetivo de mejorar su empleabilidad y nivel de autonomía. Junto a ello, la red desarrolla diversos programas para la atención integral a las personas menores (a nivel psicológico, lúdico o escolar) para su plena adaptación al nuevo entorno en el que viven y su total recuperación psicosocial, con el fin de minimizar las secuelas de la violencia machista sufrida durante la infancia.

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