La verdadera bicha que cuando se le menta a los poderosos en España les hace palidecer es Podemos. En estos momentos de incertidumbres estratégicas, la clase dominante ha redoblado sus esfuerzos para que su dirigente máximo fenezca políticamente hablando. Quieren que Pablo Iglesias desaparezca del ágora política al precio que sea y utilizando todos los mecanismos a su alcance, toda vez que han visto que potenciando a los disidentes no ganaban mucho. No sólo fueron las cloacas del Estado, sino todo el poder mediático utilizado para que abandonase la ciudadanía su voto a la formación morada. Nunca ha sido el partido utilizado para acabar con el PSOE, el problema es que pensaban que no eran peligrosos y sólo unos alborotadores, pero los buenos resultados electorales (incluidos los 42 escaños actuales después de todo lo ocurrido) y la posibilidad de sostener un gobierno del PSOE ha asustado y mucho.

Decía esta semana el profesor Jorge Verstrynge, en conversación con Juan Carlos Monedero, que le habían contado desde inteligencia que seguía en la mente de los poderosos acabar como fuese con Iglesias. Y a eso se están dedicando con especial fruición los medios de información controlados por la clase dominante. Ayer mismo, interpelando a que alguien contestase por qué en el PSOE no se respondía sobre las propuesta programáticas de Podemos, advertíamos que se iba a seguir diciendo que Iglesias sólo quiere cargos, que todo el problema está en las ambiciones de poder del dirigente morado. Pues no han tardado en ello, ayer mismo editoriales pidiendo al PSOE que resista a la ambición del líder de la coleta. Lo hacían de forma que también quedase perjudicado el presidente en funciones pero siempre insistiendo en que Iglesias sólo quiere ministerios. No es la primera vez que advertimos de esta caza a la que se está viendo sometido Iglesias pero en aquella ocasión no había posibilidad de formar gobierno y se esperaba que no la hubiese.

Tampoco las tropas mediáticas más progresistas, incluidos sus plumillas de cabecera en medios cavernarios, han dejado por un día la crítica a Iglesias. Juegan, por un lado contra el veto al sanchismo de Albert Rivera (a quien también se quieren llevar por delante) y, por otro lado, a azuzar el fuego contra Iglesias al decir que está “condicionando” la investidura. Incluso se ha podido leer en los medios del establishment que Iglesias es menos de izquierdas que George Marchais, secretario general del Partido Comunista Francés, quien negoció un gobierno de coalición con François Mitterrand, pero no aceptó entrar en el gobierno porque le parecía mal que un jefe de un partido estuviera bajo el mando de otro jefe de partido. Para más inri le indican a Iglesias que ese gobierno de coalición terminó con el hundimiento del PCF al bajar del 20% al 10% de los votos en las siguientes elecciones. No termina ahí la historia que le han sacado de Marchais, sino expresan para que le quede grabado a fuego al dirigente morado que hubo muchas discusiones y peleas en ese tipo de gobierno. Y que “los comunistas son todos muy malos” le ha faltado decir al columnista. El contexto histórico no interesa en este tipo de artículos encaminados solamente a denigrar la opción de que Podemos sea parte del Gobierno.

No sólo está el ataque contra la posibilidad de un Pablo Iglesias ministro, o de personas elegidas por Podemos (ya dijimos que en el PSOE al que no quieren ni en pintura es a Iglesias), sino que se atreven a advertir que ya ha pasado el tiempo y es obligatorio que Iglesias haga algo, que se ponga en movimiento para aceptar las canonjías menores que le han ofrecido. Cuando puede ser que haya sido al contrario.

Desde el PSOE se ha dado un ultimátum a Iglesias sin responderle sobre las propuestas programáticas y, como ha expresado perfectamente José Antonio Pérez Tapias, humillando a quien debería ser aliado. Aquel “Somos la izquierda” que postulaba coaliciones de ese tenor, de hecho Sánchez forzó a hacerla a García-Page en Castilla-La Mancha, por ejemplo, parece que al tocar poder se ha transformado en la “izquierda soy yo” y el resto deben adorarme y hacer lo que yo diga. Se ha conocido, además, que Sánchez hubiese tenido como vicepresidente a Rivera cuando el “pacto del abrazo” dejando la argumentación que ha repetido José Luis Ábalos sobre la no posibilidad de alcanzar sólo con esos votos la mayoría absoluta. Tampoco los alcanzaban en la Comunitat Valenciana y están tres partidos en el Gobierno.

Por si fuese poca la tunda que le están dando a Podemos y su jefe, que se suman los análisis tipo “no es de fiar porque un personaje tan histriónico dejaría en mal lugar al gobierno”. En el debate a cuatro el más moderado fue Iglesias así que presuponer que el juego llevado a cabo en los medios, producto de la sociedad espectáculo, impide a una persona utilizar otros registros y trabajar con lealtad tampoco se sostiene. Pero en los medios no cejan en fomentar cualquier tipo de análisis peregrino. Hay que acabar con Iglesias de la forma que sea, incluso alentando la esperanza del errejonismo como partido a sustituir a Podemos, o presentar lo que es un modelo de confederación, como expresó Ganfornina, como una escisión que están perpetrando en Adelante Andalucía. Mentiras o medias verdades (que no dejan de ser mentiras en sí) para derribar a Iglesias.

Piensan en el establishment que sin Iglesias Podemos se derretirá (algo en lo que pueden tener razón) y dejará de ser un problema. El espacio a la izquierda del PSOE quedará huérfano sin más y así se estabilizará en sistema de partidos. Porque sin Iglesias, Errejón no es necesario y se le negaría el pan y la sal. En el PSOE están contentos con esta estrategia porque piensan que serán el único partido de la izquierda y podrán pactar tranquilamente con un Ciudadanos sin Rivera. Iglesias no puede estar en el Gobierno porque el PSOE no quiere quien le haga sombra, ni que le impida pactar hacia la derecha en la mayoría de políticas de Estado si quiere aguantar los cuatro años de legislatura. Bastante tienen con aguantar que les tocará pactar con ERC y PNV de momento, para compartir protagonismo.  Y si por el camino se cargan a Iglesias mejor que mejor.

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