Por una vez, y sin que sirva de precedente, los políticos se han reunido para trabajar sobre la actualización de la línea de Metro número de 3 de Sevilla, la cual aún no está ni construida. Bueno, ni la 2 ni la 4. Pero ha sido menester reunirse la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, en las personas del consejero Felipe López y el alcalde Juan Espadas, con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, a fin de alcanzar un acuerdo para ampliar la inexistente línea del Metro sevillano.

Tras este encuentro, a solicitud del Gobierno andaluz y del consistorio sevillano, se ha acordado crear una comisión técnica con representantes de las tres administraciones para abordar y estudiar el proyecto de la línea 3 y analizar también los recursos y modelo de financiación más convenientes para su ejecución. En concreto, la propuesta planteada por Junta y Consistorio se refiere a la construcción de un tramo de la línea 3, el que va desde El Prado hasta la barriada de Pino Montano, cuyo coste estimado supera los 700 millones, según el proyecto que ya tiene redactado la Junta. Una forma de tener un arma electoral arrojadiza a los demás partidos de la oposición.

Es normal que el consejero haya mostrado su satisfacción por la “provechosa y productiva” reunión mantenida con el ministro y por la implicación de su departamento, lo que supone un primer paso para el impulso de este trazado que, haciendo una valoración personal, “es el más rentable social y económicamente, puesto que su previsión de viajeros es de 14 millones anuales, lo que supondría duplicar el actual volumen de usuarios que registra el suburbano, además de conectar con la línea 1 actualmente en servicio”. Una pura especulación pues se carecen de datos objetivos de la propia línea 3 al no estar en funcionamiento. Ya ha sucedido con otras obras como las radiales o el metro ligero madrileño, por ejemplo, donde las previsiones no fueron las previstas.

Aun así, el consejero Felipe López se ha comprometido a enviar “inminentemente” el contenido del proyecto para la ampliación del metro a través de este tramo de la línea 3. Todo ello con la voluntad de avanzar en el análisis y el acuerdo técnico y también en la futura financiación que podría contar con el respaldo de fondos europeos. El consejero ha destacado la cooperación y la lealtad entre las administraciones “que nos permitirá compartir esfuerzos y llegar a una conclusión sólida para mejorar la movilidad sostenible en Sevilla y su área metropolitana”, confiando en alcanzar un acuerdo para encontrar la financiación más cómoda y mejor para hacer realidad el proyecto.

El alcalde de Sevilla, por su parte, ha subrayado que “hoy se han sentado las bases para un acuerdo político que supone desbloquear un importante proyecto para la ciudad como es la ampliación del metro, uno de los objetivos de este mandato”. Una ampliación sobre el papel y la imaginación de la ciudadanía sevillana, porque raíles, raíles funcionando aún no han visto.

La Junta ha recordado, como no podía ser, que la construcción del metro de Sevilla supuso un “importante esfuerzo presupuestario” para las arcas autonómicas, que difícilmente podría haberse llevado a cabo sin el respaldo y la cooperación del Gobierno de España como ahora se ha acordado para afrontar su ampliación. De hecho, en la línea 1 el Estado aportó 218 millones de euros, un tercio de la inversión inicialmente prevista, un compromiso compartido que Junta y Consistorio pretenden reeditar como modelo para la ampliación de la red. Además, la Junta y el Ayuntamiento han puesto de manifiesto que el Estado ha participado siempre en la construcción de los suburbanos que están en funcionamiento en las grandes ciudades de España.

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