Las huestes susanistas, al contrario que en otros lugares de España, estaban contenidas y sin criticar a Ciudadanos. De hecho, si se fijan un poco, nada o casi nada han participado de la campaña a nivel estatal contra Ciudadanos por hacer presidente de Madrid a Ángel Garrido del PP. Había órdenes de la superioridad para no tocar al socio de gobierno, al que les iba aprobando los presupuestos, porque no eran rival. Hasta que comienzan a serlo y en Ciudadanos han olido la sangre que mana del cuello electoral de la presidenta. Ayer mismo, Albert Rivera lanzó el mensaje nítido y claro a sus huestes andaluzas, se acabó la contemplación con Susana Díaz y demás populistas y corruptos de Andalucía. Hay que ir a ganar.

“Ciudadanos tiene que gobernar en Andalucía, aquí vinimos para quedarnos” ha dicho durante el desayuno informativo del Ideal de Granada. Un aviso que supone que ya no aprobarán presupuestos, que comenzarán a criticar lo hecho por la presidenta andaluza y lo no hecho por el PP, pues hay que recoger votos a ambos lados. Básicamente buscarán en los EREs y demás casos que aún pululan por los juzgados contra el PSOE y en la corrupción del PP (que también la hay en Andalucía). O ¿es que el cambio de actitud en los juzgados de Almería respecto a la causa Amat, por ejemplo, es producto de la espontaneidad? Van a por Susana Díaz porque quieren sumar regiones. Y, a diferencia de otros lares, en Andalucía el lenguaje españolista, demagógico y populista tiene un mayor caladero. Sólo hay que robárselo al PSOE, y más ahora que se ha vuelto andalucista.

Pensaba la presidenta de la Junta de Andalucía que estaba a salvo del ataque de los poderes fácticos. Que como ella se había rebelado para dar el poder al PP mediante la abstención, estaba protegida del ataque en favor del cuñadismo naranja. Pensaba que el establishment que tan bien la trata y agasaja, la tenía a salvo. Pues no. Necesitan los votos de Andalucía para suplir el de otros lugares que son más complicados de obtener, y a por ellos van. Al menos, estas son las pretensiones pese a que la presidenta de la Junta tiene a muchos medios a su favor y el Gran Hermano andaluz, Canal Sur.

“La única forma de derrotar al nacionalismo es que los españoles nos unamos. Quienes creemos en la libertad, en la igualdad y en la cooperación con otros países tenemos mucho futuro por delante y nadie nos va a frenar”, esta frase perfectamente podría haber sido dicha por Díaz, pero no, ha sido Rivera. Por eso, es cambiar un color por otro, una cara por otra y el lenguaje prácticamente sería el mismo. La neolengua pasa de unas manos a otras. Susana Díaz se pensaba intocable y parece ser que no, que ya le toca el turno de pasar por la trituradora mediática naranja. Roma no paga traidores.

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