La cuenta 413, que podría parecer el nombre de una película, es, sin embargo, el totum revolutum de la Diputación de Almería. Allí se guardan las facturas de todos los gastos que se realizan sin partida presupuestaria. Gabriel Amat, según las cuentas que se van conociendo, parece tener afición a gastar sin presupuestar. La diputación almeriense es la segunda del país con “más facturas en los cajones” como denuncian desde Izquierda Unida. El equipo de gobierno presenta presupuestos falseados porque saben que se van a gastar el dinero recurriendo a la cuenta 413.

María Jesús Amate denuncia que “siempre hemos criticado el reconocimiento extrajudicial de créditos por falta de presupuesto en las partidas y a la vista está que tenemos razón: los presupuestos que presentan son ficticios porque luego se tienen que hacer gastos que realmente no estaban presupuestados y el PP va gestionando a fuerza de cambios y cambios”. Una vez más queda demostrado el estilo de Amat en sus gobiernos, tanto en diputación como en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar. Hace y deshace como un aristócrata medieval que sólo debe obediencia a su rey, en este caso Mariano Rajoy.

Y no es poco el dinero gastado de esa forma. IU expone que “la Diputación Provincial de Almería ha llegado a tener casi seis millones de euros en facturas que no están reflejadas en las partidas presupuestarias y tienen que meterse en la cuenta 413 porque no tienen presupuesto adjudicado para llevar a cabo estos gastos. Estos millones son los que el Partido Popular se gasta de dinero público en cuestiones varias que no están contempladas en el presupuesto y se meten después en esa cuenta, dinero del que disponen libremente mientras que se niegan otro tipo de cuestiones necesarias para la provincia y que desde IU venimos demandando desde hace tiempo por el bien de los municipios, para lo que se trabaja desde Diputación”.

Este dinero extrapresupuestario es utilizado para, como vienen denunciado desde la izquierda, hacer publicidad encubierta de los gobiernos del PP en la provincia. Una especie de Gürtel o Púnica hecha desde las instituciones. Son los municipios de más de 20.000 habitantes, muchos de ellos autosuficientes pero gobernados en su mayoría por el partido conservador, los que se llevan las adjudicaciones a dedo de esos millones. Se deja fuera, como denuncia Amate, a los pequeños pueblos que son los que más necesitan del apoyo de la Diputación.

 

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