Inés Arrimadas sigue sin ofrecer nada que tenga que ver con Andalucía en la gira que está realizando en el sur peninsular. Sigue, como dijimos días atrás, hablando de cuestiones que tienen que ver con Cataluña y no con Andalucía. Lo que es paradójico porque ella es andaluza en origen. Claro que como tampoco es que salga mucho de Huelva pues igual ha pensado que Andalucía es sólo la tierra onubense y con dos frases está todo hecho. Ayer, sin más, dedicó la mañana a decir: “No podemos permitir que aquellos que dieron un golpe contra la democracia tengan, además, la llamada de gracia del gobierno de España para intentar que la abogacía del estado rebaje su acusación”. Algo que, como todas las personas saben, afecta profundísimamente a los abusos sexuales perpetrados contra las temporeras de la fresa, o el estado de la minería en la provincia. Cataluña es fundamental para el desarrollo andaluz según está establecido en la cabeza de Arrimadas.

Está también preocupada, sin ser diputada por cierto, de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se esconda para no decir si aplicaría el indulto o no a los políticos presos catalanes. De hecho, ha querido recordar que Ciudadanos ha registrado una proposición no de ley “para que se prohíban los indultos a aquellos que dieron un golpe contra la democracia en Cataluña el año pasado”. A los corruptos no ha dicho nada Arrimadas de prohibir, pero a unas personas que aún no han sido juzgadas y por lo tanto no se las puede indultar, a esas sí por si las moscas. Saben en Ciudadanos que los políticos catalanes van a ser condenados sí o sí. Una de dos, o bien porque tienen contactos en el poder Judicial y ya les han contado que están sentenciados, o bien porque ella ya ha dictado sentencia y sólo puede ser esa. Lo que bien pensado, dada la mentalidad de secta que tiene el partido naranja, es lo más lógico. Son Rivera y cía. quienes deciden las sentencias debido a que ellas y ellos son seres superiores que traen la única verdad posible a los demás que son simples mortales.

En el momento en que Arrimadas ha dejado el tema catalán, que tan pesado se hace para la gran mayoría de andaluces y andaluzas, para hablar de Andalucía ha recurrido a tópicos típicos, por no decir la demagogia más aberrante. “Creemos en Andalucía y nunca la hemos dado por perdida” ha dicho. Frase enigmática donde las haya porque, siguiendo con las paranoias de Arrimadas y el resto de congéneres de la secta naranja, debía ser que Andalucía había iniciado algún proceso de emancipación y no nos habíamos dado cuenta. Porque, que se sepa, Andalucía es de los andaluces y andaluzas no de Ciudadanos, para que la hubiesen perdido. Tampoco es que ganasen las últimas elecciones, ni lo harán las siguientes según los sondeos. Por tanto es una frase que sólo puede ser producto de otra de sus represiones psicológicas, esto es, pensar que España entera es suya y les debe ser devuelta mediante las elecciones. Algo que les llevaría, sin duda, al neofalangismo.

Y ya. Nada más sobre Andalucía. Salvo pasearse al lado de Juan Marín por las calles de Jerez de la Frontera, poco más. Así piensan ayudar a su partido en territorio andaluz. Hablando de Cataluña, de Pedro Sánchez y de ETA (sí, porque quieren recuperar el peligro etarra, no se lo pierdan). Demuestra Arrimadas que no tiene discurso alguno, que es puro marketing, que no se puede salir del discurso del odio hacia los catalanes y catalanas que no piensan como ella, que todo es pobreza intelectual y pereza para estudiarse dos o tres cosas del programa de Ciudadanos. Aunque en este último aspecto les da igual en la formación naranja. El programa lo tienen porque no tenerlo sería más perjudicial, pero su único programa es lo que beneficie al Ibex-35. Y en Andalucía a los empresarios y terratenientes. Entonces, pensará Arrimadas ¿para qué preparar algo? Simpleza total, que sumada a la de Marín, presenta un encefalograma político plano.

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