Foto: Irene Lingua

El recorte al autogobierno de Catalunya no ha llegado ni por la Ley de Seguridad Nacional ni por el famoso artículo 155 de la Constitución. Mucho menos por el artículo 8 sobre las Fuerzas Armadas. La Generalitat ha perdido el control de sus finanzas con Montoro aplicando la Ley Orgánica 20/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Una ley orgánica requerida por la reforma exprés del art. 135 de la Constitución (¿recuerdan?) exigida por la Troika. Una de las leyes con las que se ha aplicado la Austeridad ha servido también para acabar con la autonomía financiera de la Generalitat de Catalunya. Una ley, por cierto, votada por CiU.

No es casualidad y mucho menos un subterfugio legal del Gobierno del PP. La austeridad junto a la «financiarización» de la economía han sido fuerzas devastadoras para la soberanía popular de los pueblos de Europa. Cuando Zapatero recibió una carta del presidente del BCE exigiendo en nombre de la Troika y los países acreedores la reforma constitucional del art. 135 para constitucionalizar el pago de la deuda nadie en el PSOE ni en el PP recordó que “la soberanía reside en el pueblo de España” y no en los países acreedores ni tampoco en las finanzas de Londres, París o Frankfurt. Nadie alzó la voz. Cambiaron la Constitución española un agosto de 2011 y después vinieron las leyes de la austeridad que han asfixiado a los ayuntamientos y comunidades autónomas, un sacrificio en las políticas sociales de las administraciones más cercanas que pagaron las clases sociales más desfavorecidas. No es casualidad que estas leyes sirven hoy al Gobierno del PP para quitar competencias y atacar al autogobierno de Catalunya. Fueron pensadas como mecanismos disciplinarios y así funcionan. Aquella austeridad tuvo alumnos aventajados, entre ellos Artur Mas, con el pueblo rodeando el Parlament contra sus recortes presupuestarios.

Los mecanismos pensados para imponer la Austeridad tras la crisis financiera carecen de las garantías democráticas y de los procesos parlamentarios que se habilitaron en otros procedimientos, como el art. 155 de la CE o la Ley de Seguridad Nacional, para evitar un uso arbitrario o excesivo por parte del Ejecutivo. La Austeridad no solo se ha impuesto contra la soberanía, sino que ha supuesto un recorte democrático favoreciendo la autoridad del Poder Ejecutivo y una recentralización de la administración. El mismo mecanismo que impone recortes y austeridad, en este caso la Ley de Estabilidad Presupuestaria, se impuso al gobierno del cambio en el Ayuntamiento de Madrid denegando su Plan Económico Financiero y se impone ahora a la Generalitat de Catalunya apartando a su vicepresidente y conseller de Economía y Hacienda de las finanzas.

Sin tanques, sin proceso en el Senado, sin estado de excepción. Son las leyes de la Austeridad las que trabajan en favor del Autoritarismo y de la Recentralización. La austeridad ha supuesto una involución nuestra democracia. Por eso, la alternativa para recuperar soberanía y ampliar la democracia pasa primero por derrotar las políticas -y las leyes- de la austeridad. Recuperar la democracia para que Catalunya gane el derecho a decidir.

 

 

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