El presidente de la Región de Murcia, dentro de su estrategia de buscar el enfrentamiento con el Gobierno de Pedro Sánchez, ha publicado un tuit en el que afirma que el día 31 de agosto el AVE habría llegado a Murcia, olvidándose que esa llegada de la alta velocidad se habría llevado a efecto en contra del pueblo murciano que quería un AVE soterrado, tal y como llegará tras el anuncio de Diego Conesa. López Miras ha olvidado en su tuit decir al pueblo de Murcia que, una vez que se hubiera inaugurado la línea de AVE ya no se habrían soterrado las vías y hubiese supuesto un engaño más del PP a los ciudadanos. Todo ello en aras del rédito electoral.

Ahora López Miras no tiene otra salida que buscar la confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez para ocultar la gestión nefasta que ha hecho el Partido Popular en esta legislatura. El AVE es uno de los puntos de confrontación y el otro es las políticas hídricas en el que parece querer retomar la guerra del agua cuando se mantuvo callado mientras gobernó el Partido Popular. Parece ser que los problemas del agua en la Región de Murcia se inician cuando gobierna el PSOE y desaparecen cuando es el PP quien ocupa la Moncloa.

La realidad es que el día 31 de agosto los murcianos han logrado evitar que la ciudad queda partida en dos. El secretario general de Podemos Murcia, Óscar Urralburu, ha afirmado, en respuesta a López Miras, que el AVE que iba a traer «supuestamente el Partido Popular, es un tren que jamás se iba a soterrar. Iba a dejar en la marginación y convertidos en guetos a los barrios del sur de la ciudad. La lucha incansable de estos vecinos ha hecho que hoy podamos respirar y celebrar que el PP no ha podido salirse con la suya a costa de la dignidad de la vida de decenas de miles de familias», para añadir que el día de ayer debería celebrarse que el PP no haya conseguido «encasquetarnos un AVE que nunca iba a soterrarse. Hemos conseguido evitar otra obra faraónica cuyo resultado sólo beneficiaba al propio Partido Popular».

López Miras afirmó en un acto con regantes que «los gobiernos que no quieran trasvases ni un acuerdo nacional para solucionar el problema del agua, me van a tener enfrente». Para defender ese argumento frentista ha vuelto a echar mano de las declaraciones de Pedro Sánchez sobre el Trasvase Tajo-Segura o las de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, acerca del cambio de la política de trasvases.

En su fanatismo trasvasista que no reconoce como válidas otras opciones para solucionar los problemas hídricos de la Región de Murcia, López Miras ha afirmado que «estaré luchando para que el acuerdo nacional del agua sea una realidad y que haya trasvases».

Con una actitud tan similar a la de Albert Rivera en repetir y repetir reivindicaciones, ¿cómo pretende López Miras que se llegue a un gran pacto nacional del agua basado en el consenso? Para poder llegar a un consenso es necesario saber escuchar y el fanatismo suele cerrar los oídos.

Las deficiencias en la gestión no pueden ser tapadas con una guerra abierta contra el Gobierno cuando mientras gobernó Mariano Rajoy en San Esteban se escuchaba hasta el zumbido de las moscas.

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