Desde el comienzo de la singladura de Diario 16 Mediterráneo se ha caracterizado por la crítica a Ciudadanos, pues ya vislumbrábamos el peligro inherente a su “cuñadismo ideológico”. Medios de comunicación de un lado u otro, pero todos del establishment al fin y al cabo, callaban en sus análisis las derivas totalitarias de la formación naranja. Reían las gracias de su dirigente máximo, Albert Rivera, y cómo le gustaba (y gusta) apuntarse los tantos de los demás. Pero tras de eso nada, algún día una columnilla suelta y poco más. Los analistas del periódico, sin embargo, ya antes cuando estaban en Diario 16 advirtieron lo que suponía Ciudadanos. Daba igual que un concejal suyo utilizase a un discapacitado para evitar que expulsasen a su “contacto” en una empresa pública tras una agresión, o que se mofase por el peso de una concejala. O que fracasasen en su gestión en Valdemoro dejando una deuda mayor de la que encontraron. Había que reírles las gracias.

Y había que reírselas porque Ciudadanos se pensaba como ese comodín que podía servir para un roto o un descosido. En Andalucía el mandato del susanismo era no criticar porque apoyaban al gobierno, y ahora van a por ellos. En Madrid, tres cuarto de lo mismo. En la cúpula del PSOE, y aún lo sigue afirmando su dirigente máximo Pedro Sánchez, no se veía a Rivera como competencia y sí como aliado. En Génova daban poca importancia, al fin y al cabo apoyaban al Gobierno pese a su cuñadismo. En Podemos, dependiendo del día, o les atacaban, o se enredaban en atacar al “viejo” bipartidismo. Todo ello sin percatarse de que Ciudadanos tenía a toda la prensa del establishment detrás y a la propia clase dominante. Les han dejado hacer y les están comiendo la tostada… por tontos. Les están quitando de en medio para hacerse los “camisas naranjas” con todo el pastel. Incluso los medios de la “izquierda” pasaban de los “cuñados” porque no afectaba al discurso populista de Podemos. Pues ahora se comprueba que los populistas no venían de morado sino de naranja. Y con un olor fascistoide que echa para atrás. Hoy mismo en nuestro medio tienen un magnífico análisis de José Antonio Gómez sobre la cuestión, o hace unos días un análisis del Editor, Manuel Domínguez Moreno.

Por eso, sólo nos cabe decirles que: “Bienvenidos a la crítica”. Aunque igual sea ya demasiado tarde. Cualquier crítica actual, por mucho que venga de la izquierda, puede ser baldía porque ya tienen una base fuerte. En el PP ven cómo se están quedando sin soldados por fugas masivas de afiliados y cuadros del partido que preguntan en muchos lugares de España si se pueden pasar con armas y cargos. Ante un partido que huele a podredumbre corrupta, salen las ratas huyendo hacia la casa naranja. Desde el PSOE niegan la mayor aún. Al menos públicamente porque espera ganar y que Ciudadanos les sirva de bastón gubernamental. No se dan cuenta de que el PSOE empieza a sobrar al establishment. Salvo en dos o tres sitios, en el resto de regiones van a apoyar con todo su arsenal a los naranjas para que obtengan poder territorial y así poder cobrarse los apoyos. Y Pedro Sánchez a verlas venir, claro. Virando a la derecha para ganarse el favor de los medios, acudiendo a todos los medios hoy, mientras que ayer (como hoy) negaba el pan y la sal a los pocos medios que le apoyaron, y enrocándose en un discurso nacionalista que choca con lo que prometió a sus bases hace un año. Y todavía sale criticando a Pablo Iglesias porque éste muestra una incoherencia entre lo que dijo y lo que hace… debería mirarse en el espejo y no obnubilarse con la belleza. Que le va a pasar lo que a Narciso, que de tanto mirarse en la fuente acabó por caerse a la misma y morir. ¿No ve Sánchez que su Némesis es Rivera, no Iglesias?

Más de un año de lucha contra el populismo del establishment.

Desde el comienzo en Diario 16 hemos sido conscientes algunos analistas del peligro del cuñadismo. De hecho, así titulamos el Congreso de Ciudadanos: “Ciudadanos inaugura el cuñadismo 3.0”. Que no es más que una versión del populismo sistémico que también analizamos hace unos cuantos meses, cuando aún les reían de sus gracias. Hoy cuando todo el mundo se asusta del poder que han obtenido, igual deberían recordar que ya advertimos que el establishment mediático se había puesto de su lado. Todo el establishment mediático y económico. Y cómo narrábamos que en algunos medios de comunicación está prohibido tajantemente hablar mal de Ciudadanos. Es más, ahora que algunos sacan noticias sobre la posible financiación irregular de Ciudadanos, aquí ya lo habíamos advertido hará más de un año.

También es verdad que recibimos lo nuestro, con jefes de prensa llamando a la dirección del periódico para decir que quitasen algún que otro artículo porque no recogía su punto de vista, como sucedió en la quiebra técnica de Valdemoro. Hoy, Guillermo Gross ha abandonado la política, pero la culpa era de unos plumillas. Y hubo gente incapaz que les creyó y les cree hoy en día. Y cuando criticó cantar La Internacional todos los medios le rieron la gracia, no sabiendo ver que lo que estaba poniendo en cuestión era cualquier opción política de izquierdas. Que La Internacional era pecado y destilaba un tufillo marxista peligroso. Porque igual a Rivera le gusta más Montañas Nevadas. Sólo se les ha criticado en temas feministas con cierta amplitud desde la prensa que se dice progresista o de izquierdas. Pero aquí hemos advertido del intento de acabar con lo público, como las Universidades.

En Diario 16 Mediterráneo, no nos hemos cansado de denunciar lo que veíamos como un peligro para el propio sistema político y un engaño total que puede perjudicar a la ciudadanía española. Como hicieron con Emmanuel Macron en Francia, están intentando hacer en España con Ciudadanos. Una derecha, muy derecha, pero con cara amable y buen peinado, y que sigue vinculada al aznarismo. Que como se comprueba día a día no es más que la corrupción llevada a su máximo extremo. Hasta, le hemos dicho a M. Rajoy que tuviese cuidado. Pero ya es demasiado tarde tal vez. El odio que destilan las palabras de los dirigentes de Ciudadanos y su principal cabeza, parecen inocularse en el inconsciente colectivo de los españoles. Hemos venido dando una batalla en solitario, en muchas ocasiones, desde este medio. Pero no nos vamos a arredrar ante Ciudadanos, ni el establishment, ni los que les bailan el agua, de aquí o de allí.

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