Parece que en el ámbito del marketing del desaforado capitalismo ya vale todo con tal de promocionarse. No hay ética, ni moral, ni dignidad salvo lo que queda expresamente prohibido por ley. Siguiendo esta línea los jefes del Burger King han traspasado la línea de la indignidad y de la chanza a costa de las penurias de la personas. Utilizar el mal ajeno, en este caso, les parece hasta bien a los responsables de la empresa de comida basura. “Está causando ruido y era lo que esperábamos” ha manifestado la responsable de marketing Bianca Shen a El País.

La cadena de fast food ha presentado una campaña de publicidad donde, directamente, se ríen del trabajo precario que sufren los españoles y las españolas. Si observan la imagen que encabeza estas líneas, se puede ver que se solicita para trabajar de repartidor en la compañía de comida basura idiomas, carrera universitaria, diversos conocimientos en materias distintas y para cachondeo nociones musicales. Seguramente la señora Shen (la que está al lado de Susana Díaz en la imagen de abajo, para que la conozcan) no cumpla con ninguno de esos requisitos y esté menos cualificada que alguno de sus propios trabajadores, pero el caso es reírse de la ciudadanía española y sus problemas.

Por este motivo, no vendría mal hacer un boicot real a Burger King. Ahora que vienen fechas en las que es más fácil que se acuda en algún momento a este tipo de establecimientos se evite pisar los de esta cadena que tanto se ríe y que tanto disfruta haciendo ruido con los males ajenos. Boicot a las hamburguesas prefabricadas y a los acompañamientos. Boicot a Burger King por reírse de la clase trabajadora española. Así, igual esta señora deja de pensar que no cree que “nos va a repercutir de forma negativa”.

Estos graciosillos del capitalismo desaforado y el marketing burlón sólo entienden a buenas razones cuando la cuenta de resultados es negativa. Así que lo mejor es hacer caer los beneficios de esa marca, que sientan lo graciosos que son y las risas que causan en un país donde hay millones de personas pasando hambre y trabajando en lo que pueden para poder llevar un pedazo de pan a la boca de sus familiares. Con un buen boicot a Burger King igual la próxima vez hacen una campaña de marketing riéndose de la mala comida que ofrecen.

Es intolerable esta ofensa, y no vale que luego salgan a pedir disculpas, o a decir que es una simple campaña publicitaria. También hacía publicidad Goebbles y tenía, salvando las distancias, muy poca gracia. Para reírse mejor cómprese una entrada para el cine, pero no haga mofa, befa y bufa de la clase trabajadora española. Porque igual le responde boicoteando su cadena de restauración (más por la ingesta que por la calidad). Igual no le han explicado que los españoles y españolas somos muy pasotas, hasta que nos tocan las narices. Y ya Napoleón probó lo que era eso. Ahora le toca a Burger King. Y quién sabe si la señora Shen va a tener que mandar algún curriculum para ser repartidora de comida basura.

Y mientras tanto hagan caso a lo que les ha dicho Íñigo Errejón: “Lo que sí sé es que podrían pagar salarios dignos”.

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