El observatorio astronómico más grandes de toda Europa continental, Calar Alto, situado en la localidad almeriense de Gérgal (Almería), ha firmado un acuerdo con la Universidad de Pekín para el desarrollo, desde su telescopio de 2.2 metros, de un estudio intensivo de los agujeros negros supermasivos situados en la región central de las galaxias, que constituyen lo que se conoce como núcleos activos de galaxias y que se hallan entre los objetos más energéticos que existen en el universo

Este proyecto empleará el 60% del tiempo del telescopio, según ha explicado el centro en una nota de prensa, y se extenderá hasta finales del próximo 2019 con una posible renovación hasta el año 2021. Este acuerdo de colaboración mutua entre ambas entidades “situará al observatorio en la vanguardia del estudio de los núcleos activos de galaxias y contribuirá a dotar de estabilidad presupuestaria a Calar Alto”.

El centro almeriense explica que la Universidad de Pekín “se interesó en el observatorio de Calar Alto por la calidad de su cielo y de sus proyectos”, según explica el director del observatorio, Jesús Aceituno.

Calar Alto se ha especializado durante los últimos diez años en el desarrollo de grandes sondeos astronómicos, como ‘Califa’ o ‘Alhambra’, catalogados como “fundamentales para la astrofísica moderna”. Aceituno está convencido de que cuentan con “la experiencia suficiente para abordar este proyecto ambicioso y de largo recorrido”, con el objetivo prioritario de ayudar a entender “mejor” estos gigantescos agujeros negros, “así como las implicaciones que tienen en cosmología”, explica.

Los núcleos activos de galaxias (o AGNs, su acrónimo en inglés) pueden emitir de forma continuada más de cien veces la energía de todas las estrellas de la Vía Láctea. Su estructura consiste en un agujero negro, de hasta miles de millones de masas solares, rodeado de un disco de gas que lo alimenta y que, en su proceso de caída, libera gran cantidad de energía.

Pese a que se conocen y estudian desde hace décadas, los núcleos activos presentan numerosas interrogantes aún no resueltas, entre ellas el proceso físico de caída de material hacia el agujero negro o la relación entre la evolución del mismo y la de su galaxia anfitriona.

El proyecto que se desarrollará en Calar Alto estudiará un tipo específico de núcleos activos, que muestran una tasa de acrecimiento, o de absorción de material del disco, especialmente elevada. “Estamos empleando el telescopio de 2.2 metros de Calar Alto para desarrollar un estudio intensivo de una muestra de unos 50 agujeros negros supermasivos que nos permitirá determinar sus propiedades fundamentales, entre ellas su masa”, recalca el investigador de la Universidad de Pekín Jian-Min Wang.

 

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