Si no hablasen y sólo comunicasen a través de las cartulinas que les dan para aprenderse sus tres o cuatro eslóganes, así sean muy raros en ocasiones, los dirigentes de Ciudadanos tendrían mucho hecho para superar al PP. Para su desgracia son humanos y hablan utilizando su cabeza o tecleando sus pensamientos en las redes sociales. Para suerte del resto de personas nos permite ese rasgo humano que veamos lo que pueden llegar a ser. Al final su discurso del odio, su desprecio por el ser humano en sí y para sí, su nacionalismo populista del sistema y su negación de la negación aparecen ante nuestros oídos y ojos. Al final escuchamos y leemos que son la gran mentira constituida desde la clase dominante para acabar con todo aquello que pudiese alterar el statu quo. Son los cuñados del sistema.

Tras alentar el odio contra los catalanes, vascos y valencianos por malos españoles, ahora se proclaman como los defensores del progreso alentando, paradójicamente, legislaciones regionales antiodio y señalando a las mujeres de la clase trabajadora. Unas veces lo hacen de forma sutil, otras mediante lobby interpuesto y algunas les surgen del inconsciente, lo que revela realmente sus ideas. Quien ha finalizado la semana mostrando que desprecian a las mujeres que no son de su clase ha sido Ignacio Aguado en ABC (excelente Sara Medialdea sacando el inconsciente). Al dirigente naranja madrileño, incapaz de responder a preguntas que se salen de sus parámetros mentales, no le gusta eso de la paridad en los cargos gubernamentales porque en Ciudadanos “no somos muy partidarios de la cuota, sinceramente”. Esto significa que cuando hay que repartir el poder real las mujeres quedan en la trastienda, pero cuando hay una manifestación las mandan allí para aparentar. Una actitud sumamente machista que, inconscientemente porque estas cosas salen en las fases inconscientes, excluye a la mujer de los símbolos del poder real, de los órganos de decisión real.

Aguado, que ya hemos comentado que pese a los muchos estudios que dice poseer nunca los demuestra, ha rematado el desprecio a la mujer haciendo una apostilla clasista: “Es que para poner ‘pajines’ o ‘aidos’ en un gobierno prefiero no hacerlo, prefiero potenciar y tener en cuenta el mérito y la capacidad de los perfiles que están en nuestro entorno”. Pero lo peor no es eso, sino que Aguado reconoce (en la parte final del párrafo) que en Ciudadanos no hay ninguna mujer (salvo Marta Rivera, evidentemente) que tenga capacidad para gobernar. O lo que es lo mismo, en Ciudadanos las mujeres están para adornar y porque les obliga la legislación electoral. ¡Este es el feminismo liberal!

Siendo lo más escandaloso no ha sido lo peor de Ciudadanos esta semana. Como saben, ya que lo hemos contando en multitud de ocasiones, la formación naranja cuenta con el apoyo del potente lobby gaycapitalista, que son los que le han preparado la ley de vientres de alquiler y son los que se mosquearon cuando el resto del movimiento no quiso a Ciudadanos en la fiesta del Orgullo. Esos mismos que vienen impulsando que se considere como delito de odio el hablar de las familias por vientre de alquiler como lo que son. Algo que conviene bastante a la clase dominante de la que la formación naranja es su brazo político. Hablando de progresismo, sin saber qué significa la palabra, intentan colocar la explotación de la mujer (en su vertiente reproductiva) como algo que está relacionado con la libertad. Una falsedad, como veremos, pero que intentan disputar en la lucha ideológica. Y para ello, de forma interesada, desde Ciudadanos utilizan empresas de venta de bebés, asociaciones de explotadores reproductivos y famosos, tanto del lobby gaycapitalista como del heterocapitalista.

La semana pasada Tamara Gorro, célebre por haber estado en un programa como MHYV, un programa de «carácter antropológico» donde se demuestra que las personas sin un mínimo de materia gris pueden llegar a relacionarse (expresarse bien no, quede claro), debía estar aburrida y avisada por el lobby de compra bebés se inventó que la habían insultado en las redes sociales por haberse comprado un bebé. Curioso que se moleste porque se hable de compra bebés cuando ella misma, como otra de esas personas de los programas de «alto contenido intelectual», han reconocido que les han costado los bebés una gran cantidad de dinero. Nada de altruismo, sino talonario y compra de un bebé con cierto aporte genético. Todo es una mentira porque a quien se insultaba y se deseaba desde el lobby gaycapitalista que sus hijos (estos concebidos y paridos sin compra mediante) se muriesen era a la feminista Gemma Bravo. Justo después de una entrevista a esta mujer, la cual, tuvo amplia repercusión aparece la famosa de turno en busca de espacio televisivo, que en el caso de este tipo de personajes no es más que búsqueda de estipendio, a buscar la forma de sacar su exclusiva, su minuto de gloria y la aparición de Ciudadanos al final del recorrido.

Una vez que el victimismo estaba montado bajo una mentira, lo que hacen en Ciudadanos siempre, la diputada Patricia Reyes (que no ha dicho nada de la entrevista de su amigo Aguado) surgió para defender a la famosa, a la que nadie ha insultado, y de paso volver a insistir en los vientres de alquiler y el ensañamiento que dice tiene el PSOE. Con el aditivo de que, tal y como reclama el gaycapitalismo, se debería establecer una legislación contra los “subrófobos”. Una invención de este tipo de organizaciones y políticos del establishment que quieren hacernos creer que denunciar la explotación de las mujeres y la compra/venta de niños es tener fobia a alguien cuando lo que es, más bien, es delito según la legislación española. Más bien la fobia a las mujeres viene del otro lado, pero mediante esta estrategia intentan colar con pena, ya que lo del altruismo no cuela y las personas se han dado cuenta del tipo de negocio que es, el crimen feminista que están perpetrando.

Con esta cuestión de la subrofobia no es que se busque por parte de Ciudadanos y el lobby gaycapitalista un debate ético. Debatir sobre lo bueno o lo malo de alquilar el cuerpo de una mujer para que una personar satisfaga sus deseos de procreación genética (ya que se puede adoptar sin problemas) no les interesa. A los gaycapitalistas porque saldrían malparados y a Ciudadanos porque el debate que está inmanente, propio de toda lógica capitalista, es el de la explotación. Producto del mito fundador del liberalismo/capitalismo del contrato libre, ese mismo que esgrimen los compra bebés y Ciudadanos, se oculta la explotación del ser humano por el ser humano. Algo que actúa contra toda lógica progresista, por cierto. No hay libertad en la contratación, como sabemos desde hace casi dos siglos gracias a Karl Marx, sino una dominación de clase. Una dominación que lleva siglos intentando ocultar el Capital de diversas formas. Cuando se habla de subrofobia se trata de ocultar la explotación (reproductiva) de una mujer (ser humano) por medio del poder de clase/dinero.

No hay tal libertad contractual de la mujer y libre disposición de su cuerpo, primero por la venta del producto, que ya muestra una necesidad que empuja a la explotación y, en segundo lugar, por las condiciones contractuales que justamente lo que hacen es negar la libertad en lo más profundo del ser humano, su propio cuerpo (si los pagadores lo desean debe abortar, debe comer lo que establezcan en el contrato, etcétera.). Durante el modo de producción esclavista, el cuerpo del ser humano-esclavo era propiedad del amo, con los vientres de alquiler el cuerpo es de los consumidores genéticos. Si el capitalismo, más allá de las cuestiones éticas (que no suele tratar salvo que sean en su beneficio), decide apoyar este tipo de explotación no es sólo por el negocio (restringido a una clase y sus esbirros) ya que se apoya la comercialización de todo en el libre mercado (órganos o bebés), sino porque no desea hacer visible su modus operandi, la explotación de un ser humano por otro.

De ahí que haya una persecución a los activistas contra la explotación reproductiva, con enormes apoyos desde el mundo de la política, necesitan ese victimismo para poder insertar su mecanismo de distracción dominación desde los aparatos ideológicos que controlan. Al no estar en el poder político y no poder implementar la dominación ideológica desde lo jurídico, deben utilizar los medios de comunicación y los partidos políticos que les son afines. Ya explicó Daniel Bernabé, sin entrar en el meollo, cómo la diversidad se utiliza para poner en primera plana los derechos civiles, muchos producto del deseo más que de la justicia, y ocultar los derechos sociales. Lo que hace Ciudadanos con las mujeres es parte de esa trampa que llevan siglos ejecutando contra las mujeres y las demás personas que no son de su clase social, les niegan derechos sociales y hasta humanos (doble dominación género y clase) en favor de unos supuestos derechos civiles inexistentes. Y como la sociedad se ha percatado de lo que es la compra de bebés con los vientres de alquiler, como van perdiendo cada vez más la batalla, que no sólo es de las mujeres sino de la clase trabajadora también, acuden a la mentira y victimismo. Si alguien no quiere que le digan que se ha comprado un bebé, se llame Pepe o Cristiano Ronaldo, que no lo compre. Nadie les señalará por comprar pan, pero el tráfico/compra-venta de seres humanos no es una barra de pan.

Demuestran no ser liberales sino anarcocapitalistas que, para engañar a las personas, utilizan una pose de progresismo, de querer cosas sociales (siempre gestionadas por lo privado que el negocio es el negocio, aunque el servicio sea lamentable y peor que en lo público), recurriendo a algo tan sentimental como el nacionalismo con tintes populistas, jugando en el terreno de lo agonístico y el odio al distinto (catalanes, sanchistas, comunistas…), pero con el único objetivo de destruir la sociedad tal y como se la conoce para convertirla en un mercado persa. Un mundo donde todo se pueda comprar y vender y si es mediante una App se podrá aparentar que el mundo progresa. El realidad en Ciudadanos no tienen ni idea de gestionar algo, ni de nada que no sea una cuenta de resultados, por eso su jefe Albert Rivera quita del calendario agosto (es un mes donde no tienen ingresos). Hoy quieren legalizar la compra/venta de bebés, mañana la de órganos humanos, pasado mejor ni pensarlo (pero siempre intentando dar lástima).

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