La operación Enredadera de la UDEF ha producido una devastación en numerosos Ayuntamientos de toda España. La causa es la presunta red de corrupción (tráfico de influencias, malversación, amaños, etc.) tejida desde la empresa Aplicaciones Gespol S.L. del Grupo Sacyr y que se dedica a mecanismos relacionados con la seguridad y las policías locales (semáforos, sistemas de control de velocidad, radares, etc.), hasta acumular según las primeras informaciones más de 1,5 millones de euros. Rápidamente la propia empresa madre, Sacyr, ha decidido abrir una investigación para saber qué ha pasado. Pero estando el empresario José Luis Ulibarri, ya imputado por el caso Gürtel, de por medio (se piensa que ha sido el conseguidor), presuntamente nada bueno parece que van a encontrar.

Implicados hay de PP, PSOE y ¡oh sorpresa! de Ciudadanos. Lo que podría verse, por acumulación y extensión de poder territorial, como “normal” para los partidos del bipartidismo clásico, es sumamente sorprendente en el caso de la formación populista de derechas. Casi no gobiernan en ningún sitio y donde lo hacen parece ser que ya están metiendo la mano en la caja presuntamente. Como grandes ayuntamientos donde gobiernan tienen Arroyomolinos en Madrid, y cuyo alcalde Carlos Ruipérez ha sido detenido dentro de la operación Enredadera. Es curioso porque el alcalde acababa de reforzar su poder dentro del consistorio madrileño hace pocas fechas al aceptar a un tránsfuga del PSOE, José Vicente Gil.

Más curioso aún, porque en la formación naranja todo son sorpresas día tras día, es que tenga a dos detenidos más que no gobiernan en ningún lado en sí, sino que son apoyo de gobiernos del PP (¿qué raro?) en Castilla y León. Así, el portavoz de Ciudadanos en San Andrés del Rabaneda en León, Juan Carlos Fernández, ha sido detenido. Como también lo ha sido el asesor de Ciudadanos en la Diputación de León y gran polemista en las redes sociales Sadat Maraña. No han llegado al poder y presuntamente ya están delinquiendo. Los que venían a restaurar la dignidad, a regenerar la política española ya están siendo cazados sin necesidad de gobernar. Y donde gobiernan pues también según parece.

Desde Ciudadanos se han apresurado a sacar una nota de prensa, como ha hecho el PSOE por su lado, afirmando que suspenderán de militancia a los que están implicados y luego, si la Justicia los imputa, los expulsarán de la formación naranja. Eso sí, indicando primeramente lo maravillosos que son las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, no vaya a ser que pierdan los votos que intentan afanarse con cierto sindicato: “Ciudadanos (Cs) muestra su agradecimiento a jueces, fiscales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) por su lucha contra la corrupción”.

Sin embargo, dentro de la formación naranja, con el control sectario que tienen de todos sus cargos electos, es raro que no se hayan dado cuenta de las irregularidades cometidas en distintos puntos de España. Igual se les ha escapado porque estos eran de esos presuntos concejales que pagaron su entrada en la lista, como ya denunciamos. O que el sistema de comisariado político del pueblo naranja funciona mal. Da igual cualquiera de las opciones, el caso es que Juan Manuel Villegas ha metido la pata hasta el corvejón. Y su jefe también es responsable subsidiario.

Todo lo que viene sucediendo demuestra que Ciudadanos no es de fiar y además son incapaces de gestionar bien. Ya contamos en estas mismas páginas que Guillermo Gross, quien abandonó hace pocas fechas la formación naranja, se mostró incapaz de gestionar el Ayuntamiento de Valdemoro y acabó quebrándolo. Intentó ejercer el cuñadismo con Hacienda diciendo que sí que pagarían con estampitas y que sus propuestas eran lo mejor del mundo, pero no coló. Es más, hizo lo imposible en una institución pública, quebrar lo que ya estaba quebrado.

Mientras, su jefe de filas seguía la linde intentando vender a los españoles otra cosa, que eran distintos. Pero no, no ha colado. Son incluso peores. PP y PSOE por cantidad de lugares donde gobiernan pueden tener algún sinvergüenza en sus filas (bueno en el PP ganan en cantidad y altura de cargos), por pura probabilidad. Pero en Ciudadanos que casi no está presente a nivel municipal ya acumula quiebras, corruptelas y cuestiones como acosar a trabajadores discapacitados. O el pago de la sede de Huelva con dinero de la Diputación onubense. No sólo son neofalangistas, populistas, demagogos, cuñados y un peligro para España, sino que además tienen la querencia ya de meter presuntamente la mano en la caja. Y habla Villegas de que Sánchez es un chollo. Pues el chollo parece ser llegar a cargo público de Ciudadanos.

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