En su larga lista de fichajes de deshechos y desechos de tienta para conseguir seis o siete votos más, Ciudadanos ha oficializado su alianza con UPYD para conformar listas para las elecciones europeas, locales y autonómicas, algo que todo el mundo sabía que se produciría más pronto que tarde porque la formación magenta estaba deseando que aflorase su verdadera esencia, que no deja de ser una “derechita cobarde”. Pero para el mandamás de Ciudadanos, Albert Rivera, esto es un pacto con segundones que le puede venir bien para elecciones menores por lo que ha cedido el testigo a su número dos José Manuel Villegas.

Cristiano Brown, que ve así la posibilidad de rascar unos cargos para los siete que deben quedar en UPYD, ha develado que la unión la realizan a fin de “unir fuerzas para frenar el avance de populistas y nacionalistas”. No ha especificado ni quiénes son los populistas, ni quiénes los nacionalistas. Como ocurre en Ciudadanos que no saben lo que significan esas palabras que son usadas como significantes vacíos pata meter a todos los que les cae mal. En UPYD, por tanto, tampoco saben y si lo saben lo callan porque han firmado un acuerdo con un grupo de nacionalistas y populistas del sistema (que como dijo Alain Minc, haberlos haylos). Claro que en la formación magenta tampoco anda escasos de nacionalismo, aunque ni lo reconozcan, ni lo sepan.

Maite Pagazaurtundúa, que será la número dos en la lista europea, ha declarado que “hemos decidido aportar nuestra capacidad de trabajo en un proyecto de centro, constitucionalista y europeísta”. Lo ha dicho sin reír y asiéndose al mantra de hacerse con la propiedad de la Constitución, de las leyes y de la democracia liberal, por tanto. Ya sabemos que en España cuando alguien dice que es de centro, ese lugar inexistente en realidad, lo que quiere decir es que es de derechas. Pero lo del europeísmo es dudoso porque luego toda su acción política se centra en callarse ante la presión de los lobbies y defender cuestiones de política interior española en la Parlamento Europeo.

Es leer a Villegas y parece que sí que piensan igual: “Este paso representa el triunfo de los españoles que buscan un proyecto común para nuestro país y una respuesta europeísta y de avance en la democratización para no dar margen a los populistas en Europa”. Aquí introduce la cuestión de la democratización mientras quieren impedir a los partidos de ámbito regional que se presenten a las elecciones. Una democracia donde el pluralismo esté en la derecha debe ser, porque consideran al PSOE como populista y fuera de la defensa de la Constitución. Claro que eso de la democracia esperemos que no sea como lo que ocurre en las primarias de la formación naranja donde hay más trampas que en un partida de póker en el Mississippi.

Dos partidos que dicen ser de centro (derechas); dos partidos que hacen de cuñadismo y el codazo (hay que recordar cómo se hizo hueco Brown en la foto de Colón) su fórmula política; dos de los partidos de Colón; dos de los partidos en que lo social está influido por la doctrina social de la Iglesia; dos partidos que se van a casar de penalti; dos partidos que son insoportables; dos partidos que nos quieren vender la moto (tal y como nos decían Noam Chomsky y Josep Ramoneda); dos partidos que se sienten cómodos con los neofascistas y detestan al partido que ayudó a construir el sistema constitucional como es el PSOE; dos partidos de derechas en resumidas cuentas.

Esto no es más por mucho que lo vendan que la fórmula para colocarse dos y que en aquellos municipios donde UPYD pueda tener algún concejal y concejala Ciudadanos meta la cabeza. Si leen el artículo 3 del acuerdo dice: “En las elecciones municipales se establecerán los mecanismos de colaboración necesarios para que, en aquellos municipios en que ambos partidos lo consideren oportuno, los candidatos de UPYD formen parte como independientes de las listas de Ciudadanos. Para ello no tendrán que renunciar a su militancia en UPYD”. Vamos que no se presenta UPYD pero se entregan en cuerpo y alma a la sección naranja del bloque en el poder. Lo importante para la cúpula de UPYD es el punto cuarto, ¡dejémonos de tonterías!: “En las elecciones europeas UPYD incorporará a Maite Pagazaurtundúa en el puesto 2 y a Cristiano Brown en el puesto 11 de la lista de Ciudadanos”.

Brown lo tiene complicado, pero nunca se sabe. Es el último paso para disolver UPYD y ser de Ciudadanos entrando por la cúpula la oligarquía magenta. Como ha pasado en otras ocasiones donde las oligarquías de ciertos partidos pasaban a la dirección y las “supuestas bases” que llevaban consigo acababan en un rincón y olvidadas hasta por los suyos. Una unión que es complicada de vender en los medios de comunicación que ya habían dado por enterrado ese partido unipersonal que se inventó Rosa Díez cuando se enfadó porque Rodríguez Zapatero no le dio lo que ella consideraba que debía darle. Le dio, eso sí, lo que el PSOE entendía que merecía, la salida por la puerta más próxima. Esto es la unión de dos partidos nacionalistas y populistas que dicen luchar contra sí mismos. La contradicción máxima hecha política. Aunque la verdad ni nos extraña, ni nos interesa.

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