Un informe elaborado por el Instituto para la Democracia y el Municipalismo y Ecologistas en Acción concluye que el proyecto Madrid Nuevo Norte (MNN) –el plan para convertir el norte de la ciudad en un centro de negocios y financiero–, producirá un “colapso completo” de los accesos por carretera a Madrid. “Esto supondrá seguramente un conflicto entre los partidarios de la ampliación de las infraestructuras existentes y quienes proponemos nuevos modelos de respuesta frente a la creciente demanda de movilidad en los accesos a las ciudades”, asegura el dosier.

Analizando el caso de la A-1 y la M-607 −las carreteras más afectadas por el plan MNN−, puede observarse que en el mejor de los escenarios habría que dar respuesta  “a la entrada de 10.634 y 9.494 coches, respectivamente, durante la hora punta”. Para que nos hagamos una idea, ahora mismo acceden en esas franjas horarias un total de 8.245 y 6.047 vehículos.

Estas carreteras, que ya están dando muestras de colapso y que la Comunidad de Madrid pretende ampliar, estarían por encima de su capacidad incluso tras su ampliación, lo que “agravaría el importante problema que el abuso del coche supone en ese acceso”. Por supuesto, en los nudos donde estas carreteras vierten su tráfico hacia la red viaria urbana de Madrid –área Norte y Manoteras−, sufrirían un “colapso completo que provocaría  retenciones de varios kilómetros cada mañana”, insiste el informe.

En ese sentido, cabe destacar la actuación que plantea la Comunidad de Madrid en el corredor de la A-1, mediante una ampliación de capacidad para el vehículo privado consistente en la construcción de una vía paralela en el tramo más próximo a la ciudad y el desdoblamiento de nuevos carriles y vías de servicio unidireccionales entre el kilómetro 26 de la actual autovía y El Molar, con un presupuesto estimado de 288 millones de euros.

“Desconocemos si la decisión de priorizar la inversión en este eje por encima de otras  actuaciones guarda relación con la propuesta de MNN, pero sí parece contradictorio con la política de infraestructuras del Ministerio de Fomento, que planea implementar en la A-2 un carril BUS-VAO sin ampliar la infraestructura existente –esto es, restando espacio al vehículo privado para dárselo al transporte colectivo–, lo que no solo es una medida más sostenible, sino que tiene un coste sustancialmente menor –cifrado en 15 millones de euros–”. En el caso de otros viales que se verían afectados por la propuesta MNN más alejados a la zona Norte de Madrid, como sería la A-2, la A-3 y la A-6, el tráfico “en estas vías se vería también incrementado de manera importante la afluencia de vehículos”. De hecho, en todos los escenarios, el mayor número de viajes se sitúa en la A-3 y la A-4. Según el estudio, el modelo actual no permite estudiar el incremento de viajes en las circunvalaciones a Madrid (M-30, M-40, M-50), pero “sin duda se verían afectadas con el incremento de tráfico en las vías radiales, ya que son parte importante de la red de carreteras”.

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