Foto: Carlos Trenor

Paquita Carreño Hernández, una mujer de 65 años, su hijo de 33 y sus dos nietos de 7 y 8 años fueron ayer desahuciados de su vivienda de la pedanía de La Condomina de Las Torres de Cotillas (Murcia) por una deuda contraída hace años por su exmarido con un prestamista que le entregó 30.000 euros a cambio de la escritura como garantía, informó la plataforma Antidesahucios.

El marido de Paquita se jugó la casa a las cartas hace 29 años, pidió un préstamo y se fugó dejando una deuda de 30.000 euros, pero ella no lo supo hasta hace cinco años, cuando el prestamista vino a reclamarle los 90.000 euros en los que se había convertido el préstamo. Paquita no sabe leer ni escribir.

Diecisiete guardias civiles, cuatro agentes de la Policía Local y la comisión judicial acudieron a la vivienda para llevar a cabo el desahucio, sin que el medio centenar de vecinos y miembros de la plataforma pudieran hacer nada para evitarlo.

Paquita se gana la vida poniendo cafés en un pequeño bar que montó en su domicilio y no puede pagarlo. Ha sido desahuciada junto a su hijo, la pareja y los dos hijos que tienen ellos. Se quedan sin techo y, de momento, les va a acoger en su casa una hermana de ella.

Se da la circunstancia que esta vivienda era también el medio de vida de la mujer, que regentaba un bar en la planta baja, al que solían acudir cada mañana los vecinos de esta pedanía, explicó el portavoz de la Plataforma, Joaquín Sánchez, quien lamentó que este hecho demuestre que este tipo de actos judiciales continúan dándose en la Región.

Sánchez lamentó además que acudieron al lugar agentes municipales, cuando ya había allí un importante número de agentes de la Benemérita, al margen de que la Plataforma entiende que la seguridad ciudadana municipal no debe estar para cumplimentar desahucios.

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