Una entidad seria y con prestigio debe cumplir con los compromisos a los que llega, verbales o escritos. Parece ser que el Santander no entiende que esos comportamientos que tendrían que regir la ética de un banco como el Santander son fundamentales. Ya lo hicieron con Abengoa cuando Rodrigo Echenique prometió a Felipe Benjumea que podían contar con la entidad cántabra para la ampliación de capital que hubiera llevado a la multinacional sevillana a una situación muy diferente a la que provocó el despido de más de 20.000 trabajadores y, claro, a que el Santander controlara la empresa.

Ángel Antonio del Valle dimitió poniendo dos condiciones que se aceptaron:

  1. Que los compromisos de desbloqueo de avales se pusieran por escrito
  2. Que no se renovara el contrato de Miguel Zorita

El anterior presidente de Duro Felguera dimitió finalmente sin que el primer compromiso le fuera presentado por escrito, pero con la promesa de que se haría. Del Valle entendió que un compromiso así es un pacto de caballeros y que se desbloquearían esos avales. El pasado domingo finalizó el contrato de Miguel Zorita y aún no se ha hecho pública la no renovación del mismo o, lo que sería un verdadero desastre tanto para Duro Felguera como para sus trabajadores, su renovación. La empresa aún no ha comunicado qué ha pasado con el ejecutivo valenciano y tendría que tener la misma diligencia que aplicó en el anuncio de su contratación distribuido el pasado día 25 de mayo.

En estos días se ha sabido del interés del empresario asturiano Blas Herrero para invertir en Duro Felguera para, sobre todo, mantener la asturianidad de la empresa. Ya apuntamos en Diario16 un hecho sobre este empresario: ya hizo un planteamiento de inversión pero que retiró porque no quería mezclarse con alguien como Zorita, sobre todo después de las informaciones publicadas por Diario16. Se ha dicho que el hecho de que Herrero entrara en el capital de Duro Felguera había sido bien recibido por el Santander y por el Gobierno del Principado, algo que es lógico en el caso de la institución.

Lo que no es tan lógico es ese entusiasmo en el Santander puesto que su plan coincide con el que lleva defendiendo Zorita desde el principio: capitalizar la deuda que mantiene con el pool para que, de este modo, la entidad presidida por Ana Patricia Botín se hiciera con el control de Duro Felguera puesto que con este movimiento tendría más de un 50% de las acciones y los actuales accionistas, tanto los mayoritarios como los minoritarios, se quedarían sólo con un 5% de la compañía. Más o menos sería como lo ocurrido con el Popular, pero con otra estrategia: control a manos del Santander y los accionistas arruinados. Este era el diabólico planteamiento de Zorita que, además, dejaría el campo libre para que se desguazara la empresa y se pudiera especular con la tecnología y las divisiones de Duro Felguera y así lograr un beneficio directo o para potenciar a otra compañía controlada por el Santander.

Por esta razón la entrada de Herrero no puede satisfacer a la entidad cántabra, dado que rompería todo el plan de hacerse con el control de la empresa asturiana y provocar una verdadera tragedia en Asturias porque, con la venta de las diferentes divisiones de Duro se perderán, al menos, la mitad de los puestos de trabajo.

La solución para Duro Felguera no pasa por realizar un ajuste tipo reconversión en que se plantea el relanzamiento de la empresa a partir de una reestructuración de plantilla, algo de lo que tiene una prolongada experiencia el actual presidente —Ensidesa, Altos Hornos de Vizcaya, Pegaso. Tampoco pasa por la recapitalización de la deuda sino por buscar soluciones rápidas para el cobro de la deuda que diferentes países tienen contraída con Duro Felguera porque, en el caso de que la deuda que tiene la empresa con el pool pasase formar parte del capital, esas cantidades que se le adeudan pasarían a formar parte de los beneficios de la banca y no revertiría en Duro.

Estamos ante un nuevo caso de las presuntas estafas que el Santander ha y está llevando a cabo en los últimos tres años a entidades financieras y empresas de primer nivel. ¿Nadie va a parar esta masacre? ¿Nada tienen que decir Luis de Guindos o el Gobierno del Partido Popular? ¿La Justicia no tiene nada que decir ante esta ola de violencia empresarial, de presunto «terrorismo financiero» de la presidenta del Santander? ¿Tan ocupados están el Gobierno y los partidos del Congreso de los Diputados con Cataluña o tanto le deben al Santander para permitir que se destruyan miles de puestos de trabajo?

Las empresas de prestigio y que tienen ganado el respeto cumplen con los compromisos a los que llegan y no aplican triquiñuelas poco éticas ni imponen a personajes amorales para conseguir sus fines. Este incumplimiento de los compromisos por parte del Santander lo vimos en Abengoa y de un modo distinto lo estamos viendo con el caso del Popular. Zorita es el Saracho de Duro Felguera y eso es una mala noticia.

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