La sentencia de la Audiencia Nacional en la que se absuelve a Felipe Benjumea, Manuel Sánchez Ortega, Alivia Velarde Valiente, Mercedes Gracia Díez y Antonio Fornielles Melero de los delitos de administración desleal y apropiación indebida es, en realidad, un duro golpe para el Banco de Santander ya que, tal y como hemos informado en estas páginas, fue la entidad cántabra la que tuvo un papel fundamental para provocar la caída de la multinacional sevillana. La absolución de Felipe Benjumea y de la ex cúpula demuestra que las razones por las que fue cesado el ex presidente de Abengoa nada tienen que ver con las acusaciones que se le hicieron sino, más bien, por la presión del Santander, tal y como reconoció el propio Benjumea en una de las sesiones del juicio. Recordemos brevemente lo que realmente ocurrió.

En plena ampliación de capital en septiembre de 2015, Rodrigo Echenique pone como condición innegociable echar al presidente de Abengoa. Sin motivo alguno ni participación en el accionariado. Pero la jugada no les sale como habían planeado, ya que al echar a un presidente en medio de una ampliación de capital lo único que consiguen es que se les caiga la empresa y llevarla a pre-concurso de acreedores, ¿o no? ¿O ese era el plan para el control absoluto de Abengoa por parte del Santander, tal y como han hecho con Duro Felguera? Rodrigo Echenique engañó a Felipe Benjumea y al Consejo de Administración de Abengoa respecto a una ampliación de capital siempre que el anterior presidente de la multinacional sevillana abandonara su puesto, ampliación que, una vez que se produjo, no fue apoyada por el Santander. Todo ello vino, además, precedido de una campaña de desprestigio de Felipe Benjumea iniciada por su propio sobrino, Francisco Javier García-Carranza Benjumea quien, a día de hoy, es la persona que controla Abengoa a través de Gonzalo Urquijo porque éste no da un paso sin el consentimiento de aquél. La realidad es que Urquijo está presuntamente liquidando poco a poco la empresa y todo se decidirá definitivamente una vez que se anuncie la sentencia del juicio contra los antiguos gestores de Abengoa iniciado el pasado mes de octubre. Esto es lo que mismo ocurrirá en Duro Felguera, lo único que cambian son los nombres porque el procedimiento es exactamente el mismo.

Todo lo ocurrido con Abengoa tiene un paralelismo claro con lo ocurrido con el Banco Popular y sus antiguos gestores y, además, con la situación del Santander y la necesidad del Popular para poder sobrevivir.

A Francisco Javier García-Benjumea se le ficha del mismo modo en que se fichó a Emilio Saracho en el Popular y a Miguel Zorita en Duro Felguera. Hay matices, evidentemente, porque el primero estaba directamente contratado por el Santander, el segundo presidió el Popular y Zorita fue impuesto como asesor externo en Duro Felguera. El objetivo principal, en cada uno de los casos es el mismo: conseguir pasivo para el Santander y que pueda cumplir con sus objetivos y mantener sus beneficios. Ya hemos indicado en estas páginas cómo el Santander va a incorporar a sus cuentas 43.000 millones de euros procedentes del Popular, algo que no podría generar en ningún caso un banco quebrado.

Por otro lado, respecto a las responsabilidades de los antiguos gestores. En paralelo a la sentencia que exime a Felipe Benjumea y al resto de la ex cúpula de Abengoa, se ha anunciado que el Santander ha reclamado a Ángel Ron y a los últimos tres consejeros delegados del Popular la devolución de 25 millones de euros recibidos en concepto de retribución variable o bonus y de prejubilación. Sin embargo, según ha podido saber Diario16, esta información no se corresponde con la realidad y fue filtrada por Saracho al medio que la ha publicado.

De todos modos, la sentencia de Abengoa ya deja en evidencia que la demanda del Santander tendría poco recorrido, lo que ataca el prestigio de la entidad presidida por Ana Patricia Botín y desgasta la estrategia de sacar dinero de donde sea y como sea para ir haciendo caja que aumente sus pasivos. A diferencia de Abengoa, el Popular no quebró, sino que se le provocó una crisis de liquidez y se le intervino a pesar de tener posibilidades de incrementar su capital a través de las ofertas de Barclays y de Deutsche Bank que, conjuntamente, sumaban 8.000 millones de euros.

A todo esto, hay que recordar que el Santander ha sido demandado por enriquecimiento ilícito por los métodos utilizados en su adquisición del Popular por un euro.

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