Una lona cubría ayer por la mañana la fachada de la sede del PP donde se apreciaba el siguiente interrogante “¿Ellos o nosotros?”. Más adelante se ha descubierto la respuesta “Todos”. Si no nos han leído bien podrían pensar que en el PP los que diseñan la campaña se han tomado unos copazos y lanzan mensajes crípticos. Pero no, es más astuto de lo que parece y es un aprovechamiento de la campaña que ha diseñado Iván Redondo para el PSOE. Frente a las dicotomías de campaña que presentan los socialdemócratas, el PP responde con unidad. Aún no se sabe por dónde acabará discurriendo la campaña en sí pero han sido astutos para enmendar a Pedro Sánchez.

Es conocido que Pablo Casado es capaz de destruir una campaña electoral él solo. Su muy conocida mitomanía provocó en el pasado un rechazo de gran parte del electorado de la derecha. Ahora que ya tiene controlada a la extrema derecha, que parece cada día más cobarde, y observa cómo Ciudadanos se lanza al precipicio en solitario, igual hace caso a sus asesores y no desbarra. Al menos en la primera parte han sabido en el PP meterse en el intersticio electoral que el PSOE ha dejado. Plantear la campaña electoral como una dicotomía tipo ¨PSOE o bloqueo”, “Nosotros o el caos”, “Buenos y malos” cuando lo que han inoculado desde los aparatos ideológicos es estabilidad gubernamental y unión de los partidos sistémicos, o lo que es lo mismo un apaño centrista o una gran coalición (lo han pedido empresarios y medios como el ABC), a lo que se añade un patriotismo chabacano de última hora, puede pasar que desde el PP hagan un llamado a la unión.

Ni ellos, ni nosotros, sino todos juntos para… lo que nos cuenten en los próximos días. Unión desde luego en mantener el sistema frente a la crisis que asoma a la vuelta de la esquina, unión frente al peligro secesionista (ayer insistió de forma gubernamental en ello Casado), unión de los españoles sin distinción para lograr un bien superior. Aunque ese bien superior no coincida con el que la ciudadanía viene pidiendo desde hace tiempo y sí con los intereses de las grandes empresas. Unión en el cambio climático también porque el greenwashing que están llevando a cabo las empresas energéticas y financieras españolas apunta en ese camino. No señalarán en el PP ni el feminismo, ni lo ecológico, sino que reclamarán la unión de los españoles, centrada evidentemente en el PP y no en quien no logra ni un solo apoyo a su investidura (el PRC no cuenta). Y todo ello porque el PSOE ha permitido ese tipo de discurso de la unidad por el bien común.

No van a entrar en las dicotomías en esta ocasión, aunque han sido los mayores exponentes de este tipo de campaña. Con una diferencia respecto a lo que hacen ahora Redondo y los estrategas de Ferraz, el PP siempre ha contado con todo el aparato mediático para crear el clima necesario a fin de que la llamada emotiva tenga receptividad. El PSOE, como dijimos el martes, no tiene ese clima creado, ni da tiempo a crearlo. La suerte para los socialdemócratas es que la corrupción del PP, especialmente en Madrid, le sigue penalizando en parte porque no dejan de imputar a personas del partido. Esta campaña le servirá para dejar de lado a Ciudadanos y no descuidar el voto del centro-derecha. Posicionarse claramente como principal partido de la oposición y quién sabe si partido de gobierno coaligado al PSOE como vengan un poco mal dadas. Aunque para esto Ciudadanos y Unidas Podemos deberían hundirse bastante en el voto, algo que en el caso de la formación de izquierdas no parece que vaya a suceder. Ayer avisábamos de lo que podía ocurrir cuando una campaña no está bien pensada, hoy el PP confirma que aquello no eran fábulas teóricas.

Post Scriptum. Evidentemente ese “Todos” también es un dardo envenenado hacia Albert Rivera y su negativa a ese constructo de la derecha (España Suma) que pretendían poner en marcha desde el PP para, como poco, ganar el Senado.

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