El escándalo de lo que sucede con la Residencia Asistida, que tuvo como último episodio la petición de los familiares para conocer el plan de obras, parece haber animado a Gabriel Amat a colaborar con la Junta de Andalucía. Ante el más que probable Pleno monográfico sobre la situación de la misma, el presidente de la Diputación de Almería ha decidido adelantarse, reunirse con la Junta, contarles cuatro o cinco ideas, y así tener artillería contra la oposición en ese Pleno. No piensen que realmente tiene una gran preocupación por la Residencia en sí. Es un truco más de Amat para dilatar lo que realmente desea, o cerrar la residencia, o que se la quede la Junta de Andalucía, una vez que esté hecha unos zorros.

El caso es que según han comunicado mediante nota de prensa, se han reunido Gabriel Amat y el viceconsejero de Salud de la Junta, Manuel Martínez. En la reunión han acordado “continuar con la hoja de ruta prevista por la Diputación para acometer las obras en la Residencia Asistida”. Una hoja de ruta que nación hace dos años y que sólo contiene las palabras que allí se escribieron, porque actos en sí, como se viene contando en estas páginas, pocos.

También ha acordado que no se concierten las 47 plazas previstas pues, ante la falta de obras en estos dos años y pico, supondría un hacinamiento de los residentes, o estar en condiciones infrahumanas por la situación, incluso higiénica, de algún ala. Javier Aureliano García, que aún no ha explicado el caso Olula del Río donde se hizo una obra antes de estar adjudicada y recayó (¡Oh, milagro!) en la empresa que la había ejecutado, y Ángel Escobar, a quien han pedido ya la dimisión por su incompetencia en la Residencia, como vicepresidentes de la Diputación, y José María Martín delegado territorial de Salud, también ha sido coparticipes de la reunión. A la cual, la junta podría haber invitado a Juan Antonio Lorenzo, portavoz del PSOE en la Diputación, para que Amat explicase bien lo que sucede.

Amat ha indicado que “los objetivos de la Diputación no han variado desde el principio”, cuestión bien distinta es que esos objetivos estén ocultos como denuncian desde el PSOE, y que “siempre se han consensuado con la Delegación de Salud, familiares y trabajadores” las acciones a acometer. Algo completamente falso, porque a la delegación de Salud comunicaron que o se sacaba a los residentes del ala o podrían perecer debido al mal estado de la misma. Y a los trabajadores hasta hace bien poco no les comunicaron qué sucedía y si iban a perder o no sus trabajos. Y qué decir de los familiares que han ido viendo como la Residencia iba perdiendo espacio y languideciendo en sus exteriores.

Más increíble es que afirme Amat que las obras van a continuar para garantizar el bienestar de los usuarios. Según el presidente la Unidad de Levante está casi remodelada y el siguiente paso es acometer obras en cuatro unidades más. En año y medio todo estará completado. Para continuar alguna obra de remodelación debería haber comenzado. Como se viene narrando en estas páginas, lo que se ha hecho es una chapuza para ajustar algunas partes mucho más que remodelar. Es como si usted tiene un problema en las cañerías del baño de su casa, cambia la taza y dice que ha remodelado el baño al completo. Eso mismo es que ha sucedido en la Residencia de Almería.

También miente Amat al afirmar que la Unidad de Levante está casi terminada. A ver si para el presidente de la Diputación casi es el 2%, entonces tiene toda la razón. El problema es que los familiares de los residentes ven que no hay ningún avance, que se cierran alas con indicaciones, además, de posibles focos de legionelosis o sólo ven tubos exteriores para desviar canalizaciones, no para remodelar el ala. No hay más que acercase a la propia Residencia y ver el estado que presenta desde el exterior. No han acometido en serio ningún tipo de remodelación. Las palabras de Amat son una mentira más del Gobierno del PP.

El caso es saber si el viceconsejero de la Junta se lo ha creído o no. Desde este medio hemos intentado contactarle pero no ha sido posible. Aunque esperamos poder hacerlo y ver qué se opina desde la Junta de Andalucía. Si van a solicitar, como vienen haciendo los familiares, un proyecto de obras real y tangible, o con la palabra de Amat les vale. O si, en caso de que Amat dejase la Residencia en el estado actual, acometerían desde la institución las obras y le enajenarían la residencia almeriense a la Diputación por causa de fuerza mayor.

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