Venimos contando durante el último año la truculenta historia del presidente de la Diputación de Almería con la Residencia Asistida que depende de su institución. Mentiras, medias verdades y un único fin que parece en su mente, cerrarla y dedicar ese terreno o el edificio a otras cuestiones más “rentables”. Hace pocos días denunciábamos que la Residencia acogería una serie de cursos en el ala de Poniente, algo que se ha confirmado esta misma semana. Además, podemos añadir que ¡al fin! La Diputación ha entregado los documentos que demandaban los familiares de los residentes, pero utilizando una treta: ¡se los han dado con fecha de febrero para que parezca que los dieron antes! Señor Gabriel Amat y demás corifeos no somos tan tontos como para tragarnos eso.

Lo importante es que Amat demuestra no respetar ni a las personas enfermas que están en la residencia. Son personas con diversas enfermedades físicas y psíquicas que ya no se valen por sí mismas y cuyas “camas” son financiadas en buena parte por la Junta de Andalucía. Que la verdad en el caso que denunciamos hoy no ha estado muy vigilante. El caso es que la Residencia ha visto como se han ido cerrando unidades con las excusas de reformas. De esta forma se ha ido produciendo una reducción de los residentes y se los ha ido “hacinando”. Todo ello decían desde la Diputación para acometer obras de mejora y que así las personas que allí residen y trabajan estuviesen en mejores condiciones. MENTIRA señor Amat, MENTIRA.

Como ha desvelado la diputada de Promoción Económica y Empleo, Carmen Belén López, la Residencia va a acoger cursos de formación. Como dicen en su propia publicación en la web, “ha puesto en valor el Talle de Empleo dirigido a mayores de 25 años que se van a realizar en la Residencia Asistida para que los desempleados puedan obtener los certificados de profesionalidad de atención socio-sanitaria en domicilios e instituciones con 280.000 € de inversión”. Van a utilizar a los enfermos, sin pedir la conformidad de las familias de esas personas que no se valen por sí mismas. Y van a utilizar los jardines para que personas aprendan jardinería, ahorrándose así un dinero que llevan sin gastar. Porque los residentes llevan sin poder disfrutar de unos jardines adecuados en este su último tramo vital desde hace mucho tiempo.

Miente cuando dijo el señor Amat que en cuanto se terminasen las obras ampliarían las plazas y los residentes que están hacinados volverían a Poniente. Es más, sería interesante saber cómo han podido acreditar la Unidad de Poniente como lugar para impartir cursos si hace sólo dos meses estaba casi a punto de caerse el edificio. “Diputación ha hecho un gran esfuerzo para acreditar sus instalaciones como sede de estas dos iniciativas vinculadas a la mejora de la empleabilidad en la provincia de Almería” dice la diputada López. ¿Enseñarán los papeles de la acreditación o es un farol y una mentira más de las habituales de Amat y su equipo?

“La Diputación Provincial denunció el convenio de plazas de la residencia con la Junta y solicitando la baja de 47 plazas concertadas a la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía, hasta llegar a la cifra de 120, petición que la Junta de Andalucía acepto, previo acuerdo de que fuese hasta que se hiciesen las obras necesarias para volver a realojar a mayores en esas dependencias de poniente”, ha recordado el diputado del PSOE, Domingo Ramos. Mienten a los familiares, a la Junta y al Pleno de la diputación. Pero lo peor es la situación de los residentes.

Imaginan ustedes estar enfermos y sin valerse por sí y que en su residencia acudan cada día cientos de personas a talleres, a tocarles y tratarles (que no dudamos que lo harán con cariño), y todo ello con personas que sufren enfermedades graves y que, en muchas ocasiones, casi no saben dónde están. Le da igual a Amat y sus sirvientes de la Diputación. Está deseando que desaparezcan los “viejos y viejas” de la Residencia para utilizarla a sus fines espurios. Le dan igual las personas. Con tal de vender que hace talleres u otras cosas, la tranquilidad de residentes y trabajadores no le importa. Carece de moral alguna por mucho que vaya a rezar todos los domingos. Y no sólo eso, es que no ha avisado a los familiares de que sus parientes van a ser utilizados como conejillos de indias de uno de los cursos de formación como bien dejó claro la diputada López.

Un muestra más del desprecio que siente por los demás. Sólo sabe de ladrillos (como se ve en la foto que acompaña esta crónica) y de juzgados, esos mismos que rondan sobre su cabeza en el caso de corrupción de Las Salinas de Roquetas. Le da igual la gente y por eso no quiere comisaría o aumento de dotaciones policiales en la provincia… no vaya a ser que investiguen más sobre su persona. Y Ángel Escobar se demuestra que vuelve a mentir a familiares y partidos políticos. Son tal para cual. Una gestión basada en la ocultación. La mentira y los intereses espurios.

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