Está ocurriendo que algunos partidos que las encuestas califican de minoritarios o del fondo del sistema político están llenando auditorios que, igual, a otros partidos más del establishment, más populosos, les costaría. El PSOE está llenando recintos medios, así como los peligrosos neofascistas, no el PP o Ciudadanos (salvo en Las Rozas ¡cómo no!), pero hasta el momento no se había producido un acto con tanta gente para la candidatura de Unidas Podemos, excepción hecha de la vuelta del secretario general de Podemos, como hasta ayer. Lleno hasta la bandera en la Universidad de Málaga para un acto que contó con Pablo Iglesias, Alberto Garzón (número uno de la lista malagueña) y Eva García Sempere entre otros.

Es posible que la Conspiración de las Cloacas haya dado ese empujón que estaba necesitando Unidas Podemos al ser los grandes perjudicados de las conspiraciones del establishment, del que se aprovecharon los demás partidos. O es posible que las encuestas, como hemos supuesto no hace mucho, estén ocultando datos más positivos para la coalición de izquierdas. El caso es que por una u otra razón, ayer en Málaga, se vio un lleno y un llegar de personas como hacía tiempo no se veía en los actos de la formación morada y sus aliados de IU. Un llenazo, aunque Garzón y García Sempere jugaban en casa, que es rememoración de aquella campaña de 2015 cuando todo era ilusión, rebeldía y deseos de cambiar el orden de las cosas y los poderosos decidieron impedir que hubiese alternativa.

Isabel Reyes, Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Eva García Sempere y Antonio Maíllo

Pablo Iglesias no ha defraudado y, haciendo casi un monográfico del problema de la energía en España (algo habitual en campaña electoral), ha dejado claro que “no basta con acabar con las puertas giratorias y sancionar a las eléctricas, la única manera de bajar el precio de la luz es que exista una empresa pública de energía, porque sólo el sector público que representa a la sociedad puede asumir los retos que implica la transición energética que necesita nuestro planeta”. Hay que volver a las empresas públicas en los sectores cruciales y vitales para la sociedad y las personas. Empresas, además, que, ha explicado el dirigente morado, no son más ineficientes que las privadas, sino todo lo contrario, son eficientes en el sentido social y no en el especulativo-financiero: “La privatización no ha implicado ningún beneficio para la sociedad, solamente para los propietarios”.

Rebeldía en Iglesias que ha querido dejar claro que la transición energética es imposible que la lleve a cabo una empresa privada que está pensando más en los beneficios de los grandes accionistas (no en los de los minoritarios) y que se retrasará hasta el último minuto, porque al fin y al cabo, el trifachito piensa que la destrucción ecológica del planeta es un bulo lanzado por el “rojerío”. En 2040 espera que todos los coches puedan ser eléctricos si se hacen bien las cosas, con cabeza y la unión de las fuerzas de izquierda. Ha querido tener para el candidato malagueño un gesto de cariño Iglesias al decir de Garzón que “representa a una tradición política que levantó las banderas de la dignidad y la justicia durante décadas, y que en momentos difíciles ha defendido la unidad con generosidad”. Una buena sintonía entrambos que se pudo sentir en el auditorio.

Alberto Garzón, por su parte, lidió con el tema más político del acto y comenzó con fuerza señalando lo que han supuestos estos últimos años: “Han pasado más de 10 años del inicio de la crisis y a nadie le cabe duda ya de que ha sido una estafa, un saqueo de dinero de los de abajo hacia los de arriba”. Señaló claramente el dirigente de IU al establishment que ha conseguido salvar sus cuentas de resultados a costa del esfuerzo y la explotación de la clase trabajadora. Así, no ha dudado en señalar, para que cale en la conciencia de las personas, que “cuando Rivera dice que subir el salario mínimo fue un error y ahora Casado dice que lo bajará, lo que están haciendo es política de clase”. De esta forma, señala Garzón que, aunque se esconda bajo un velo de espectacular, la derecha gobierna para beneficiar a la clase dominante. Sólo hay que ver lo que vienen haciendo en Andalucía en las últimas fechas.

No ha querido olvidarse el malagueño de recordar que ese poder de la fracción dominante, esa forma de dominar utilizando todos los medios a su alcance, ha generado una mentalidad de normalización de las desigualdades y la explotación: “El aumento de la desigualdad se ha normalizado y no debería ser normal. Hace 10 años ser mileurista era un drama y ahora nos lo venden como un privilegio. Tenemos ahora una oportunidad para cambiarlo”. No puede ser que en un país,¿ en el cual durante la última década los beneficios empresariales han aumentado un 64%, los salarios sólo lo hayan hecho un 0,8%. El establishment está sacando el jugo a la clase trabajadora y está solventando sus problemas estructurales y de mala gestión a costa de los salarios y la pobreza de la mayoría de las personas. Quieren competir en el mundo globalizado a costa del pueblo, así de sencillo. También ha querido Garzón advertir de lo importante que no es relajarse y acudir a votar, porque cada voto será necesario, por ello ha pedido que “os movilicéis porque la única alternativa somos Unidas Podemos”.

Personas que quedaron fuera del acto

La candidata número dos por Málaga, Eva García Sempere, quien estrenaba equipación de campaña (su camiseta reflejaba que si se unen los peones se puede hacer caer a la reina), ha señalado que el dilema electoral se sitúa en tres opciones posibles “volver al medievo con el trío de derechas, el inmovilismo cobarde del PSOE o construir un nuevo país con Unidas Podemos”. De esta forma la candidata de IU hacía un llamamiento a no confiarse porque los datos sean buenos para el PSOE, eso no es indicativo de un gobierno de izquierdas salvo que Unidas Podemos le quite su querencia a refugiarse en el espectro moderado del liberalismo. Y ante un trifachito machista y autoritario, ha denunciado García Sempere que “vienen a quitar derechos. Nos quieren en casa, asustadas y oprimidas. Nosotros venimos no solo a defender los que tenemos, sino a conseguir otros nuevos”.

Por último, la candidata no sólo ha recordado, porque puso mucho empeño en la última legislatura, que hay que legalizar la eutanasia sino que no hay que hacer caso a las voces de sirena que mandan desde la derecha trifálica. “Los neoliberales mienten con la meritocracia y el premio al esfuerzo. Quien nace pobre tiene casi imposible no morir pobre. La igualdad se consigue con redistribución de riqueza” ha declarado firmemente. Nacer en tal o cual barrio o ciudad determina, en la actualidad bajo el imperio del neoliberalismo, la vida del neonato hasta prácticamente su muerte. Estos datos, ya que son tan amigos en la derecha del positivismo, son claros y públicos, pero el trifachito lo esconde pues su acción política no es el bien común, sino el bien de unos pocos.

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