El CIS facilitó ayer los datos de su encuesta pre-electoral para los comicios catalanes. El resultado tras aplicar su método de ponderación, lo que comúnmente se llama “cocina”, arroja un 16,9% para Junts per Catalunya (25-26 escaños); un 20,8% para Esquerra Republicana de Catalunya (32 esc.); un 22,5% para Ciudadanos (31-32 esc.); un 16% para el Partit dels Socialistes de Catalunya (21 esc.); un 8,6% a Catalunya en Comú-Podem (9 esc.); un 5,8% al Partido Popular (7 esc.); y un 6,7% a la Candidatura d’Unitat Popular (9 esc.). Vistos así se podrían comprender, mucho más fuera de Cataluña, como el resultado de lo que ha venido pasando durante el procès.

Ahora bien, mirando y estudiando las tabulaciones que ofrece el propio CIS sorprenden las proyecciones que ha hecho en esa “cocina”. En ese intento de vislumbrar qué van a votar las personas que manifiestan directamente no saber a quién lo harán y que sí afirman que votaran. En otras palabras los indecisos. En esta ocasión, con un claro 90,9% que manifiesta querer ir a votar y que quedará, con total probabilidad en un 82-84%, existe un 29,1% de indecisos. Del voto directo, donde las fuerzas están más parejas, hasta la proyección realizada el CIS ha decidido que el voto oculto o no totalmente expresado va a parar a Ciudadanos. Así lo han ponderado entregándole ¡¡9puntos!! de intención de voto. Al resto de partidos los ha ponderado con dos o tres puntos más (salvo PP y CUP que ha sido 1 punto) en una especie de reparto equitativo.

La “cocina” se ha volcado en Ciudadanos cuando los datos de las tabulaciones de la propia encuesta, y aquí está la duda, no muestra esa apuesta tan grande por la formación naranja. La sobrestimación puede basarse en el efecto de caballo ganador (o band wagon que dicen los anglosajones), ya que los medios de comunicación estatales están todo el día con Inés Arrimadas en televisión (quien paga manda evidentemente), o bien porque esperan un vuelco electoral o swing en favor de esa candidatura. Pero como se va a mostrar a continuación los datos ofrecidos no cuadran con esa sobrestimación de Ciudadanos.

En la pregunta 13 el CIS cuestiona sobre qué partido le gustaría que ganase. Las respuestas ofrecen que los encuestados catalanes quieren a ERC en primer lugar con un 21% de los votos; a JxC segundo con el 15,5%; al PSC con el 14,6%; a Cs con el 14,5%; o a CeC-P con el 8,5%. Son datos directos y en ellos no se refleja esa preferencia por Cs. Hay unas preferencias más o menos equilibradas entre los cuatros primeros partidos. No se puede derivar que haya un voto oculto en sí para Cs

A estos datos se podría añadir una pregunta (número 18) que está más personalizada en las candidaturas y puede, por el propio ser actual de la política, dar pistas sobre las preferencias de voto. Se pregunta a quién preferirían de President de la Generalitat. Y las respuestas son Carles Puigdemont con un 28%; Miquel Iceta con un 15,8%; Oriol Junqueras con un 15,6%; Inés Arrimadas con un 14,6%; y Xavier Domènech con un 6,2%. Son respuestas aleatorias por lo que sirven para darnos una visión de las preferencias. Y entre esas no está primera, ni segunda Arrimadas. Curioso que los dos partidos que dicen tendrán más votos no tengan candidatos preferidos. Y esto es algo que a priori va conformando la propia campaña. Aunque sea por optar, dentro de tus preferencias, por el menos malo.

A este factor podríamos añadir otras respuestas curiosas, como las que nos ofrecen en la pregunta número 15, en la que los encuestados exponen a quién votarían siempre o nunca. JxC, ERC, CeC-P y PSC están en una “tasa de rechazo” que se encuentra entre el 33-36%. Algo típico se podría decir. Ahora bien, entre el electorado catalán hay dos partidos marcados por el rechazo: el PP con un 72,4% de rechazo y Ciudadanos con un 59,3%. Otro punto más para ver que se puede haber exagerado en la cocina al dar 9 puntos a Cs. Por mucho voto oculto que exista, el nivel de rechazo es demasiado grande como para entender que recogerá casi todo el voto no secesionista de las personas que dudan.

A estos datos se podría añadir que la mayoría del electorado catalán se sitúa (50,4%) en el centro izquierda y más allá, que las trasferencias de voto entre PSC-Cs son favorables al PSC en un punto, que Cs recoge dos puntos del PP, o que la tercera mayor preocupación de los catalanes es la falta de diálogo por ambas partes 12,2% (la primera es el paro con 27,6%, la segunda la DUI con un 14,1%, la cuarta la falta de autogobierno con un 11% y la quinta la aplicación del 155 con un 10,8%).

Sólo cabe añadir que ante una expectativa de voto tan grande como se espera en Cataluña sigue siendo difícil encajar una cocina como la que ha mostrado el CIS. Podría acertar como no hacerlo por la alta participación. Pero también es cierto que tomando como referencia otras elecciones, al menos saber preferencias por bloques, una subida tan pronunciada de Ciudadanos y dos grandes caídas como Catalunya en Comú y PP, igual no se producen de esa forma. Con ver la forma de voto de los electores en las Generales, tendencia que es más similar a lo que se votará el 21-D, y las ganas de reducción del conflicto que expresa la ciudadanía, los datos podrían ponerse en cuarentena. Lo dicho en el título, igual el CIS se ha pasado de cocina (o son unos genios, nunca se sabe).

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