El igualitarismo se ha convertido en el argumento utilizado por Vox y por el resto de los partidos de la derecha española para quitar legitimidad a las leyes de violencia de género, a las que llegan a calificar de dictadura. El “proteger a todos por igual” a través de legislaciones de violencia intrafamiliar no es otra cosa que la cortina de humo por la que mantener los postulados del patriarcado sistémico. Además, se trata de una barbaridad desde un punto de vista jurídico.

El igualitarismo es una cortina de humo para mantener los postulados del patriarcado sistémico

Este igualitarismo plantea ideas que podrían calar en una sociedad que tiene sectores de población que no están aún preparados para aceptar la igualdad real entre hombres y mujeres. Por eso es muy peligroso. Vox ha sido muy claro en su idea de derogar las leyes de género y de protección de la mujer porque, según ellos, criminaliza a la mitad de la población, algo que para los hombres que defienden el feminismo y están comprometidos con la igualdad es un verdadero insulto. Sin embargo, el partido de Albert Rivera ya propuso en el año 2.015 eliminar el agravante penal de la violencia machista.

A Vox se le olvida que para la protección de la violencia hacia todos (hombres, mujeres, hijos, cuñados, mayores, jóvenes o niños) existe el Código Penal que afirma claramente que agredir o asesinar a una persona, independientemente de su condición, es un delito. Sin embargo, la existencia de un agravante de género es porque hay causas y manifestaciones que distinguen a la violencia machista de la genérica: el hecho de que las mujeres son víctimas de aquélla por su género. Esto lo vemos en las distintas tipologías de violencia machista: casamientos forzosos, violaciones y abusos sexuales, maltrato, mutilación digital. Esto no es un fenómeno español, como afirman Vox y algunos dirigentes de los partidos de la derecha, sino que es una lacra que se extiende por todo el mundo.

Las mujeres son víctimas de la violencia machista por el hecho de ser mujer

Los sectores más machistas de la población inciden en el hecho de que las cifras de mujeres asesinadas en España son inferiores a las de otros países de nuestro entorno, algo que, precisamente, es consecuencia, precisamente, de las leyes de género que quieren derogar. ¿Quieren igualarnos a esas naciones? ¿O pretenden legalizar la violencia contra las mujeres como ocurre en Rusia?

Por otro lado, los dirigentes de Vox y de algunos partidos de la derecha pretenden restringir la violencia machista al ámbito del hogar cuando, en realidad, no es así, aunque ahí es donde se producen una buena parte de los feminicidios. Ya hace tiempo que los acuerdos europeos van orientados hacia legislaciones más amplias que protejan a las mujeres de la violencia machista más allá del entorno de la pareja, del hogar o de la familia. Una violación, un abuso sexual, el maltrato que sufren las prostitutas son tipos de violencia machista.

Lo que justifica la existencia de las leyes de género es la causa que origina la violencia contra las mujeres. El machismo es el que está detrás del control y el aislamiento que algunos hombres infringen a sus parejas. Es el machismo el que está detrás de la violación grupal de La Manada. Por tanto, es la violencia machista la que requiere de legislación que incida en las causas, en la prevención, en la identificación y los métodos de combate contra un tipo de violencia que no puede frenarse utilizando estrategias aplicadas contra otros tipos de violencia porque las causas son diferentes.

Lo que justifica la existencia de las leyes de género es la causa que origina la violencia contra las mujeres

Las leyes de género no son un ataque a los hombres, como Vox quiere que se crea. La violencia machista tiene un agravante penal porque daña, no sólo a una persona concreta, sino al conjunto de mujeres porque se ejerce por el hecho de que la agredida o la asesinada es mujer. Es exactamente lo mismo que ocurre con las agresiones racistas u homófobas. No existe una tipología de violencia específica contra los hombres porque no existe ningún tipo de discriminación por el hecho de pertenecer al género masculino. Por eso, es absurdo lo que piden desde Vox o lo que pidió Ciudadanos en su programa electoral. El igualitarismo no es más que un método más del patriarcado sistémico de frenar la revolución de las mujeres, la revolución de la igualdad real.

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