Unas palabras que se tendrá que tragar más tarde o más temprano. Unas palabras que él mismo sabe que son mentira pero que sirven como reclamo electoral. Unas palabras que los medios le recordarán y le acusarán de hacer cuñadismo, populismo y demagogia. Unas palabras de Juan Marín que vienen dictadas desde Madrid, desde la mente de Albert Rivera para que su formación no siga bajando en las encuestas internas que han hecho y que les señalan doblar como mucho lo que tienen ahora. Unas palabras que dan alas a los socialdemócratas andaluces para sacar toda la artillería contra Marín y Ciudadanos. Y cuidado que es mucha la artillería.

Ayer circulaban unos tuits en las redes sociales mostrando que Juan Marín lleva desde tiempos inmemoriales en el momio, en el sillón, en el carguito sin tener problemas de haber cambiado de un partido a otro desde los tiempos de Alianza Popular (sí la de Fraga y Verstrynge). Ahora el susanismo sacará más chanzas y verdades de quien hasta hace poco ha sido su socio gubernamental y se espera que vuelva a ser. Porque todo el mundo en Andalucía sabe de sobra que Marín y Díaz pactarán formar gobierno si los números dan. Si PP y Cs no suman mayoría suficiente, las encuestas de momento no apuntan en ese sentido, Susana Díaz sabe que contará con Ciudadanos, unos socios que no ponen problemas y que por cuatro cargos y tres milongas se subirán al carro para no desparecer.

Aun así, sabiendo que lo que decía era mentira, Marín ha afirmado que “yo me comprometo con todos los que confíen en este proyecto en que los votos de Ciudadanos no van a servir para que Susana Díaz sea presidenta de la Junta de Andalucía”. Casi nada. Se ha gustado, se ha crecido y ha puesto el listón tan alto que se sabe que ha mentido y se tragará sus palabras. Porque es de Ciudadanos y son capaces de desdecirse y jurar por lo más sagrado que no quisieron decir lo que dijeron. Con una frase que le han mandado desde Madrid, porque no es del repertorio de Marín (tiene poco repertorio), ha querido dejar claro que si el PP tiene más votos y suman, el gobierno lo obtendría Moreno Bonilla: “Juanma Moreno está preocupado en que Ciudadanos lo haga presidente, pero quien le tiene que hacer presidente son los andaluces, no Ciudadanos”. De hecho fíjense que ya le llama “Juanma”, ya tiene esa cercanía del que quiere rondar a su próximo amante.

“El enemigo para el PSOE en esta campaña va a ser Ciudadanos, pero Ciudadanos va a ser el compañero de los andaluces para cambiar esta tierra” ha querido decir en términos militares y antagonistas. Pero todo esto se sabe que es mentira y producto del juego pre-electoral. Juega a los dos posibles pretendientes y con el que está peleado, aunque sea de mentirijillas, le dice que es malo (mala pues es mujer). Al que quiere conquistar, por si las moscas, le hace la corte. Una parte más del teatro mentiroso de Ciudadanos que saben perfectamente que no alcanzarán y utilizan este juego para poder sacar más a Díaz en las previsibles negociaciones. El problema es que Díaz tiene una mala uva que no veas cuando le intentan hacer la cama y les puede mandar a Almería a aguantar a Amat como la presionen mucho. En resumidas cuentas, todo lo que diga Marín de aquí hasta el final de la campaña se sabe que es mentira y que quiere pactar con Susana Díaz… salvo sorpresa y que sumen PP y Cs.

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