Parece que el enfado monumental que provocó en Madrid Pedro Sánchez cuando colocó a Irene Lozano en las listas utilizando el “dedazo” en las elecciones de diciembre de 2015 no le ha importado. Ahora ha decidido “colocar” a la ex-militante de UPYD para dirigir Marca España, esa oficina sobre la que escribió en su tesis doctoral el presidente. Y claro, la sorpresa y el enfado han vuelto. Bien que al ser presidente del Gobierno se dice sottovoce, pero eso no empece para que exista malestar por volver a continuar a la persona que insultó a los socialistas continuadamente y que salió corriendo cuando vio que las perspectivas electorales y de gobierno del PSOE, en la repetición electoral, no eran halagüeñas. De hecho no quiso la fusión UPYD y Ciudadanos porque no le aseguraban su carrera política. Demuestra eso que lo del socialismo es como un pañuelo de usar y tirar para Lozano.

Debe existir, entonces, algún tipo de obsesión, de deseo inconsciente… algo que explique el porqué de la constante elección de Sánchez de Lozano. Si es la amistad que pudo surgir durante sus años como diputados, el presidente estaría cayendo en el amiguismo en los nombramientos y por tanto algo aberrante y que debería conllevar su dimisión. Si es algo más freudiano desde luego rompe una regla que parecía haber establecido en su gobierno, utilizar a técnicos en las materias importantes, o a personas con un bagaje en el PSOE que hiciese valer su nombramiento. Y si ya han sido escandalosos ciertos nombramientos como el ex-alcalde de Jun, a quien además tiene de ideólogo en reuniones de la Fundación Pablo Iglesias y la Friedrich Ebert, sumar otro de una persona que no tiene capacidad alguna para la tarea designada no hace más que generar ruido. Y dar balas al enemigo claro. Igual es que Sánchez no recuerda que Lozano dijo que Andalucía era “una dictadura perfecta” por el gobierno del PSOE.

Irene Lozano puede haber sido una gran periodista en guerras, pero de ahí a vender la Marca España hay una distancia. Ha escrito varios ensayos periodísticos vacuos y olvidados por casi todo el mundo. Nada que resaltar en alguien que era columnista de ABC y Estrella Digital, dos grandes medios de izquierdas aunque no lo sepamos apreciar. Defensora de la Conferencia Episcopal que representa a un partido laico y poco católico (aunque siga existiendo esa célula entrista de Cristianos Socialistas). Que se permitió el lujo de poner a parir a las militancias de los partidos de izquierdas en su libro “Lecciones para el inconformista aturdido. En 3 horas y cuarto por un ensayista inexperto y sin papeles”. Una obra que llega a afirmar que la izquierda ha traicionado los ideales de la Ilustración, cuando parece ser, según todos los estudiosos de verdad, que sigue defendiéndolos. Un verdadero ejemplo de liberal de toda la vida que se llama de izquierdas por remordimientos, o una inexperta total como dice el título (lo que en su caso es realidad y no falsa modestia).

Además con un presupuesto propio, desligado del general de exteriores, lo que va a dar que hablar aunque se haga bien por parte de la prensa de derechas. Que sepa escribir no le otorga conocimiento suficiente, ni las aptitudes necesarias para dirigir una oficina que dentro del PSOE, incluso, nunca la han visto con buenos ojos. Pero como es la tesis del presidente parece que hay que apoyarla y nada mejor que una amiga, así no esté capacitada. Todo muy extraño. Todo muy de obsesión. Al final veremos si no le estalla en las manos al presidente. ¿Es que no hay entre la militancia del PSOE alguien capacitado para eso?

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