La salida del juez Fernando Andreu del Juzgado Central de Instrucción número 4 para incorporarse a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha sido un varapalo para los afectados del Banco Popular, puesto que retrasará aún más que la causa llegue a juicio.

Sin embargo, llama mucho la atención el hecho de que se haya marchado sin llamar a declarar a ninguno de los imputados, sobre todo a los dos presidentes: Emilio Saracho y Ángel Ron. Han sido muchos los jueces, algunos con experiencia en la instrucción de casos relacionados con entidades bancarias como, por ejemplo, Elpidio Silva, que se han mostrado críticos con la gestión que hizo Andreu del Caso Popular, sobre todo por el hecho de no haber adoptado ningún tipo de medida cautelar ni haber llamado a declarar a nadie. Este hecho sorprende sobremanera, además, por la naturaleza de las comparecencias de muchos de los imputados y de representantes de instituciones que tuvieron que ver con la caída del Banco Popular en el Congreso de los Diputados. Sólo con la declaración de Emilio Saracho ya tenía suficiente material para haberlo llamado a la Audiencia Nacional.

Llama la atención que no haya adoptado medidas cautelares o que no haya tomado declaración a nadie teniendo en cuenta la cantidad ingente de documentación de la que dispone entre la que se encuentra la entregada por Diario16 y que fue incorporada a la causa por indicación del Fiscal General Anticorrupción. En esos documentos se encuentran correos electrónicos, comunicaciones internas, planes, actas, proyectos que en cualquier otro caso hubieran sido causa suficiente para que las declaraciones se hubieran iniciado.

Llama mucho la atención también que un juez con la trayectoria de Andreu no haya llevado de otro modo la instrucción porque se trata de uno de los casos más importantes de las últimas décadas que hubiera aumentado su propio prestigio. Se trata de una causa que ha generado alarma social en el que se mezclan conceptos tan importantes como la economía, la política y la intervención de las autoridades europeas.

Llama la atención que haya abandonado la instrucción. ¿Tanto ha podido influir en él la presión del Santander? Es posible que su presencia en la presentación del libro de su amigo Manuel Medina, un ejemplar pro-Santander y que recibió las bendiciones de Ana Patricia Botín, le hiciera reconsiderar si su ética profesional le permitía continuar siendo el instructor de una causa en la que hubiera abogados que por este hecho le pudieran recusar. Además, hay que recordar cómo le pagó el Santander cuando le solicitó más información y le remitieron un pendrive con más de 100.000 folios. Si ha sido así, Andreu ha demostrado que ha podido anteponer su ética profesional a los intereses de quienes seguramente la habrán presionado por medio de quienes están cercanos a él y trabajan como asesores/lobistas del banco cántabro. ¿Tanto han podido influir el Santander, Medina o el juez (hoy influyente abogado en intermediaciones y amigo de ex presidentes corruptos en Latinoamérica-Caribe y otras áreas continentales) que estaba sentado a su lado en la presentación del libro, en su salida por la presión insostenible que a cualquier persona digna le habría provocado derramar lágrimas en la intimidad?

Llama la atención un aspecto muy importante en la salida de Fernando Andreu de la instrucción del Caso Banco Popular. Tanta presión, tanta influencia, ¿podría certificar que estamos en un país donde la Justicia no es justa, donde hay poderes ocultos que tienen sometidos a los poderes democráticos? ¿Puede ser cierto que en España pudiera estar circulando y actuando libremente una especie de «mafia» que controla a esos poderes democráticos, más concretamente al Judicial, en base a sus intereses espurios?

Llama la atención la salida de Andreu, pero si lo ha hecho por su ética profesional, para no tener que someterse a las presiones externas, para quitarse de en medio el dolor que le podría producir cometer una injusticia, esto querrá decir que cuando quiso retirarse de la instrucción del Caso Emperador por su amistad con uno de los imputados no fue un hecho casual. Tal vez esta salida de Andreu, esta paralización de la instrucción, haya sido una de las causas por las que el Santander esté cerrando acuerdos con algunos afectados al comprobar que hay jueces que ya no se quieren someter a las presiones y que prefieren retirarse antes de cometer una injusticia.

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