No saben en la derecha española cómo actuar críticamente frente al presidente del Gobierno, más cuando al principal dirigente del PP, Pablo Casado, le está costando sudor y lágrimas justificar que no hubo conchabeo en la concesión de su master. Por ello intentan desviar el tiro con los curricula inflados de políticos y políticas del PSOE. Pero una cuestión es mentir en una hoja, en un CV, y otra que te regalen un master porque lo tienes apañado con el director del mismo, frente a otros alumnos que sí lo hicieron trabajando y esforzándose. Por ello han decidido poner en cuestión los títulos académicos de Pedro Sánchez y el trabajo que ha obtenido su esposa, Begoña Gómez, en la Universidad Instituto Empresa.

Ayer ya se comentaba en estas mismas páginas que Isabel Díaz Ayuso había metido la pata al difamar sobre la tesis doctoral de Sánchez en la Universidad Camilo José Cela. Ya advertimos que era más sencilla la crítica al presidente acusándole de haber estudiado toda su vida universitaria en centros privados cuando él defiende lo público. Pero eso, al fin y al cabo, les da igual porque ellos adoran los centros privados y querrían acabar con la Universidad pública (salvo las que les regalan títulos y son de su cuerda, como la URJC). Tienen que poner en duda la tesis de Sánchez introduciendo la malicia de que le han regalado el título, para lo cual tendrían que estar de acuerdo las cinco personas que formaron el tribunal de tesis, su director y quienes le hubiesen “donado” sus textos. Posible pero por la forma en que se compone el tribunal bastante inverosímil. Para lanzar esta sospecha difunden que la tesis de Sánchez no es pública y que debería estar disponible electrónicamente para cualquiera. Si no lo está es que algo esconde. Este es el argumentario. Y lo más sencillo, porque ante estupideces de políticos sin capacidad alguna salvo para mentir, es la explicación que no han pensado porque en el PP están acostumbrados a que les regalen los títulos: derechos de autor.

Algo que cualquier buen liberal entendería es que Sánchez no ha querido donar sus derechos de autor a la Universidad y por ello, al ser privada, no puede mostrarla. El presidente del Gobierno quiso proteger sus derechos y presentar sus conclusiones, sin necesidad de volver a escribir algo nuevo, en un libro. Tal y como hizo. No quiso regalar sus derechos de autor. Les puede parecer extraño, pero quien suscribe estas líneas tuvo su propia tesis doctoral sin que pudiese ser expuesta electrónicamente (no existía esa posibilidad aún) o publicarse porque no estaba por la labor de regalar a la Universidad los derechos de autor de un trabajo realizado con esfuerzo y sin ayudas de algún tipo. Otros con becas igual éticamente deberían estar obligados, pero en este caso se negó pese a haber obtenido la calificación de Sobresaliente cum laude que le otorgaba ese privilegio. Sólo cuando la Universidad Complutense de Madrid utilizó Commons para su uso electrónico permitió la libre difusión, como se puede comprobar aquí. ¿Tenía algo que ocultar? No, sólo quería que otros no se aprovechasen del esfuerzo propio. Pues Sánchez puede ser el mismo ejemplo.

Begoña Gómez no puede trabajar según la Caverna.

La otra noticia que vienen utilizando desde el PP y la caverna mediática es el nuevo trabajo de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Parece que por ser pareja de un político no se puede trabajar en España en empresas privadas. La Universidad Instituto Empresa le ha ofrecido la co-dirección del Centro de Estudios del África. Aún no se ha confirmado la aceptación, pero para Gómez es un lujo que te contraten para algo así en una de las mejores escuelas de negocio del mundo. ¿Ha tenido algo que ver la mano del presidente del Gobierno? Pues seguramente no y eso que tiene conocimiento con los dueños de la universidad (la institución SEK), que es la misma que la de la Universidad Camilo José Cela donde estudió e impartió unos meses clase.

Posiblemente en el Instituto Empresa hayan visto que al ser la esposa del presidente del Gobierno pueden obtener que se les abran puertas en los países africanos, sólo por el nombre. Pero eso no es ilegal, es un mecanismo más de estrategia empresarial. Nada que criticar. No hay ni cohecho impropio, ni dedazo como dicen desde el PP y los medios cavernarios. ¿No habían quedado en la derecha que la libertad económica era lo mejor? Parece que sólo si les toca a ellos.

Como suele suceder, la derecha nunca analiza las cosas y no saben criticar. Podrían haber dicho que la contratación de la esposa de un presidente, que se dice socialista, por uno de los templos del capitalismo y el neoliberalismo mundial hace chirriar los principios de Sánchez. Pero no lo han dicho. Podrían haber dicho que Gómez no tiene ningún tipo de experiencia en el mundo africano, pero eso es problema del IE. Podrían haber dicho que es extraño que siendo ella “conseguidora” de fondos (públicos) para ONGs acabe dirigiendo un Centro de Estudios de otro tema. Estrategia empresarial puede ser. Podrían decir que ha estado impartiendo clase y piensa impartirla sin estar acreditada por la ANECA como obligan al resto de profesores (salvo excepciones contadas por prestigio, que Gómez no tiene); que no posee ningún tipo de curriculum investigador (carece de publicaciones científicas); que su carrera no encaja con la docencia desarrollada tanto en la Complutense como ahora; u otras cuestiones por el estilo. Pero la derecha es torpe hasta para criticar. Desde luego está enchufada, porque no tiene acreditación para estar en una universidad impartiendo docencia, pero eso es problema de quien le contrata (como pasó en la UCM).

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