Una vez más Ciudadanos utiliza el populismo al ver una fractura social con el tema de la precariedad laboral. Tras el fracaso que han tenido con el feminismo y la huelga del 8 de marzo, ahora vienen a presentar lo que ellos y ellas consideran el maná, la salvación de los trabajadores para no sufrir la precariedad laboral. A primera vista resulta paradójico que quienes son los representantes del establishment, del Ibex 35, de los poderosos que los financian y que los han colocado en los puestos que tienen, ahora vayan a dar su brazo a torcer frente a sus propios empleados para favorecer a los trabajadores y trabajadoras españolas. Evidentemente, no es más que una farsa, es una cortina de humo más del populismo sistémico (o cuñadismo ideológico) para ganarle votos al PSOE, especialmente, y al PP.

En un lugar chic de Madrid, el Teatro La Latina (porque ir a Hortaleza o Vallecas es muy duro), han presentado sus propuestas para acabar con la precariedad. Lo principal es cambiar el marco laboral afirman desde la formación naranja. Con ello ya no habrá problemas de precariedad en España. Como ha dicho Albert Rivera, se trata de una batería de medidas encaminadas a “terminar con la precariedad, flexibilidad a pymes y autónomos en la contratación, y llevarte los derechos generados si te vas a otra empresa”. De momento mal vamos, porque en ningún lado se habla de condiciones laborales sino de cuestiones contractuales. Primera falsedad que queda a la vista.

El primer pilar que dice Rivera, como transmisor de la verdad revelada del populismo naranja, es el contrato único, el cual “supone más simplicidad, fin a la contratación precaria, y más protección y flexibilidad para nuestros trabajadores”. Falsedad segunda. Estar contratado de forma fija o temporal, en sí, en el fondo, no incide en la precariedad. Un ingeniero puede ganar 4.000 euros al mes mediante un contrato por obra y servicio, mientras que un administrativo con carrera e inglés sólo 700 euros con contrato fijo. Trabajar de forma fija 4 horas “legales”, pero 8 reales, tampoco elimina la precariedad. Podrá dar más o menos estabilidad, aunque con la facilidad para realizar EREs que existe en la actualidad tampoco es que importe mucho, pero no más o menos precariedad. Algunas personas son establemente precarias.

El segundo aspecto, que entienden en Ciudadanos como fundamental para eliminar la precariedad es la mochila de derechos, la cual permite “que un trabajador se vaya a otra empresa en la que pueda crecer y que un empresario incorpore a otro trabajador, sin causar perjuicio a nadie”. Otra falsedad. Llevarte los derechos adquiridos mediante el trabajo frente a la sociedad ahora también pasa. Llevártelos en una mochila supone que tus condiciones, de quedarte sin empleo, empeoran gravemente. Cualquiera que haya trabajado en Latinoamérica conoce perfectamente lo que son las cesantías y lo inútiles que son para sobrevivir algo más de dos meses. Con esta mochila quieren eliminar, al final del camino, la prestación por desempleo.

Y el tercer pilar, no sorprenderá a nadie, bonificar a las empresas que más estabilidad generen. Esto supone dar otra prima a las grandes empresas que apenas acaban cotizando un 6% (sobre la base de un 20% que deberían). Una PYME por su propia definición tiene mayor movilidad laboral, al igual que le sucede a un autónomo que tiene empleados a su cargo. Dependen ambos mucho más de las contingencias del día a día que las grandes empresas. Por tanto, otra falsedad, de las propuestas.

Aun así, Luis Garicano, responsable de Economía, tiene el valor de afirmar que nadie pierde y se proporciona competitividad. Competitividad que no evita la precariedad laboral. Porque no sólo es cuestión de temporalidad sino de salarios de supervivencia en el mejor de los casos. Salarios indignos. Salarios bajos para cometidos muy superiores y que, hasta el momento, no han provocado más competitividad sino ganancias derivadas del hundimiento salarial. Piensan en Ciudadanos que las personas decentes son tan estúpidas como para no reconocer cuando les dan gato por liebre.

“Los viejos partidos antes los problemas del mercado laboral cierran los ojos y los populistas simplemente se bajan del tren. Nosotros proponemos cambios” dice Garicano. En efecto, cambio que nada tienen que ver con acabar con la precariedad, con el precariado, sino todo lo contrario. La verdadera intención del establishment es acabar con la clase media, con la clase trabajadora mediante la generación de un conflicto entre ambas. Un conflicto por la miseria. Con las deslocalizaciones ya obtienen ese ejército de reserva y de explotación. Ahora quieren que la lucha sea entre los que piensan que son clase media (que al fin y al cabo no tienen más que su fuerza de trabajo para vender) y la clase trabajadora.

Pensar que Ciudadanos puede hacer algo por los trabajadores y trabajadoras de España es cuando menos ilusorio. Pensar que van a acabar con la precariedad es caer en una autofalsificación de la realidad. No piensan acabar con la explotación, ni con la alienación, ni van a generar mejores salarios, ni condiciones más dignas. Tan sólo van a provocar una lucha interclasista. La cual, además, provocará que los salarios bajen más y los beneficios sigan aumentando a costa de los de siempre. En la economía neoliberal lo importante es la cuenta de resultados y la especulación financiera. Y nada mejor para crecer en el PIB que como se ha venido haciendo hasta el momento, recortes de derechos laborales, de derechos sociales, de salarios y enfrentamientos entre las personas decentes. Son el partido del establishment y sólo van a apoyar lo que beneficie a la clase dominante.

Post Scriptum: Funcionarios españoles ustedes son los siguientes en su camino.

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