Mucho se ha hablado de las grabaciones del comisario Villarejo en las que la ministra de Justicia, Dolores Delgado, entre otras cosas, afirmó que, en un viaje a Cartagena de Indias, había visto junto, con otra compañera magistrada de la Audiencia Nacional, «al grupo de tíos del Supremo, de la Fiscalía General» con chicas menores de edad.

El pasado viernes el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) afirmó en un comunicado que Dolores Delgado no había estado en esos viajes. Sin embargo, también ha habido reacciones en las que se ha instado tanto al Gobierno como al propio CGPJ a iniciar una investigación sobre este asunto, todo ello, además, junto con la solicitud de extradición solicitada por el alcalde de Cartagena de Indias al gobierno colombiano para las personas que estuvieron dicho encuentro.

Tras la polémica ha comenzado a circular por distintas redes sociales un listado en el que aparecen seis jueces españoles que, presuntamente estuvieron en las jornadas de Cartagena de Indias, en concreto, son citados Pablo Llarena, Fermín Morales, José Macías, Manuel Collado, Ricardo Conde y Francisco de Rosa quien, por aquellas fechas, era el vicepresidente del CGPJ. Diario16 se ha puesto en contacto con el Consejo y no han podido verificar la información contenida en ese listado, e, incluso se pone en duda la presencia de algunos de los incluidos en esa lista por las responsabilidades que desempeñaban en aquellos años.

En un momento en que, además de la polémica por las grabaciones a la ministra Delgado, están en el debate público la publicación por la prensa, aplicaciones de mensajería o por las redes sociales de fake news o bulos, la distribución a través de estos medios de informaciones que no pueden ser siquiera contrastadas por las propias instituciones dan una idea del estado en el que se mueve el mundo de la información. Todo ello, además, atentando contra la propia honorabilidad de estos señores que, a día de hoy y en este asunto, no se les puede tachar ni acusar de nada que no vaya más allá de lo que afirmó Dolores Delgado en aquella comida con el comisario Villarejo y Baltasar Garzón. De otro lado, el silencio del propio Consejo en este asunto provoca que cualquier rumor o noticia difundida por las redes, y no publicada por los medios de comunicación, atente, precisamente, contra el honor de jueces y fiscales. Debe ser el CGPJ quien dé luz a este asunto porque es quien dispone de toda la información.

El control de la veracidad de la información que se maneja o que se publica es, precisamente, lo mínimo que se le debe exigir a un medio de comunicación. No se trata, como han querido afirmar algunos que han aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para continuar con los ataques contra el Gobierno, de restringir la libertad de expresión o de prensa. La cuestión se halla en algo tan sencillo como que desde los medios cumplamos con los mínimos requisitos que se exige a la buena praxis periodística, algo que se supone a todos los que aún no se han entregado al amarillismo de los tabloides.

Sin embargo, la gente recibe informaciones a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería que no han pasado el filtro del contraste y que se propagan como una plaga de cangrejos de río sin importar el daño que se pueda causar. El problema está en que mucha de la gente que comparte esos contenidos, con toda su buena intención, no disgrega lo que es información y lo que es, directamente, un bulo. Hemos visto ya demasiadas cosas que, por otro lado, tienen la capacidad de generar estados de opinión entre la ciudadanía basados, precisamente, en noticias falsas. ¿Esto entra dentro de la libertad de prensa? No. ¿Regular esto es atentar contra la libertad de expresión? No.

Hoy les ha tocado a los jueces que pudieron, o no, estar en Cartagena de Indias. ¿Fueron los citados en ese listado los que estuvieron con menores? No se sabe pero siempre hay que partir de la presunción de inocencia y, lo que ocurre con las cosas que se difunden a través de redes o aplicaciones de mensajería es que ya se genera la culpabilidad inmediata.

Este es el documento que circula por las redes. Juzguen ustedes su verosimilitud.

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