Lo de Cristina Pardo demuestra la falta de valores democráticos y periodísticos Foto: Roberto Garver

La espectacularización de la sociedad no es nada nuevo, desde los años 1960s vivimos en un mundo espectacular donde lo aparente tapa en casi todas las ocasiones lo real. Es la competencia por las audiencias, por el clic, por las visitas la que ha llevado esa espectacularización a la cota de la carroña, la casquería informativa y la estupidez humana. Ninguna cuestión racional penetra por las redes sociales, la deliberación no existe, todo es combate, competitividad y lo espectacular como medio de engaño. Cristina Pardo salió ayer a pedir disculpas por ir en su programa Liarla Pardo a buscar a los/las votantes de Vox en Marinaleda. ¿Qué investigación existe en esa búsqueda salvo la carroña, lo banal o el morbo? Ninguna.

Si estúpido, por irreflexivo, fue acudir a buscar a esas personas a un pueblo donde los comunistas arrasan siempre, más estúpido ha sido pedir perdón como diciendo que no se sabía lo que se hacía. Claro que sabían lo que hacían buscar el morbo porque la explicación a ese posible voto es sencilla, tocar los cataplines a Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde comunista de Marinaleda. Por tanto buscar el porqué sin pensar antes en ello no es investigar sino otra cosa. Además refleja el poco espíritu democrático de quien tuvo la idea y de quien la apoyó. Que 44 personas apoyasen a Vox en ese municipio no es motivo para iniciar una persecución que podía servir para algo tan cainita como la falsa delación. ¿Qué querían reflejar? ¿Acaso intentaban hacer héroes a ciertas personas que han votado a un partido neofascista en territorio comanche? Eso supone pensar apriorísticamente que en Marinaleda existe una especie de gulag donde nadie puede ser de otra opción política. Cuando además el PP ha sacado 100 votos y Ciudadanos 74.

¿Qué valores democráticos tienen esas personas que hacen ese periodismo de carroña? Esto sí es preocupante porque en virtud de cierto derecho a la información se vulneran los derechos individuales de las personas. Si el voto es secreto no es porque sí, porque sea más cómodo, sino porque se protege la intimidad y el derecho a la libertad. Que nadie imponga sus deseos a los demás por los motivos que sean. Y, de repente, en La Sexta deciden que hay que señalar a las personas por el voto emitido. Quien pide perdón debería haber tenido esos valores democráticos presentes antes de ir a hacer el gracioso y buscar un trozo de carroña que intentan vender como investigación periodística. Penoso que en ese rincón de la “investigación periodística” se esté blanqueando a la prensa carroñera que carece de valores democráticos, aunque los saquen a pasear cada vez que se los critican, que tan sólo buscan servir a intereses opacos o buscar esa décima más de audiencia.

Y la caverna advierte de posibles represalias.

Claro que tampoco es que la Caverna tenga unos valores democráticos muy desarrollados. En cuanto se emitió el programa basura salieron los cavernarios a señalar los posibles peligros para la integridad física de las personas que habían votado a Vox. Hermann Tertsch, que se las pinta solo para vender peligros comunistas, dijo en Twitter: “LaSexta es ya absolutamente responsable de lo que pase a cualquier vecino de Marinaleda todos sometidos al terror de la banda comunista que gobierna desde hace décadas. Pero además, VOX debería presentar querella criminal contra el programa y la cadena”. No tiene muy claros los valores democráticos el señor Tertsch pues señala de antemano una posible purga o criminalización de las personas que han votado a Vox por parte del resto de vecinos. Bien es cierto que no es que sea el más democrático del mundo el alcalde Sánchez Gordillo, pero asimilarlo a Stalin apriorísticamente es una maldad propia de quien carece que valores propios de un demócrata. Eso sí, alimenta la carroña.

Y claro, el vocero preferido lanza el mensaje y el jefe de la turbamulta sale a señalar con el dedo acusador y poniéndose la venda antes de la herida. Aprovecha Santiago Abascal y suma a Pablo Iglesias a los culpables. “La Sexta señalando a los votantes de VOX en sus casas. Junto con Pablo Iglesias se convertirán en responsables de lo que les pueda ocurrir” escribió en Twitter. Otro personaje que tiene unas firmes convicciones morales y democráticas pensando que en Marinaleda realmente hay una banda terrorista, como dice su vocero periodístico, que acabará con las personas que han votado a Vox. Como ya no tienen ETA que sacar a pasear inventan bandas terroristas que les permitan aparecer como víctimas, aunque no les hayan hecho nada ni lo piensen hacer. Una táctica muy vista ya de los grupos neofascistas pero que tiene sus seguidores porque el periodismo carroñero alimenta esa forma de concebir el mundo.

¿Qué clase de sociedad democrática se está construyendo cuando se puede pensar que en Marinaleda el alcalde y sus acólitos pueden lanzar un pogromo contra unos votantes que piensan distinto? Es cierto que no deja de ser un partido neofascista, pero aun así un demócrata los derrota con otros elementos distintos a la violencia física o la ejecución social. Enfermos los que idearon el programa pensando en la carnaza y la carroña que deglutirá una sociedad embrutecida por la espectacularización. Enfermos los cavernarios al pensar que por el hecho de ser comunistas van a actuar como los antiguos estalinistas. Enfermos y detestables si los de Marinaleda actuasen como verdaderos estalinistas contra las personas que han votado lo que han querido por poco que guste. Cuando se vota con las tripas, cuando se escribe con las tripas, cuando se vive con las tripas se pierden los valores democráticos y la ética.

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