María Rosa García López nació en Puerto Lumbreras hace 36 años y es madre de dos niñas, Amanda y Rosa. Licenciada en Derecho, Abogada en ejercicio y Administradora de Fincas, forma parte de un despacho profesional  junto a otros cuatro compañeros. En otra faceta, María Rosa es Secretaria General de Guadalentín Emprende y nueva Vicepresidenta de Aseplu, que agrupa a los empresarios lumbrerenses. Pertenece, como inquietud de madre, al Consejo Escolar del colegio de sus hijas. Deportista, practica la bicicleta y es amante de la Naturaleza.  Reconoce que nació al mundo con vocación de servicio público por influencia paterna. Su padre, Emilio García, fue Alcalde durante 16 años. Recuerda con admiración la trayectoria política de su progenitor y dice que “es un ejemplo a seguir en todo”. De hecho, ella aplica en su vida lo vivido en su casa como forma de solucionar asuntos.

¿Qué es Guadalentín Emprende?

Representamos a todos los jóvenes empresarios de la Comarca del Guadalentín, desde Alhama a Águilas. Somos 140 socios. Creo que hacemos una labor brillante pues le dedicamos mucho tiempo y pienso que merece la pena. Es una experiencia enriquecedora que me encanta, que no la quiero abandonar mientras pueda y eso ha sido lo que me ha empujado a integrarme en la directiva de Aseplu. Es aplicar lo de Guadalentín Emprende a Puerto Lumbreras.

¿Qué es Aseplu?

Aseplu representa a los empresarios en general, a todo tipo de empresas de Puerto Lumbreras, de distintos gremios. Por tanto, al pertenecer a dos estructuras diferentes, estoy situada entre la macroeconomía y la microeconomía, sobre todo cuando acudo a las reuniones de la patronal Ceclor. Ello me permite tener una visión global de todo. No deja de chocar mi personalidad con el perfil de directivo empresarial aunque creo que no es incompatible para nada. Sabiendo donde estás y lo que te toca hacer no debe de haber problema alguno para mantenerse.

¿Qué opinión tiene sobre la actual situación del tejido industrial y empresarial de Puerto Lumbreras?

El mayor problema que veo ahora mismo es el Plan General de Ordenación Urbana, cuya situación contribuye a la paralización de la actividad a la hora de que las empresas sigan creciendo y evolucionando. Existen empresas que se ha tenido que desplazar a Lorca por no tener espacio y suelo industrial donde ubicarse. Es triste. Y todo, como consecuencia de la mala gestión municipal en el Pgou. No está en manos de Aseplu pero creo que puede contribuir y mediar para intentar ayudar y que, por supuesto, no nos vean personas políticas.

¿Existe algún otro problema más que enturbie la vida municipal para los ciudadanos?

Estoy convencida de que existe una sensación de hartazgo en general de los políticos. Puerto Lumbreras ha sufrido  por el hecho de que su ex alcalde y ex presidente autonómico haya estado en el punto de mira. La sensación de la política es mala, no porque sean de un partido político ni porque sean ellos a nivel personal, pero sí hartazgo de políticos a nivel local, regional y nacional. Es necesario limpiar la mala imagen de la clase política así como mejorar la calidad de vida, que los vecinos vean limpias sus calles y disfruten de la vida cómoda que ofrece un pueblo.  Hemos ido hacia lo grande y perdido lo pequeño. Queremos estar bien pero con una buena amplitud de futuro y asegurar lo que tenemos.

Usted es profesional de la Abogacía y directivo de dos patronales. ¿Eso puede suponer un aval de futuro a la hora de desembarcar en otros roles de la vida?

Sí. De hecho, yo creo que en otros segmentos vivenciales se va y se llega por el respaldo de otras cosas que te dan cierto empaque al haber demostrado haber trabajado en algo.  Podría ser una tarjeta de visita para que en algún momento de la vida política sea una opción porque se tenga un buen perfil de personas con inquietudes. Y en mi caso, aún no lo sé, es una opción que sobrevuela desde hace muchos años. Siempre ha estado presente y siempre lo tendré. Yo soy militante del PSOE desde hace muchos años.

¿Existe la posibilidad de que pueda dar el salto a la política local de cara a las próximas elecciones?

Existe la posibilidad, siempre ha estado ahí. Pero en  la local y la regional. No me veo tan orientada a la local, la verdad. Está ahí y lo llevo en las venas. Me agrada que me lo digan y no descarto la posibilidad. También es cierto que hay que valorar muchas cosas, es decir, si te sientes representada por lo que tu partido está haciendo, porque nos lo han hecho pasar muy en mal en momentos duros, incluso y enfado, y luego la vida personal, que pesa mucho.

¿Cuáles son las debilidades y fortalezas del PSOE, ahora que tiene nuevo Secretario General, nacional y regional?

Al ser el PSOE un partido muy democrático, eso representa una fortaleza. Sin embargo, algo hemos hecho mal que no ha llegado a la gente, quedando claramente evidenciado. Sin embargo, tenemos al PP, que no tiene democracia interna y ahí sigue fuerte a pesar de lo tocado que está. Parece que es un valor nuestro pero a veces no sabemos ni entrar ni salir cuando hay que hacerlo, y no hacernos daño como nos hacemos en determinados momentos. Es algo que arrastramos desde la salida forzada del Gobierno Regional de Carlos Collado. Desde entonces, el PSOE no ha levantado cabeza. Collado hubiera ganado las elecciones siguientes.  No sabemos lo que tenemos que hacer porque aquella etapa no la hemos superado. Respecto a Diego Conesa, espero que la nueva aventura sea próspera y que consiga integrar a todos, porque él y María tienen un 50% de votos cada uno. La diferencia existente entre los dos significa que tienen que estar ahí y que tenemos que seguir trabajando aunque el representante sea Diego Conesa. Hace falta mucha generosidad por ambas partes y por todos aquellos militantes o personas que esperan algo, que entiendan que si no se les da no es motivo de lucha, sino de arrimar el hombro.

¿Se puede dar por finiquitada la etapa del PP en Murcia después de 25 años de gobierno con la nueva dirección del PSOE?

Yo no la daría por finiquitada, no por culpa nuestra o porque no lo vayamos a hacer bien, sino porque con la entrada de los partidos emergentes, el reparto electoral hace pensar que no estamos hablando del mismo escenario. No creo que el PSOE gane con mayoría absoluta, eso no lo voy a ver en muchos años. No vamos a volver a esos años de mayorías aplastantes, sino de conciliación entre partidos porque si aparece el partido de Alberto Garre, tengo claro que le va a quitar votos al PP que no van a venir al PSOE, y por tanto, al haber más partidos, ninguno sacará la mayoría.

¿Confía en la madurez de los lumbrerenses para cambiar de gobierno en las próximas elecciones? ¿Cree que es necesario?

Yo creo que sí. Es necesario. Debe de haberlo. Cuando los partidos llevan ya bastante tiempo en el  poder, demuestran la decadencia en determinadas actividades porque irremediablemente el tiempo pasa factura, la fuerza no es la misma. Yo creo que los ciudadanos maduran y tienen que apostar por cambiar de signo político. Puerto Lumbreras ha pasado una etapa turbulenta. La situación en que se ha visto nuestro pueblo sin ninguna necesidad le ha pasado factura, y eso de estar en boca de la gente no le gusta a nadie. Nos han prometido muchas cosas y no han fructificado. Ellos no son brillantes y  tampoco son un buen equipo. A mí, a nivel personal me caen todos muy bien, pero en el plano político no me parece buena su gestión.

Pongámonos en el escenario de que Usted fuese candidata a la Alcaldía. ¿Qué tipo de gentes llevaría en su lista?

Creo que hay mucha gente con muchas ganas de hacer algo, no tanto porque se sientan representados por las siglas, porque aquí un partido independiente prosperaría mucho más que unas siglas, por la inquietud de las personas de hacer cosas y que les da miedo identificarse porque no deja de ser un pueblo. Buscaría en ese escenario, siempre que yo pueda ser capaz de convencerlos.

Por último. ¿Qué dirían Amanda y Rosa de ver a su madre como Alcaldesa?

No lo sé aunque creo que les haría ilusión ya que tienen en la mente que su abuelo fue Alcalde. Eso yo lo he vivido en mi casa, cuando venía gente a conocer a mi padre,  incluso pararlo por la calle, que era como ver a Dios, y para mí era algo muy normal. Si se diera el caso, les haría ilusión, aunque ahora mismo no lo sé si podré darles esa alegría o disgusto. En cualquier caso, si decidiera dar el paso sería a última hora y tendría que abandonarlo todo. Me da pena dejar lo que me gusta, mi despacho profesional creado de la nada hace diez años, y mientras pueda voy a apurar todo el tiempo posible.

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