No han entendido nada o quizás no quieran entender. La intervención de Mariano Rajoy en el debate de la moción de censura demuestra que el PP no ve la realidad que tiene ante sus ojos o peor, que la ve, pero la ignora. La moción de censura que hemos presentado no habla de estrategias partidistas, la moción habla de la cuestión de la confianza, la confianza que el pueblo le ha retirado al Gobierno harto ya de corrupción, de saqueo y de recortes. Puede que Rajoy no haya comprendido el mensaje o que directamente evidencie una vez más que la democracia, la gente y el Parlamento ‘se la refanfinfla’.

Pero la moción de censura engloba dos mensajes muy claros para quien quiera verlos, el primero, la pérdida de confianza que ya he mencionado, y el segundo, que es necesario plantear un programa de gobierno y proponer un candidato que atienda a la situación de emergencia democrática que está viviendo nuestro país. Y esa situación de emergencia, en estos momentos, la están padeciendo personalmente los sectores más vulnerables de la sociedad, aquellos que más han sufrido los efectos de las políticas de Rajoy y de la Trama.

Analicemos por ejemplo la situación de los trabajadores y trabajadoras. El poder adquisitivo de los salarios desde el inicio de la crisis ha caído un 10%, afectando principalmente a los más bajos, y especialmente a las mujeres, lo que ha provocado un aumento gradual de la desigualdad salarial. Los EREs, la precarización y la vulneración de convenios colectivos son el pan de cada día en muchos sectores, y se está convirtiendo en la norma a seguir. Por eso necesitamos una moción de censura, porque este Gobierno, a través de las reformas laborales, ha devaluado de tal forma el empleo que el trabajo no garantiza una vida digna, creándose incluso una nueva figura social: el trabajador o la trabajadora pobre con salario de hambre. Como ha señalado Pablo Iglesias en su intervención, las medidas a seguir para revertir este proceso y garantizar un empleo digno son claras: un incremento gradual del salario mínimo interprofesional, implementar una renta garantizada y un programa de renta complementaria.

En segundo lugar, podemos atender a algunos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2016 para defender la necesidad de presentar esta moción de censura: casi un 40% de los hogares no pueden afrontar gastos imprevistos, el 33,9% llega con dificultades o no llega a fin de mes, la tasa de riesgo de pobreza se ha situado en el 28,6%, según EAPN, y el simple hecho de ser mujer ya supone en si mismo un riesgo de exclusión social y de pobreza. Detrás de estas cifras hay personas, personas que merecen que un gobierno garantice sus derechos más básicos. Ahí reside precisamente la necesidad de esta herramienta parlamentaria, porque es nuestra responsabilidad ofrecer un programa donde se incluyan medidas que atiendan a estas situaciones de urgencia social.

En este contexto, no podemos olvidar uno de los cuatro pilares fundamentales del Estado de bienestar, los servicios sociales, que han sufrido de forma drástica las tijeras del Gobierno. Desde 2009 se ha recortado en esta partida el 43,85%, en una línea de aumento paulatino de la pobreza, hasta el punto de que casi 700.000 hogares no tienen ningún ingreso. Por eso presentamos esta moción de censura, porque tenemos un Gobierno que no lucha contra la pobreza, lucha contra los pobres. Necesitamos que se refuerce y se presupueste adecuadamente el Plan Concertado de Prestaciones Básicas de Servicios Sociales que financia los servicios sociales, tal y como ha defendido Pablo Iglesias en el programa adjunto a la moción.

Lo mismo ha sucedido en Sanidad y Educación, donde desde 2008 se han recortado 17.000 millones de euros. Comparemos estas cifras con los 90.000 millones de euros anuales que cuestan los delitos de corrupción, según la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, y preguntémonos si no es una cuestión ética presentar esta moción de censura.

Por supuesto, no podemos olvidar la atención a las personas en situación de dependencia. No podemos olvidar que el pasado año 40.647 personas fallecieron sin llegar a recibir las prestaciones que les correspondían por derecho, según datos del Imserso, y que actualmente hay 335.201 personas en lista de espera, de las cuales el 36% está en situación de dependencia severa y gran dependencia. Con los Presupuestos Generales del Partido Popular no se llegará a atender a todas las personas que se encuentran en esta lista de espera. Esto no es propio de un Gobierno digno.

Por si fuera poco, el Gobierno del PP, en vez de responsabilizarse de garantizar los derechos de la gente, actúa privatizando los servicios sociales públicos. Es lo que sucede cuando se apuesta por un modelo de país donde se saquea lo público a base de privatizaciones, desmantelamiento y corrupción. Por una Ley de Atención a las personas en situación de Dependencia 100% pública y por la garantía de que un Gobierno encabezado por Pablo Iglesias asumiría la responsabilidad de defender los derechos sociales, hemos defendido la moción de censura.

La moción de censura, por lo tanto, no la hemos presentado con objetivos partidistas. La hemos presentado porque este Gobierno que hoy censuramos ha puesto como centro de sus políticas la defensa de los intereses de unas élites de privilegiados, devaluando la función misma de las instituciones y estableciendo la corrupción, el saqueo y los recortes como programa político. Pero nosotras, con el programa que ha defendido nuestro candidato, no vamos a permitir que se siga normalizando la pobreza, que se luche contra los pobres y que se vulneren los derechos fundamentales de la gente. De eso hablamos cuando hablamos de moción de censura. No han entendido nada Rajoy y sus aliados o no han querido entender. Es lo que sucede cuando no se gobierna para el pueblo, sino contra él

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