El Obispado de Málaga está muy enfadado con el Ayuntamiento de la ciudad porque no ha quitado un mosaico del artista Invader. La obra en cuestión se encuentra en uno de los laterales del Palacio Episcopal, pero debe ser que como es la entrada del obispado le molesta a la curia malagueña tamaña ofensa. Y se quejan al PP malacitano porque no les quitan el mosaico de una mujer vestida de faralaes. Y lo hacen recordando que el susodicho palacio es un Bien de Interés Cultural (BIC) y que nadie les ha consultado la instalación del mosaico.

La verdad que la obra de Invader tampoco es que se pueda considerar una obra de arte. Cualquier niño o niña de Málaga seguramente haría algo un poco mejor en términos artísticos. Pero ni es ofensivo a los ojos, salvo que se sea un snob o un extremista del arte renacentista, ni daña en sí la estructura del Palacio. Es más, como elemento de curiosidad turístico puede hasta tener encaje. Lo curioso es que se encuentra justo al cartel que indica la calle santa María que, por los mismos motivos, podría ser perjudicial para el palacio. Un palacio que al BIC tiene una protección especial, no paga IBI y se subvencionan las reparaciones seguramente.

¿A quién le importa el mosaico pequeño salvo al señor obispo? De hecho si no lo llegan a hacer noticiable ni dios hubiese dicho algo. El señor Jesús Catalá, obispo de Málaga, demuestra ser muy carca. Igual si se hubiesen colgado unas bellas y orondas vírgenes de Rubens no hubiese protestado. Pero como es una mujer con faralaes parece ser que se acerca a las mujeres babilónicas. Claro que los antecedentes de Catalá es el mismo que catalogó el matrimonio homosexual como similar al de un hombre y un perro, o de un viejo con un bebé. Y para qué hablar de la posibilidad de que una pareja homosexual adopte. Espuma por la comisura de los labios le sale.

Claro que esto de los faralaes debe ser que no le gusta nada como cuando hizo dimitir a un cófrade porque se había divorciado, contraviniendo las enseñanzas del papa Francisco. “El matrimonio homosexual es una ley inventada por los hombres” afirmó en otra ocasión. Le recuerdo señor obispo que el matrimonio no homosexual también. Lo que dijo el Escritor J no es más que un remedo de mitos y leyendas que se fueron transmitiendo de boca en boca hasta que lo puso en papiro. Fueron los hombres y sólo ellos (porque las mujeres aún no tenían poder) los que hicieron las leyes, así fuesen por inspiración divina.

Pero volviendo al dilema palaciego. Es curioso como las farolas adosadas al mismo suponen un atentado artístico también y no hemos escuchado al señor obispo quejarse. Ni cuando ponga cartelones o banderas en la fachada principal seguramente haya peligro de BIC o estético. Le molesta al señor obispo que el poder real resida en lo civil. Le molesta llamar al consistorio malacitano, del PP repito, y no se postren a sus sandalias, que no son las del pescador sin duda. Eso sí, el alcalde Francisco de la Torre se juega la excomunión. Que los carcas son muy suyos.

De ser el alcalde o la Junta de Andalucía le cobraba el IBI, que por un palacio así de grande debe ser un dineral, le dejaba que se pagasen ellos los gastos de todo o les expropiaba el palacio por ser BIC. Porque es de suponer que todas las alteraciones que se hagan en el interior también afectarán a la obra artística. Y el gran trasiego de personas desgastará el suelo, que estará protegido, también supone alterar un edificio BIC. Evidentemente es una exageración pero hay que dejar claro que no existe un poder eclesiástico ya en España. Existe una fe católica a respetar e, incluso en algunas ocasiones, cuidar. Pero nada más. Si se pone un mosaico artístico en la fachada de la calle santa María se aguanta porque no deja de ser arte, feo pero arte. Y si no quiere ¡pague el IBI!

 

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