El último de los disparates de la causa del Procés es que no hubo Auto de incoación de ningún tipo de procedimiento, ni de sumario ni de diligencias previas.

Pablo Llarena no dijo en la causa del Procés ni una cosa ni la contraria. No se sabe si el procedimiento que había que tramitar en la causa contra los independentistas catalanes era el propio del sumario o el de las diligencias previas. Y al día de hoy sigue sin saberse.

El sumario o las diligencias previas son los dos únicos procedimientos de investigación penal que existen en el ordenamiento jurídico español. O es una cosa o es la otra. Pero una de las dos tiene que ser.

El procedimiento abreviado, que comienza con las diligencias previas, se  aplicará al enjuiciamiento de los delitos castigados con pena privativa de libertad no superior a nueve años, o bien con cualesquiera otras penas de distinta naturaleza bien sean únicas, conjuntas o alternativas, cualquiera que sea su cuantía o duración. Para los delitos con pena privativa de libertad superior a los nueve años la investigación se realizará por medio del sumario.

Por esa razón no se puede iniciar ninguna investigación penal sin saber si se trata de un sumario o de unas diligencias previas. Y en la causa catalana Pablo Llarena no ha dicho ni una cosa ni la contraria. En realidad no ha dicho nada.

En las causas contra aforados la Sala de admisión del Tribunal Supremo es quien acuerda la apertura del procedimiento y designa al magistrado instructor, pero es a éste último a quien le corresponde en realidad incoar el procedimiento de investigación según el tipo de delito, esto es, aperturando diligencias previas o sumario.

Lo que no puede hacer el magistrado instructor es no abrir nada. Todo lo que se haya hecho sin incoar nada es nulo.

Según una biografía suya que parece consentida, Pablo Llarena ejerció como abogado de 1986 a 1988, a pesar de lo cual ingresó en la carrera judicial muy poco después en 1989, con lo que si descontamos el tiempo de permanencia en la escuela judicial su preparación se limitó a unos muy pocos meses.

La falta de preparación de Pablo Llarena y su inexperiencia como magistrado del Tribunal Supremo estarían detrás de los continuos errores en la investigación de la causa del Procés, que ha provocado la crisis política más grave en toda la historia de nuestra democracia reciente.

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