Salvador Fornell

La Proposición no de Ley (PNL) de Podemos pretendía reclamar al Consejo de Gobierno andaluz que instase al Gobierno central la regulación inmediata del uso del cannabis medicinal, tanto en el aspecto comercial, en relación con la industria farmacéutica y médica, como en el aspecto individual, y en el uso terapéutico y recreativo. Vamos que se regule el uso del cannabis (o los porros) a todos los niveles de consumo. Se han opuesto PSOE-A y PP-A, Ciudadanos se ha abstenido (no es de extrañar) y ha contado con el apoyo de IULV-CA.

Sin embargo, sí ha salido adelante una propuesta para que la Cámara solicite la regulación inmediata de la producción y cultivo concertado de cannabis, de manera asociativa, sin fines de lucro, tanto para el abastecimiento con fines medicinales como con fines científicos y de investigación. En este caso han apoyado la moción PSOE-A, Podemos e IULV-CA, con el voto en contra de PP-A y la abstención de Ciudadanos (otra vez).

Gracias a una enmienda del PSOE-A en el texto sí se insta al Consejo de Gobierno para que proponga al Gobierno de Mariano Rajoy la creación de un grupo intersectorial en la delegación del gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. En este grupo se reúnen también los consejeros de comunidades autónomas y se pretende que se debata a nivel sanitario, legislativo y social la posibilidad de la regulación terapéutica del cannabis. También se ha incorporado (esta vez con el voto positivo del PP-A y el negativo del PSOE-A) una enmienda de Ciudadanos para que se regulen los puntos de venta controlados y delimitar las redes logísticas.

El diputado Juan Ignacio Moreno de Acevedo, de Podemos, ha afirmado que dentro de poco se verá cómo los países del entorno aprueban leyes que regulan el uso del cannabis. Además, ha añadido, si se hace una regulación correcta se generaría un negocio “superior a los 10.000 millones de euros”. Recordando que en los cincuenta se vendían cigarrillos de cannabis terapéuticos y que las drogas circulaban libremente entre los ricos, “sólo se prohíben cuando tienen acceso a ellas los pobres”. Ha defendido su uso lúdico pues es una forma de expandir la mente y alterar la conciencia y “parece que abrir la mente y pensar diferente se prohíbe en la mayoría de los Estados”.

Olga Manzano, del PSOE, le ha respondido que precisamente esa alteración de la conciencia es la razón para su restricción, porque “restringir su uso puede ser una forma de promoción de la persona”. En todo caso lo que hay que hacer es valorar los riesgos de forma que se sepan con claridad qué conlleva. La conservadora Catalina García, por su parte, ha hecho un discurso que parecía recordar las maldiciones bíblicas sobre la alteración de la mente. Con un porro, ha manifestado, se producen una serie de alteraciones como la somnolencia (¿cómo sabe ella las alteraciones que se producen?) pero que en altas dosis puede provocar “pánico, depresión y alucinaciones”.

 

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