El trabajo como personas porteadoras puede parecer como algo lejano, algo de una sociedad impensable a los urbanitas que habitan en la península. Pero no, está en el propio territorio español, en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla a diario estas personas pasan de un lado a otro de la frontera con Marruecos para buscarse la vida legítimamente, portando ellas mismas la mercancía. En muchas ocasiones obligadas por distintas mafias del tráfico clandestino de mercancías. Un trasiego de personas que se encuentran, en ocasiones, frente a avalanchas, un sol apabullante, necesidades fisiológicas, heridas leves o más graves, y que parecen ser tratadas como verdaderos animales de carga.

Por esta situación, brevemente descrita, se ha preocupado, más bien habría que decir que se preocupa con toda la asiduidad que le permiten sus obligaciones en el Senado, ha preguntado la senadora de Podemos, Maribel Mora. Y como suele hacer frente a un gobierno que utiliza todas las artimañas legales que puede para evitar los asuntos espinosos, la senadora andaluza ha lanzado su batería de preguntas para que le expliquen al detalle todo lo que desea conocer. Algo que, como hemos contado en otras ocasiones, ayuda al propio gobierno a descubrir qué pasa dentro de sus competencias. En esta ocasión Mora  quería denunciar, mediante las preguntas, “las condiciones indignas que sufren las personas porteadoras de Ceuta y Melilla”. Condiciones que en su parecer “continúan con escaso o nulo avance en la resolución de esta problemática en nuestro suelo”. Porque, en la dictadura alauí las condiciones a saber cómo serán.

Estamos hablando de, según informa en propio gobierno en una de las respuestas, un tránsito diario de 5.000 o 6.000 personas, por lo que esos puestos deberían tener, así lo entiende la senadora de Podemos, gran defensora de los Derechos Humanos, las “mínimas condiciones de habitabilidad, seguridad e higiene compatibles con estándares europeos”. Por eso preguntó la senadora sobre la existencia de baños públicos en los pasos fronterizos, a lo que la respuesta del gobierno es que existen pero que públicos, públicos igual no son, por la respuesta que ofrecen. Así en los pasos de Beni Enzar y Farhana los baños están en la zona de la Policía Nacional y la Guardia Civil y “pueden ser utilizados previo requerimiento a los funcionarios de servicio”. ¿Imaginan al pobre policía tener que dar permiso a cerca de mil personas para hacer sus necesidades en el baño de sus dependencias? Nadie se cree que se conceda de manera tan “graciosa”. Por tanto, es como decir que no hay. En el paso de Barrio Chino sí que existen ese tipo baños públicos. Pero ¡Ah, sorpresa! llevan cerrados casi el mismo tiempo que se construyeron por falta de agua corriente y limpieza. Ante esto se pregunta Mora “¿lo desconoce el gobierno o es que con colocar unos retretes inútiles les es suficiente para decir que los hay?”.

Otra cuestión que pregunta la senadora de la formación morada, y que es sumamente lógica, es si existen pasos para personas con movilidad reducida. A lo que el gobierno responde que algo parecido a eso sí existe. Como la propia senadora ha podido atestiguar visual y presencialmente, se trata de un paso que no se usa. ¿Por qué? Porque resulta sumamente engorroso para los funcionarios de policía, ya que hay que desmontar y acceder a una zona de paso de mercancías. “La realidad es que las personas con movilidad reducida no pasan por ahí, o padres o madres con carritos pasan por una puerta lateral teniendo que desmontar el propio carrito” constata Mora.

Otra cuestión importante es cómo evitar las avalanchas que se producen constantemente en los pasos. Se colocaron diversos utensilios para formar filas, como postes de metal, pero que no han servido de mucho hasta que, al fin, se aumentó la dotación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero la gran estructura frente a las avalanchas, que curiosamente dicen en el gobierno que sólo se provocan desde el lado marroquí, es el paso mediante tornos. Un sistema eficaz, dice el gobierno en su respuesta, “siempre y cuando las personas que los usan lleguen ordenadas en fila y de una en una”. Mediante similar situación hasta podría quitar los tornos.  Para Maribel Mora “resulta bastante increíble que ni siquiera piensen en el riesgo que suponen en la práctica [los tornos] al respecto, cuando es precisamente por estos elementos por los que se provocan las situaciones de mayor peligro, por las dimensiones de los tornos; e, incluso, el fallecimiento de un porteador recientemente”. Por tanto, continua la senadora de Podemos, “son elementos que habría que eliminar de manera inmediata”, pues en la zona española no sirven para realizar ningún tipo de fiscalización, porque el control de identificación se realiza al entrar. Así, se pregunta Mora: “¿para qué están entonces? Para estorbar a las personas porteadoras”.

Respecto a las avalanchas como algo que se produce sólo en la parte de la dictadura alauí, responde Mora que es falso que siempre sea del otro lado. Justo cuando el último fallecido fue justamente del lado español. Algo que nos lleva a la siguiente inquietud de la senadora de Podemos. ¿Con qué medios humanos e infraestructurales se cuenta para las posibles lesiones o heridas que se puedan producir por las avalanchas, tanto entre los porteadores como entre los funcionarios españoles? Hay botiquines que se dotan de material, especialmente en Barrio Chino, en cuanto se acaban las existencias. Pero vamos, por lo que responde el gobierno, nunca hay lesiones, ni nada por el estilo entre los policías o guardias civiles de los puestos fronterizos. Como puede verse en la imagen que hemos obtenido del botiquín de Barrio Chino, la última vez que se repuso debió ser en los tiempos en que Gregorio Marañón hacía sus prácticas.

Para Mora resulta curioso, cuando menos, que “tras numerosos accidentes diarios de los porteadores y funcionarios el botiquín esté vacío y no exista ningún servicio sanitario para las lesiones que en el día a día sufren ambos tipos de personas”. Porque el gobierno reconoce que sólo el servicio del 061 acude cuando se le llama. Eso sí, el gobierno no ha contestado a la senadora la cantidad de funcionarios públicos han resultado lesionados en los últimos años, ni las inspecciones de salud laboral que se han realizado desde 2016 y cuáles habían sido las deficiencias detectadas. “Mucho me temo que las inspecciones han brillado por su ausencia” se lamenta Maribel Mora.

Cuestionada sobre la conclusión que saca de todo ello, la senadora de Podemos responde que “quizá deberían acudir el señor ministro y el secretario de Estado de Seguridad a esta zona, ver con sus propios ojos la situación indigna de personas porteadoras y funcionarios que trabajan en estos puestos fronterizos y hablar con ellos. Mientras tanto, idean una realidad paralela “inventada” desde Madrid que nada tiene que ver con la que sucede al pie de la frontera. Resulta poco serio para un Ministerio”. Y así con todo con este gobierno y este ministro.

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