Si ayer se analizaron las paradojas entre las propuestas políticas y económicas del PP almeriense para su 13° Congreso provincial, hoy es el turno para las propuestas sociales del partido conservador. En general, la ponencia es un recuento de lugares comunes, de copia y pega de otros programas y con una mirada social muy sesgada como era de esperar. Es en esta ponencia donde más inciden los conservadores en las críticas a las políticas sociales de la Junta de Andalucía. En especial a los retrasos en los pagos de la dependencia o las carencias sanitarias al decir de los populares. Sin embargo, se pueden encontrar más paradojas y curiosidades dentro de las propuestas realizadas.

Para el PP almeriense la mejor política social es crear empleo “de forma intensa y de calidad”. Justo lo contrario de lo que ha venido haciendo el gobierno de Mariano Rajoy, contratos eventuales y precarios. Es bueno que desde Almería marquen a Rajoy el camino a seguir en esta materia. Pero realmente es todo una explicación del ciclo de la prosperidad que vienen enviando desde todas las instancias conservadoras según el cual a más gente trabajando, más impuestos ingresados y más gastos. Lo que se ha demostrado como falso por el vaciamiento de la caja de la Seguridad Social por ejemplo.

Una buena propuesta es la implantación en la provincia de la Tarjeta Social para conocer “en tiempo real” las prestaciones de cada persona y poder actuar sobre aquellas que necesitan una respuesta más urgente. De hecho, una de las críticas más feroces a las políticas de la Junta de Andalucía es el retraso en la tramitación del salario social que va, según sus cálculos, de seis a ocho meses. También se adjudican que la Ley de Dependencia sea posible en la provincia por ser la Diputación quien adelanta los “pagos millonarios”.

Violencia machista o desconocer el problema

En el territorio de la violencia machista (ellos utilizan de género) es donde, pese a las buenas intenciones, se nota el desconocimiento de muchos procesos del ciclo de la violencia machista y de las consecuencias. Recurren a lugares comunes como ayuda psicológica, protección (no dicen cómo), asesoramiento o información. Es curioso cómo sale en el fondo la piedad cristiana al expresar que utilizarán “las herramientas a nuestro alcance para que nunca se sientan solas”. No explican las herramientas evidentemente, pero, además, se genera pone en marcha un mecanismo que podría victimizar a la víctima. ¿Por qué? Porque una de las soluciones que ofrecen para acabar con la violencia machista es aplicar planes de igualdad, esto es, ofrecerle una salida laboral en igualdad, como si la víctima no fuese lo suficientemente capaz de trabajar o algo así dan a entender.

Sorprende que mencionan en otro de los puntos lo siguiente: “Protegeremos a las mujeres que sean consideradas víctimas”. Sorpresa porque hasta que un juez determine si esa mujer es víctima o no, se deja a la persona a merced de la intemperie o, incluso, del propio agresor. Imaginen que un machista tortura psicológicamente a una mujer, pueden pasar en las periciales dos meses. Dos meses que esa mujer, que ha logrado dar el paso de la denuncia, estará en manos del agresor. No se establece según esta ponencia ninguna protección previa. Y no son pocos los casos que los agresores psicológicos acaban asesinando a las mujeres.

El recorrido por los lugares comunes en lucha por la igualdad de género recorre todos los planes de igualdad, la brecha salarial o el techo de cristal sin más propuesta concreta que la copropiedad de terrenos agrícolas o el apoyo a todas las asociaciones de mujeres. Así se dediquen a hacer macramé o ganchillo. Una muestra más de la utilización simbólica de la mujer en las políticas conservadoras.

Un tercer sector muy reducido

Según la ponencia del PP almeriense el Tercer Sector será apoyado desde todas las instituciones. Sólo existe un pero. Según su ponencia el Tercer Sector queda reducido a Protección Civil, Cruz Roja, AECC y las asociaciones de discapacitados. En sentido contrario sorprende que propongan una campaña de apoyo a la X en las declaraciones del IRPF para fines sociales. El obispo de la provincia seguramente no esté tan contento con esta propuesta. Solicitan dos unidades de cuidados paliativos más en la provincia para llegar a cuatro y defenderán la “gratuidad, igualdad y equidad del sistema sanitario en la provincia”, como bien manifiesta la propia Constitución Española eso sí. Pero no dicen que el Hospital deba ser público, se tapan las espaldas sin duda.

También solicitan el acceso a una vivienda digna para todas las familias, algo que Gabriel Amat está intentando con todas sus fuerzas y empresas. Critican el sistema educativo, pero no hacen referencia a que el déficit de presupuestos está vinculado a la reducción de la parte correspondiente al Estado. Es Montoro quien ha reducido el dinero a utilizar la Junta en su gestión. Pero eso se olvida entre las letras azules del partido conservador. Es curioso, dentro de las paradojas o meteduras de pata, que exigen la existencia de una Departamento de Investigación “que se precie” en la Universidad almeriense. Salvo que todos los departamentos universitarios son de investigación, tras decir eso no se sabe bien qué quieren decir con ello. Igual desean un Centro de Investigación autónomo.

Por tanto, la ponencia social está rellena de bellas palabras sin concretar en medidas y con una amplitud tan grande que puede caber desde un fracaso estrepitoso a un éxito. Demuestran que desconocen, por va en su ADN conservador, muchas políticas sociales que ni aparecen en la ponencia.

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