Hay días especialmente dolorosos, en lo político y en lo personal, porque a veces los acontecimientos políticos afectan en lo personal.

El pasado sábado nuevamente y van ya dos veces en los últimos años, se me  impidió acceder al lugar donde precisamente nací, la calle Ferraz 70, sede actual del PSOE. Yo llegué antes allí por cierto.

Nuevamente ha sido para asistir, esta vez como invitado, a la asamblea de lo que intenta ser una nueva IS en un nuevo PSOE. Iba sólo como invitado porque desde hace 10 meses estoy esperando que se me responda a mi solicitud de afiliación, realizada al día siguiente de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias.

En la respuesta desde la secretaría de organización a los organizadores de la asamblea se les informaba que el resto de invitados, la mayoría no afiliados como yo, podían pasar excepto José Luis Úriz Iglesias, o sea yo. En definitiva un veto puro y duro. Está muy feo Pedro poner vetos.

¿Podían haber hecho algo más los organizadores de la Asamblea? Probablemente sí pero supongo que no han tenido el valor suficiente para hacerlo.

He vuelto a sentir una nueva puñalada y te pregunto Pedro. ¿Qué he hecho para esa discriminación intolerable? ¿Acaso soy un criminal? ¿Un corrupto? ¿Un peligroso enemigo de la clase obrera, de la izquierda, o del partido?

Una pregunta me lleva atormentando todas estas horas desde ese instante: ¿Es acaso Pedro porque las gentes que opinan como yo no tienen cabida en este «nuevo» PSOE?

Eso a pesar de ser el mayor defensor de Pedro Sánchez y su nuevo proyecto para el PSOE desde hace año y medio.

El domingo viniste a Pamplona y estuve a punto de ir a preguntártelo en persona, también si admites estas discriminaciones inmorales y faltas de ética en este “nuevo” PSOE. No lo hice convencido de que tu guardia pretoriana de aquí ni me lo iban a permitir y con un disgusto era suficiente.

Todos pueden entrar menos José Luis Úriz Iglesias figuraba en el documento. ¿Es un agravio o una alabanza? ¿Es porque temen mi palabra que es mi única arma?

Tengo 70 años, ninguna ambición de poder, porque lo que tenía que ser ya he sido, ¿qué temen pues de mí? ¿Qué tan terrible que les lleva a cometer injusticias como esta?

Fui expulsado en 2010 con mentiras, de lo que fueron testigos centenares de personas y decenas de medios de comunicación. Envié en mis alegaciones grabaciones sonoras y de video de la cadena SER y Tele Navarra, así como documentos del secretario del ayuntamiento, del técnico de cultura y del portavoz de la Bildu de entonces, que demostraban que Pernando Barrena (una de las acusaciones era que había sido invitado por mí), lo había sido precisamente por ellos.

Aún así cometieron esa injusticia. A pesar de ello continué siendo socialista, me afilié al PSC del que nuevamente con mentiras me hicieron abandonar y desde entonces ponen un muro entre mi persona y MI partido, el PSOE.

Porque algo tengo claro Pedro, me considero más del PSOE, más socialista y más partidario tuyo (eso lo sabes) que los que impiden mi entrada a mi hogar en un doble sentido, incluso físicamente.

Probablemente en el futuro volveré a él y ellos ya no estarán. Yo nací ahí y ahí tengo mi alma, mi cerebro y mi corazón por mucho Torquemada que ahora lo impida. No pueden quemarme como en la Edad Media y supongo que no por ganas.

Seguiré defendiendo al PSOE y al Pedro Sánchez en tertulias, comentarios, debates, o artículos. Ese Pedro que en las primarias defendí hasta la extenuación, consciente de que algún día volverá y ese día me permitirás volver

Esta mañana en la que escribo triste, indignado, dolorido te hago esas preguntas Pedro, precisamente el día que llegaste a mi nueva casa. ¿Por qué? ¿Todo esto para qué?

Viva el socialismo! Viva el PSOE! Viva la izquierda! Gora! Visca!

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