Un grupo indeterminado de profesores de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) ha hecho público un comunicado consensuado, denunciando la precariedad y explotación laboral que sufren desde hace tiempo y su empeoramiento en este último curso pese a las ganancias de que se presume y el alarde de donaciones multimillonarias al Estado vaticano.

Quienes  respaldan su elaboración y difusión justifican mantener su anónimato para evitar represalias por parte de la rectora nominal Josefina García Lozano y del presidente ejecutivo de la Fundación San Antonio, José Luis Mendoza Pérez, titular del centro docente privado no eclesial con afán de lucro, como sería un despido inmediato aduciendo falta de lealtad hacia la empresa.

En un documento titulado La precariedad laboral docente es una de las  señas de identidad que definen a la UCAM, los afectados se refieren a la Universidad Católica San Antonio de Murcia afirmando «que pese a los importantísimos ingresos que reciben gracias a las matrículas de sus alumnos, cifras desorbitadas que se miden en millones de euros, las medidas de sus gestores hacia sus trabajadores (en este caso hacia los docentes) van encaminadas a una continua explotación y desprofesionalización de los mismos. No en vano, la última directriz de éstos va encaminada a que los docentes tengan que “manejar” una cantidad de alumnos por aula y una cantidad de asignaturas (para cumplir la ya de por sí desorbitada cantidad de créditos de su docencia) difícilmente abordables, al menos, con un mínimo de calidad y dignidad pedagógica y profesional».

Los profesores afectados llegan a afirmar que «el ultraliberalismo de esta institución, unido a la homofobia y el machismo que rezuman sus paredes, la convierten en un referente en lo relativo a prácticas opresoras» para continuar diciendo que «gestores, deslumbrados por el brillo y categoría que creen les aportan de cara a la sociedad los deportistas de élite y los ruinosos equipos deportivos, se han olvidado de que gestionan una institución de enseñanza superior que cada vez ofrece un peor nivel de formación».

Pero van más allá cuando revelan que «hay dinero para becas, galas del deporte, primas… pero para pagar a los docentes no, y a base de recortes y más recortes, de exprimir la profesionalidad de sus profesores y su voluntad de dispensar la mejor formación a los alumnos, están abocando a la institución a confirmar su ya de por sí mala fama: una universidad donde comprar el título».

Y hasta dan un aviso para navegantes. «A partir de ahora, que sepan los padres que pagan las matrículas de sus hijos con dificultad o los alumnos que con mucho esfuerzo intentan mejorar su currículum estudiando en la UCAM, que la exclusividad en el trato ya no será tal, y que tendrán que compartir sus clases con 80 o 100 compañeros, dependiendo de la modalidad de estudio que elijan. Imposible que un profesor sobrecargado de docencia, trabajos fin de grado, trabajos fin de máster…, y que además no puede dejar de lado la carrera investigadora, pueda dar un trato personalizado y atender las necesidades de sus alumnos con mediana calidad».

El manifiesto concluye diciendo que «unas medidas encaminadas a ahorrar dinero a costa de no contratar a nuevos profesores que son necesarios para atender a la importante cantidad de alumnos que se matriculan año tras año, e intentar hacer el ahorro en no pagar a los docentes todas las tareas extras que realizan. La fórmula es magistral: más alumnos, menos profesores, igual a ganancia asegurada a costa de todos ellos».

Vetada en Andorra

Por otra parte, el proyecto del laico español José Luis Mendoza Pérez de abrir en el Principado de Andorra, como un puro negocio privado y personal, una extensión de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) para el próximo curso 2017-2018 se ha venido definitivamente abajo tras ser detectado y evaluado a fondo su promotor.

En un primer momento, sorprendió a diversas instancias del pequeño país pirenaico al presentarse avalado por el copríncipe y obispo de La Seo de Urgel, el catalán monseñor Joan-Enric Vives y Sicilia, un barcelonés hoy de 67 años al que Roma y la Generalitat de Cataluña han hecho posteriormente caer en la cuenta sobre este valenciano seductor y conocido ex culturista, cuyas donaciones al Vaticano en los últimos veinte años ahora se investigan por orden del Papa Francisco.

Varios medios de comunicación de Andorra daban por hecho hace año y medio que el proyecto se podría poner en marcha inicialmente con una Facultad de Medicina, con estudios también de Fisioterapia y de Odontología, y con la titulación de Ciencias del Deporte. Además, según empresarios andorranos, estas carreras de la UCAM ya podrían haberse comenzado a impartir en el Principado en el próximo curso 2017-2018.

En un primer momento, apareció como partenaire local de Mendoza el presidente de los empresarios andorranos, Pere Augé Sánchez, así como gran valedor de sus planes de negocio en el Principado, hasta implicar a la mismísima Confederación Empresarial Andorrana al presentarlo como una iniciativa conjunta. El concurso del copríncipe llegó a implicar incluso al gobierno andorrano.

Pero la osadía de Mendoza de implicar al copríncipe llegó hasta el punto de intentar hacerlo cómplice involuntario de sus intenciones mercantiles al ofrecerle la tutela en Andorra de la Fundación San Antonio para así garantizar unos principios rectores católicos del proyecto, dejando a las autoridades gubernativas competentes su desarrollo normativo y curricular para la creación de los diversos grados universitarios que pretendía implantar por más rentables.

Hasta Andorra habría trascendido también de inmediato la precaución de los obispos vecinos a la Diócesis de Cartagena (Orihuela, Albacete y Almería) de no secundar la expansión del negocio de la UCAM en sus respectivas diócesis. También en Málaga le cortaron el paso.

Sólamente aprovechando un cambio de titular en la oriolana, el prelado dimisionario Rafael Palmero sucumbió a la oferta junto al entonces alcalde de San Juan de Alicante, Manuel Aracil, que fué cortada en seco por la Generalitat Valenciana gobernada por el PP y por el nuevo titular de la sede oriolana, el valenciano avisado monseñor Jesús Murgui, que finalmente no la admitió en julio de 2015.

Todos estos extremos alertaron a la Conferencia Episcopal Catalana cuando supieron que Mendoza se había presentado con sus artes ante el obispo de La Seo de Urgel para hacer un puro negocio privado y personal aprovechándose de su buena fé.

Posteriormente, el obispo de La Seo de Urgel, monseñor Vives y Sicilia fue puesto al corriente por la Nunciatura Apostólica en Madrid, que también lo es de Andorra, de la postura y opinión al respecto de la Santa Sede al utilizar Mendoza y su Fundación el reclamo de ‘católica’ como un señuelo de carácter semántico al no existir ningún tipo de dependencia formal ni jerárquica por parte de la UCAM aunque el obispo de Cartagena, monseñor Lorca Planes, ostente el título de canciller y actualmente la total complacencia, hasta la complicidad con Mendoza.

Según el digital https://infovaticana.com que se pregunta ¿Qué busca Mendoza implantando la UCAM en Andorra?, «la sociedad de Andorra ha reaccionado ante la intención de José Luis Mendoza, presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), de abrir una filial de la universidad en el Principado. Los andorranos se han movilizado para impedir que los planes de Mendoza se lleven a cabo, temiendo un nuevo “caso Pujol”.

«La oposición a esta iniciativa de Mendoza se debe, entre otros motivos, a la investigación que la Santa Sede mantiene abierta a la UCAM por cheques de los que se desconoce la procedencia. Asimismo, la institución, afirman varios medios, está siendo investigada por la Fiscalía anticorrupción por presuntas irregularidades urbanísticas y por delito contra el Patrimonio en Murcia», prosigue diciendo dicho digital oficioso.

«Los escándalos económicos y de corrupción que rodean a la UCAM han tenido su eco mediático fuera de las fronteras españolas. Varios medios de comunicación internacionales han recogido los supuestos casos de corrupción que enturbian la figura de Mendoza», añade.

«En cuanto a la acusación de venta de títulos universitarios, el Ministerio de Educación italiano denunció al Estado español ante la Comisión Europea después de descubrir irregularidades en los másteres de profesorado de la UCAM, que al parecer aceptaba prácticas realizadas antes de obtener la licenciatura o en campamentos de verano. También se detectaron irregularidades en la colegiación de varios abogados italianos que se habría realizado previo pago de unos 3.000 euros a la UCAM», sigue revelando.

«La sospecha de corrupción de esta institución católica salpicó también a la Santa Sede durante el primer Vatileaks, cuando se descubrió que el mayordomo del Papa Benedicto XVI tenía en su poder un cheque de 100.000 proveniente de la UCAM. Mendoza reconoció que habría donado alrededor de 50 millones de euros al Vaticano», recuerda Info Vaticana.

«Ahora el Papa Francisco ha exigido que se investigue la financiación de la Santa Sede, también en lo referente a las donaciones de Mendoza», afirma.

«Las voces que se alzan contra la implantación de la UCAM en Andorra recuerdan que el Principado no puede verse envuelto en nuevos escándalos de corrupción, y las sospechas que envuelven a la institución dirigida por Mendoza no parecen augurar lo contrario de llevarse a cabo los planes de expansión», concluye Info Vaticana.

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