¡Qué mal les han sentado las palabras de Ander Gil! No son capaces en Ciudadanos de aceptar las verdades, que esta vez no eran del barquero sino del portavoz del PSOE en el Senado. Si les dicen que han acudido a Alsasua a “montar el pollo”, que son hijos del aznarismo y sus doberman, que la convivencia no se construye con violencia y mentiras, al final se enfadan y se ponen chulos. Aunque bien es cierto que para que alguien de Ciudadanos se ponga chulo o farruco no hace falta mucho, lo llevan en su cadena genética de extrema derecha, esa misma que sacan a relucir cuando se descuidan y no siguen las reglas de la secta naranja respecto a la sonrisa y la compostura, pues el senador Gil lo ha conseguido con verdades. Porque son verdades y no las mentiras que vienen contando Ciudadanos y sus secuaces mediáticos.

Albert Rivera se ha creído que las mentiras que vienen distribuyendo la prensa de derechas, que es casi toda, y la liviandad de los medios supuestamente de izquierdas, pero tan dependientes del establishment como aquellos, es un apoyo a su excursión miedosa a Alsasua y se ha venido arriba. Se ha puesto chulo con el presidente del Gobierno por mor de no se sabe bien qué cosas de etarras inexistentes. Ni les tiraron piedras, ni les trataron violentamente, sólo Alsasua les dijo que no fuesen allí con mentiras y a generar odio. Porque odio es lo que genera Rivera con sus conmilitones ya que es la única forma de obtener réditos electorales pues carecen de programa (salvo el que le dictan desde los despachos del Ibex-35 y algunos lobbies).

El dirigente de Ciudadanos, mientras busca las piedras esas que no existen salvo en las mentes y las plumas de la Caverna, le ha pedido a Pedro Sánchez, con un tono prepotente y chulesco, que cese al “portavoz socialista, el señor Ander Gil, por sus desafortunadas e inaceptables palabras que confunde las víctimas con los verdugos”. Una mentira más de las expuestas en todo su discurso por Rivera, pues las víctimas no fueron ellos, ni los cuatro que le acompañaron. De hecho, en Alsasua dijo que se había condenado a 50 personas por la pelea de bar con dos guardias civiles, y no son tantas. Igual sólo son siete y han sido condenadas por la golpiza, no por terrorismo que es lo que quieren que se piense en la Caverna, en el PP y en Ciudadanos. Por tanto, no hubo acto de terrorismo, como dice la judicatura, por lo que Rivera miente para generar una posverdad que le permita aparecer a él como víctima de ETA (que tampoco existe, por cierto). Fueron a montar una bronca y recibieron insultos (las piedras se siguen buscando) por querer señalar a un pueblo como etarra, que es lo que en buena forma criticó Gil.

Y como está crecido tiene la desfachatez de “agradecer la presencia de los valientes que nos acompañaron ayer en el acto de España Ciudadana en Alsasua”. Pero ¿qué valientes? Si llegaron en coches con una escolta enorme y un pasillo hecho por las fuerzas de orden público y se fueron de la misma forma. Y ¿valientes contra gritos? Lo que quiere Rivera es aparecer como víctima de igual forma que se inventa en Cataluña. Pero no es víctima sino victimario, o peor aún, es el que señala el objetivo a batir. Aunque el miedo lo lleva en las entrañas y el odio le ayuda a superarlo de vez en cuando para advertir que acabarán con los vascos y los navarros. Más bien lo que quieren es acabar con los fueros para favorecer a ciertas empresas del Ibex-35 que no tienen negocios en aquellas tierras. Porque la defensa de la Constitución, como no se le cae de la boca, se hace cumpliendo todos los artículos de la carta magna, algo que no se hace como en el derecho a la vivienda o un trabajo digno.

Eso sí, te sacan al “carnicero de Mondragón” que allí acudió para señalar que eran abertzales y Alsasua es un pueblo de etarras. Es más le indignaba que el asesino anduviese por las calles de la población navarra porque para ellos debería estar en un fosa cubierto de tierra. Sin defender a semejante tipejo, es curioso cómo estos constitucionalistas que reclaman la calle para ellos (¿solos?), nieguen a otra persona que circule por la misma. Una vez cumplida la pena de cárcel por los asesinatos indignos ¿no tiene derecho a andar por donde quiera? Parece que para Rivera las calles sólo son para que paseen las personas que ellos y ellas digan. Y sí, el tipo es asqueroso y vil, pero una vez ha cumplido penalmente no deja de ser una persona con derechos y deberes, como cualquier otro ciudadanos. Es lo que tiene la democracia y el Estado de derecho que tanto le gusta a Rivera defender.

Realmente lo del etarra lo utilizan para hacer más grande la acusación contra Ander Gil y el presidente del Gobierno. “El sanchismo ha abandonado el constitucionalismo, ya que es un socio del nacionalismo y el populismo” ha dicho también el jefe de la secta naranja en una muestra más de la ignominia que destila cada vez que habla. Porque ahora parece que es él quien otorga las calificaciones de constitucionalistas, cuando lo son todos aquellos que velan por la misma. El problema es que Rivera, como le pasa con Kant, no ha leído la Constitución, ni sabe lo que dice en ella hasta que le avisa un asesor. Lo mismo que le pasa a Juan Carlos Girauta que es el que le debe mandar los whatsapps de aleccionamiento. Es tal su ignorancia que no sabe ni lo que es el nacionalismo, si lo supiera se daría cuenta que lo que puede defender Puigdemont, su verdadero Némesis, es lo mismo que defiende él. Nacionalista es Rivera, aunque hable de patriotas para despistar. Es tan pardo como Matteo Salvini, por ejemplo. Por tanto, si Sánchez pactase con él, que es lo que realmente le gustaría, también pactaría con nacionalistas. Y como Ciudadanos, como ya se ha dicho en estas mismas páginas, es un partido populista del sistema, pues también pactaría con populistas. Igual es un deseo reprimido que sale.

Y para rematar la puesta en escena de la victimización forzada, alentada por los medios de comunicación del establishment, acusa al PSOE de “agredir a los demócratas”. El acabose de la infamia y la perversión mental que tiene Rivera. Está a un solo paso de saltarse hasta a la extrema derecha. Le da igual poner en jaque al sistema democrático liberal con tal de derribar un gobierno, de imponer su voluntad o de sacar cinco votos más que el PP. Y todo porque ya les han advertido que sólo puede quedar uno, como en Los Inmortales. La clase dominante no quiere tres partidos de derechas, sólo uno, y en esa pelea por queda en pie Rivera, como hace Casado también, les da igual poner en quiebra el sistema. Son tan iliberales, tan fascistoides que van a conseguir que se quieran independizar todas las regiones por no aguantar esa transmisión de violencia, de odio y de venganza de cobardes. La democracia, que se basa en el diálogo entre distintos, está a punto de quebrar por culpa de estos tipejos indocumentados. Sánchez, con sus defectos, no agrede a los demócratas, les protege de seres como Rivera.

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