En todo ese andamiaje que viene construyendo Albert Rivera en Ciudadanos y su esfera de influencia hay un hueco para su “sección de acoso”, sus “camisas pardas”, sus SA (Sturmabteilung) al igual que el fascismo en el pasado. No es nuevo que diversos analistas crean ver en el populismo de la formación naranja una especie de vuelta al fascismo, un neo-fascismo adaptado al siglo XXI, que bajo la reclamación de democracia y libertad realmente desea una dominación de la ciudadanía bajo el yugo opresor del neoliberalismo de extrema derecha. Y si las SA tuvieron su noche de los cristales rotos, el nuevo comando de Rivera se dedica a los escraches de sus enemigos políticos… de momento.

Y no son unas juventudes de Ciudadanos, de eso casi no tiene un partido que nace bajo los auspicios del Ibex-35 y captando todo aquello que apestaba a fascista de la política española minoritaria. No. En esta ocasión es una asociación de policías y guardias civiles que han quedado, gustosamente, bajo el mando del dirigente naranja. Son, por tanto, un verdadero cuerpo de asalto. Jusapol que comenzó con una lucha justa por su reconocimiento salarial, algo que han obtenido tanto del gobierno del PP como del PSOE (y cuando haya presupuestos se comenzará a aplicar), se ha ido transformando en un aparto paramilitar de Ciudadanos. Curiosamente sólo la extrema derecha de Vox y Ciudadanos salen en su defensa una y otra vez. Y curiosamente sólo se van a hacer escraches en las sedes de PSOE, por toda España (como ha pasado en Madrid o Las Palmas), y la sede madrileña del PP. El resto de partidos no importan, sólo los dos que suponen una merma para Ciudadanos.

Es Albert Rivera quien anima a Jusapol a celebrar no-se-qué del 1 de octubre justo el día antes de la celebración por parte de los secesionistas y que acabó con puñetazos y cargas policiales. Es Rivera quien les anima a celebrar otra manifestación justo el 10 de noviembre para “terminar lo que empezaron”. Es Jusapol la que resulta animada para hacer escraches al PSOE por toda España. Porque Jusapol ha sido comprada por Ciudadanos como ya se publicó y comentó. Así, se compra un cuerpo de combate Rivera para poder seguir sembrando la violencia no sólo en Cataluña, donde el próximo domingo veremos qué pasa, sino extenderla en España contra uno o dos partidos. Violencia para ver si genera violencia y en el revuelo pesca algo Rivera.

Como pasó en Alemania con las SA quiere hacer Rivera en España. Genera violencia institucional, simbólica y callejera para pedir que se actúe contra esa violencia y/o generar una contraofensiva violenta y poder presentarse él como el salvador de España. Justo lo mismo que hicieron las SA en Alemania con los desmanes y desórdenes generados. Quiere sangre y muertos, de su lado por su puesto, para poder afirmar que el sistema bipartidista genera odio y violencia (lo que él mismo genera) y así instaurar un gobierno naranja, con los debidos apoyos de buena parte de la otra derecha (PP y Vox), que en base a la defensa de las libertades acabe con las mismas. Como sucedió en Alemania. Una típica táctica fascista que cuenta con un sindicato de policías y guardias civiles.

Albert Rivera al frente de la manifestación de Jusapol

Ninguno de los cuatros sindicatos de policías apoya este tipo de acciones (SUP, CEP, UFP y SPP), pero eso le importa poco a Rivera. Ya tiene a Antena 3, en especial Espejo Público, para que saquen a sus amigos de Jusapol (como le sacan a él todos los días) y hacerle publicidad. Y en la prensa, si le cuelan algo a La Razón y ABC bien, pero tienen a Ok Diario de Eduardo Inda y Florentino Pérez para que día sí y día también extiendan esa violencia simbólica entre las masas. Frente a una crisis económica que viene, como advierten numerosos analistas, y que podría generar una reacción de las clases populares en el sentido de buscar un sistema mejor, la solución conocida del neo-fascismo con cara democrática. Un populismo de derechas, no xenófobo porque no interesa, pero sí con sus cuerpos de combate y su Duce naranja (aunque con menos capacidad intelectual todo hay que decirlo). Vuelve el fascismo y parece que se está tomando a risa.

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