El establishment ha decidido que debe haber un Gobierno estable para después de las elecciones generales. Son conscientes de que a nivel mundial hay datos realmente alarmantes respecto a los indicadores económicos y que la llegada de un ciclo de crisis, en parte por no haber sabido atajar correcta y socialmente el anterior ciclo, es inminente. Esto provoca que deseen un gobierno que no esté compuesto por grupúsculos o dirigentes inestables, incluso mentalmente. De ahí que en los diversos mentideros de Madrid se apueste por dos tipos de gobierno: el preferido pero imposible PP-Cs; y el menos malo PSOE-Cs con el apoyo del PNV. No quieren inventos tipo Frankenstein o trifachito porque generan inestabilidad social, política y económica. Claro que esto lo podían haber pensado antes de dar cancha a los neofascistas.

En esta tesitura las palabras de Albert Rivera afirmando que no pactarán jamás con el PSOE de Pedro Sánchez, cuando todas las encuestas le otorgan como ampliamente ganador, quedan en papel mojado. Las encuestas marcan claramente que el hundimiento de Ciudadanos les permite ser pieza fundamental de un gobierno estable, pero sería una estupidez intentar algo por la derecha. Con una crisis inminente, tener a los neofascistas, que les sirven para virar las cuestiones a la derecha, gobernando o controlando al gobierno, sabiendo que son un brazo más del Imperio estadounidense, es poner en peligro los propios dineros. Y si algo saben en el establishment es resguardar antes que nada los dineros propios. Puede que Blackrock esté hoy en el capital de la mayoría de las grandes empresas del Ibex-35, pero mañana será otro fondo, mientras que los Pérez, Botin, Fainé, Lladó, Ortega, Roig se juegan realmente su dinero.

Así que nada mejor que Rivera tenga ya un tractor como el de la imagen del presente artículo para poder negociar con Aitor. Aitor Esteban del PNV evidentemente. Pues es el elemento de cordura y basculante que quieren entre Sánchez y Rivera. Poner calma y cordura entre dos personas que se quisieron mucho y hoy se miran con recelo. A Sánchez le sentó mal el cordón sanitario interpuesto y que lanzase la campaña sobre su tesis doctoral. No se lo perdona personalmente, pero es consciente de que si quiere seguir como presidente del Gobierno tendrá que tragar y tragará. Como José Luis Ábalos ha reconocido, no siendo lo más querido, es mejor pactar con Ciudadanos que con los independentistas, sabiendo que los números no dan con Podemos. Un primer paso para reeditar el “pacto del abrazo”. No sentará muy bien en la militancia socialista este tipo de noticias pero la realidad es tozuda.

Una vez que Rivera ha aceptado los fueros navarros en su pacto con UPN y PP (que tiene guasa), aceptar la idiosincrasia de Euskadi no le supondrá ningún esfuerzo si quiere entrar en el gobierno. Porque insistirán en entrar y el establishment apretará para que estén. Igual cae la cabeza de Rivera y asumen el mando Villegas o Garicano, pero Ciudadanos dando los números sabe que tendrá que pactar le guste o no. Además así el establishment, ese que se ha reunido con Sánchez en Moncloa, tendrá a alguien que frene las pretensiones sociales del socialdemócrata ante la crisis que llega. No es que desestimen una salida social, en contraste con la precarización y “desclasación” que llevaron a cabo en la última crisis, pero tampoco quieren que se les vaya la mano. Quieren inversiones públicas productivas, legislación laboral laxa y potenciar el mercado internacional, lo social que encaje con eso les viene bien. Que Pablo Casado haya dicho que tampoco él pactará con el PSOE es una boutade más del presidente del PP, nadie esperaba que lo hiciese, ni nadie quiere pactar con él seriamente.

El tractor de Rivera, visto que como se empecine le cortarán la cabeza, también le podría servir para trabajar ahora que tan interesado está en la España Vacía. Es que eso de Vaciada tiene mala leche que lo digan señores de derechas pues han sido sus políticas las que lo han provocado e incentivado. Concentración de mano de obra, para abaratarla, en los núcleos urbanos mediante la no inversión en infraestructuras necesarias. Esas han sido las políticas de la derecha en España. Aunque ahora se hagan bucólicas fotos campestres. El tractor le servirá pues a Rivera para trabajar o para negociar con Aitor. En cualquier caso lo mejor que lo tenga a mano porque necesitarlo, lo va a necesitar.

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