Ha tenido bastante difusión entre los mandos y las bases de Podemos un artículo cuyo título es Unidas Podemos debe ser destruido. En el mismo el autor, Jorge Armesto, nos expone una teoría sobre el fracaso de las negociaciones de la investidura fallida. El PSOE estaría jugándose la supervivencia como partido hegemónico del régimen del 78 y, como ha sucedido en otras ocasiones, se ve obligado a destruir todo aquello que se sitúe a su izquierda. De resultas de esa estrategia (“España, pues, puede hundirse en calamidades sangrientas y adentrarse en periodos de oscuridad y muerte. La democracia puede florecer y desaparecer. Pero el PSOE no. El PSOE ahí sigue” llega a decir), ahora le ha tocado el turno a Podemos, ese partido que surge del 15-M, que pone en solfa al régimen decrépito de la transición y que casi inmaculado trae consigo las verdaderas esencias de la izquierda.

Pedro Sánchez es visto como el verdadero factótum del intento de destrucción de Podemos ya que “Sánchez y la generación de cuadros que lo acompaña no responde ante la historia de España ni ante la ciudadanía y su bienestar. Eso es subsidiario. Responde sobre todo ante la historia de su partido y no puede permitirse ser su enterrador”. Un ser, por tanto, ególatra y que sólo está haciendo el juego de salvar al PSOE, el cual, como sostienen muchos analistas de la extrema derecha, es el culpable de todos los males que afectan a España. Si no hubiese existido el PSOE parece ser que la II República no hubiese caído ante el fascismo, o que la guerra se hubiese ganado, o que la transición con una democracia cristiana y un poderoso partido comunista nos habrían llevado por la senda de lluvia del maná o el néctar de los dioses. No lo dice en el artículo pero siempre suele aparecer este tipo de análisis o parecidos. En cambio, Pablo Iglesias es el nuevo dirigente mosaico que, portador de las tablas de la ley de la historia, viene a salvar al país y es por eso que quieren destruirle. “Se ha llegado hasta el extremo de poner la presidencia de un país en riesgo a cambio de su cabeza. ¿Tan importante es? ¿Existe algún precedente de algo así en un siglo de democracias occidentales? ¿Por qué es tan necesario acabar con él? ¿No debería esto hacer pensar a las personas de izquierda? Y mientras tanto, ahí sigue, demostrando una capacidad de resistencia inaudita. Es, desde luego, con todos los errores que se le quieran imputar, otro héroe trágico” escribe Armero extasiado ante el dirigente de Podemos. Eso sí, los héroes trágicos sufren del pecado de la hybris pero eso no lo cuenta.

Lo último antes de analizar el documento hagiográfico: “Según el cálculo del PSOE, tras la caída de Iglesias el resto del partido se desvanecerá al instante. Y esto es caza mayor, el objetivo número uno ante el que todos los demás palidecen. ¿Qué es avanzar en este u otro derecho social o aumentar el salario mínimo si lo comparamos con el premio de eliminar del mapa a tu antagonista principal y garantizarte la hegemonía por décadas? ¿Qué es gobernar, una presidencia? Nada. Migajas. Ningún derecho, ningún cambio legislativo, ninguna política económica, ningún gobierno vale siquiera un ápice comparado con el hecho de conseguir destruir a Unidas Podemos para siempre”. Según les ha gustado a las huestes moradas, parece que Sánchez no tenía ninguna otra intención que destruir Podemos, incluso poniendo en riesgo la presidencia que podría acabar en manos de la derecha. Ante esta teoría, que es bastante conspiranoica, cabría preguntar ¿si el PSOE ofreció la vicepresidencia a Irene Montero más tres ministerios, pueden explicar cómo querían acabar con Podemos que con haber aceptado ahora estaría compartiendo gobierno? En el PSOE podían pensar que no aceptarían y eso destruiría Podemos por aquello del relato, pero no son tan estúpidos de ofrecer algo que podrían haber aceptado y se acababa la estrategia. Si hasta Alberto Garzón intervino para asegurar el ministerio de Igualdad, tal vez el PSOE sí estaba interesado.

Que el establishment ha querido acabar con Podemos es cierto, pero no hoy sino hace muchos meses, mediante la maniobra del errejonismo, pero en el PSOE, sólo hay que hablar con sus dirigentes, saben que a su izquierda siempre es mejor tener algo, más o menos grande (preferiblemente subsidiario), que dejar todo ese espacio en el vacío. Prefieren tener una izquierda anticapitalista que les refuerce y les legitime igualmente. Podemos no molesta al PSOE en sí, lo que molesta es la falta de palabra, el creerse la luz del progreso y la única y verdadera izquierda. Aunque realmente no son más que bohemios burgueses del tercer sector o lo público que están en la friendly revolution (revolución de las sonrisas también valdría) y que prefieren una algarada que les proporciones muchos memes y videos para las redes sociales, pero ningún desgaste político en realidad. Es más, Sánchez no tiene necesidad de destruir Podemos porque ellos se bastan y sobran para hacerlo como se viene observando desde hace tiempo.

Se habla y no para de la soberbia de Sánchez, pero parece que nadie se ha parado a analizar la soberbia de Iglesias, de la que además hace pública ostentación. Aquella entrevista donde hablaba de su doctorado y sus títulos dando a entender que el gobierno debía ser de él y sus conmilitones porque eran más listos, de ahí que al ser esa élite o vanguardia de las izquierdas debían controlar la mayor parte del presupuesto del Estado con ¡¡¡42 diputados!!! Cifra que nunca dicen para manipular con los 3,7 millones de votos que parecen más cantidad, aunque en realidad están más cerca de Vox que del PSOE. Y algunos dicen maliciosamente que no sólo numéricamente. En Podemos al que discrepa, pero casi desde el principio de los tiempos, se le ejecuta en plaza pública para que quede bien claro quién manda. Y luego la culpa es del discrepante con la decisión del dirigente máximo. Y si hay que hacer una estúpida consulta sobre la casa que se compra la pareja dirigente, se hace, porque hay que ser más demagogos que nadie y evitar pagar por las decisiones propias aunque choquen frontalmente con lo que se ha venido diciendo de separarse de la realidad y vivir en el barrio.

Resulta que Anticapitalistas e Izquierda Unida piden llegar a un acuerdo programático para conformar un gobierno a la portuguesa o danesa. Y salen ya los trolls y las gentes dirigidas desde la calle Princesa por Pablo Echenique (quien se ha mostrado como un incompetente para la cosa política) a decir que son una banda de traidores que, incluso, incumplen lo dicho por las bases. Dos cuestiones, que así se entenderá el porqué de la autodestrucción, primero, las bases decidieron sobre una negociación ya pasada y fracasada, de ahí que los anticapis estén legitimados para pedir el cambio de la estrategia. Y segundo, las bases de IU dijeron que se apoyaría un gobierno si se llegaba a un acuerdo programático antes que nada. Acuerdo programático que, a día de hoy, no tiene ni una sola página pública que se sepa por parte de Podemos. Cinco puntos en un tuit es todo lo que han propuesto para ¡¡¡un gobierno!!! Y lo que acaba por llevar a la autodestrucción de Podemos es eso, que al final, la imagen que reflejan es que las políticas están muy por detrás de los cargos. Esos cargos que tienen partidas para alimentar a sus activistas mediante subvenciones a 17.995 euros. Como han hecho allí donde han tenido cuota de gobierno.

Salvo en Cádiz (anticapitalista, por cierto), no han sido capaces de sostener ninguna alcaldía de las que consiguieron en su momento. Bien por peleas entre unos y otras, bien porque no han hecho nada salvo mucha publicidad de memeces que no han servido para cambiar las vidas de las personas. Nada que tenga que ver con lo material, con lo que permite a una persona de la clase trabajadora no verse limitada por su condición de clase. Pero claro hoy hablan de clase trabajadora como si la hubiesen inventado, pero en cuatro años se olvidaron de su existencia. Pero eso sí Manuela Carmena sacó adelante la Operación Chamartín para beneficiar a la clase dominante, así como permitir la gentrificación de numerosos barrios y dejar los obreros olvidados. Podemos sólo ha hecho marketing y distribuir subvenciones a los grupos afines o que podían llegar a ser afines. Porque no les interesan las políticas sociales sino los cargos sin más (aunque en algún sitio pueda haber gente implicada). Si IU Zamora no los quiere ni en pintura y gana sobradamente en su ciudad haciendo políticas de izquierdas por algo será.

Y luego todo el cachondeo interno que tienen con purgas, ascensos y descensos. ¿En qué formación política han visto que se pongan y quiten candidatos o candidatas por ser amante, marido, rollete o ex? En Podemos ha pasado y, en algunos casos, se ha hecho alabanza de ello. Esa imagen muestra que realmente lo que importa no es la gente, ni trabajar con animosidad y dejándose el sueño (nos consta de muchísimas personas), ni tener principios, sino aceptar todo lo que se le ocurra a cinco de la cúpula del partido. La famosa raya de Alfonso Guerra dejaba menos gente fuera que la de la oligarquía podemita. No es Sánchez quien desea destruir Podemos, más allá de la tirria que le haya cogido a Iglesias por humillarle, es que Podemos se destruye solo, sin necesidad de ayuda. Tan grande es el proceso de destrucción que hasta el establishment les está alabando en las últimas semanas para garantizarse que hacen un último servicio, destruir cualquier posibilidad de tener una izquierda racional, sensata y materialista a la izquierda del PSOE. Ahora colocarán a Errejón que está en la izquierda como podría estar en las JONS.

Como sucede en los movimientos carismáticos o en las sectas, los demás son siempre los culpables, los que no llevan la razón, los que se equivocan, los que quieren acabar con quienes portan la verdad. El PSOE, Anticapitalistas, Ramón Espinar e Izquierda Unida (más los errejoners) son todos culpables y malas personas, sólo Podemos puede salvar al mundo. Por cierto, un discurso muy similar a otra secta como es Ciudadanos, también de los que venían a regenerar. Hacen el juego a la clase dominante realmente sin que ello les importe, porque mientras exista espectáculo donde puedan rascar algo o un Ferreras que les dé cuartelillo ya tienen sus egos cubiertos, aunque sea para decir alguna soberana necedad como que “hay cosas que sólo una ministra de Podemos puede hacer”. Es por ese creerse más que nadie por lo que cada vez están más solos que nunca; es por olvidar a la clase trabajadora por lo que se ven incapaces de movilizar; es por ser tan puros, tan puros, que ya ni se les puede tocar y sólo cabe adorarlos o no hacerles caso, y las personas han decidido hacer lo segundo. El partido del deseo capitalista llevado al extremo identitario se autodestruye a la vista de todo el mundo, pero siempre queda mejor echar la culpa a Sánchez, quien seguramente no haya dedicado ni diez minutos a pensar en ellos.

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