La decisión de comprar el Popular por el Santander estaba tomada de antemano. Eso es algo que los lectores de Diario16 conocen. Ya indicamos en este medio cómo el día 23 de mayo se adoptó esa decisión en el Consejo de Administración cuando ya sabían que el Popular iba a ser resuelto porque el día 2 de mayo el BCE ya había iniciado todos los procesos. Esa decisión incorporaba la condición de que sólo se haría con el Popular si éste era intervenido. Esta es, posiblemente, la razón por la que ese mismo día 23 de mayo la JUR realizara con urgencia la primera valoración del banco y que al día siguiente encargara a Deloitte la realización del informe independiente que exige la ley, aunque esa independencia está muy en duda por la posibilidad de que existiera un conflicto de interés con el Santander.

La realidad es que el Santander, además de pretender adquirir al Popular tras la resolución por un precio que oscilaba entre 0 y 200 millones de euros, no las tenía todas consigo de que Europa interviniera a la sexta entidad española y estuvo negociando con altos directivos del Popular, entre los que se encontraba el propio Miguel Ángel Moral, secretario técnico de la entidad. Los representantes del Santander, según confirman fuentes de absoluta solvencia a Diario16, se levantaron de la mesa de negociación el día 3 de junio tras retirar una oferta de más de 3.000 millones que había presentado en la mesa de negociación el día anterior cambiándola por la de 200 millones a 1 euro. Este comportamiento dejó de manifiesto que ya disponían de la información privilegiada de De Guindos, FROB, JUR y BCE. Saracho no movió un dedo para apoyar y defender al Banco Popular ni a su secretario general técnico a quien había utilizado a favor de la estrategia de los que le habían llevado hasta la cúpula del Popular para lo fines ya expuesto en estas páginas en diversas ocasiones. El Santander utilizó estas negociaciones para conseguir más información interna del banco y, una vez que la tuvieron en su poder y supo que al día siguiente se iniciaría el Proyecto Hipócrates, rompió las negociaciones.

Si el Santander ya había decidido un máximo de 200 millones para comprar el Popular, ¿por qué estuvo negociando hasta los días previos por la cantidad arriba indicada? ¿Por qué se levantó de la mesa de negociación? En primer lugar, ese mismo día 3 de junio Elke König convocó a través de un correo electrónico encriptado dirigido a Jaime Ponce Huerta y publicado en Diario16. En esa reunión se puso en marcha el Proyecto Hipócrates por el que se oficializaba la resolución del Popular. Lógicamente, si ya se había decidido que el Popular iba a ser intervenido, el Santander dejó de negociar. En segundo lugar, la propia entidad presidida por Ana Patricia Botín no las tenía todas consigo sobre si la JUR iba a resolver o no teniendo en cuenta que se trataba de un banco solvente y los mecanismos de resolución de entidades bancarias, tal y como reconocieron el propio ex gobernador del Banco de España o el presidente de Deloitte, estaban diseñados para una pérdida de solvencia, no para una crisis de liquidez.

Por otro lado, el propio consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, afirmó que en los casos de resolución se contaban con pocos datos y con poco tiempo. Sin embargo, fue Rodrigo Echenique, vicepresidente de la entidad cántabra y actual presidente del Popular, quien confirmó, en primer lugar, que la operación de compra de la sexta entidad española se llevaba estudiando desde hacía varios años y, en segundo término, que ellos habían tenido acceso a los datos del Popular varios meses antes.

De todos modos, si, según Álvarez, no tuvieron suficiente información y poco tiempo, ¿por qué no actuaron como el BBVA que, por esta misma razón, solicitó más tiempo y que, como no se lo concedieron, se retiró de la puja? Quien haya tenido experiencia en subastas públicas sabrá que siempre se oferta el máximo presupuesto disponible. Entonces, si el Santander, en situación de resolución, disponía de 200 millones, ¿por qué ofertó lo mínimo? ¿Será porque tenían información privilegiada, algo que, de ser así, constituiría la comisión de un presunto delito? Hay ya demasiados antecedentes en este sentido, ya que en las adjudicaciones de otras entidades como el Pastor (las informaciones que recibió el Popular fueron, realmente, una trampa para que se quedara con una entidad que sí que era un zombi) o la CAM (en este caso esos datos paralelos beneficiaron al banco que se hizo con la Caja del Mediterráneo), en las que la información paralela circulaba sin ningún problema. Esto podría ser el juego del Banco de España a la hora de implementar ciertos intereses que finalmente fueron sufragados con dinero público.

En este sentido, la gran mayoría de estos hechos ya fueron publicados por Diario16 a través de la documentación que se entregó a la Audiencia Nacional y que ya obra en poder del juez Andreu.

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