El Caso Banco Popular está dando una serie de vaivenes informativos dependiendo del momento en que se dicen. En las comparecencias de Emilio Saracho y de Rodrigo Echenique interesaba decir que la situación del Popular era muy agónica. Diferentes medios de comunicación han estado lanzando cifras que interesaban claramente al Santander para reforzar la versión oficial de que la entonces sexta entidad financiera de España era un verdadero desastre y que apenas disponía de valor.

Sin embargo, parece que el viento ha cambiado y el mes de agosto es el momento de dar noticias positivas respecto a la operación con el mismo perfil de optimismo que en la presentación que publicó el Santander como Hecho Relevante apenas 23 minutos después de anunciarse que se había comprado por un euro al Popular y arruinado a más de un millón de españolas. Parece ser que, a medida que se va acercando la fecha de la integración total, hay interés en mostrar la operación del Banco Popular como un verdadero éxito. No obstante, parece que los resultados del primer semestre de 2.018 en los que se comprobó que el Santander mejoró el beneficio sólo gracias al descenso de la ratio de morosidad que, evidentemente, tiene como consecuencia una reducción de las provisiones. Este hecho supone que el Santander no está ampliando sus ingresos en el propio negocio del banco.

Por otro lado, la entidad cántabra también necesita dar noticias positivas por la evolución negativa de su valor en bolsa, que ahora está por debajo de 5 euros la acción (4,69 fue el precio con que cerró el día 3 de agosto cuando en junio de 2.017 estaba por encima de 6 euros). Hay que recordar que en mayo del año pasado Barenberg indicó que la entidad cántabra tenía un déficit de capital de 10.000 millones de euros. Estas noticias positivas que se publican ahora son un mensaje claro para el mercado que, probablemente, tenga la intención de mejorar el valor del banco en bolsa.

Aunque se trate de una estrategia para mejorar imagen, la realidad es que la operación del Banco Popular va a reportar más de esos 11.000 millones de beneficio en 2.020. Sólo en referencia a los créditos fiscales el Santander se va a llevar más de 6.000 millones de euros. Respecto a los activos que va a vender o a vendido la cifra se va por encima de los 40.000 millones de euros. Muchos de estos activos provocan, además, un descenso de las ratios de morosidad lo que reduce el volumen de provisiones que, evidentemente, generan un incremento de los resultados. A ello hay que sumar, además, el negocio bancario que genera por sí solo el Popular en sectores en los que tenía presencia el Santander como, por ejemplo, las Pymes.

Según van saliendo los resultados del Santander, nos vamos dando cuenta de que la operación diabólica del Banco Popular es la tabla de salvación de la entidad cántabra. Para ello fue necesario arruinar a más de un millón de seres humanos. Al Santander le está saliendo rentable tanta destrucción. ¿Este es el negocio bancario que España necesita?

 

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