No se asombren sobre el titular, los que realmente se juegan algo en estas elecciones catalanas son los miembros de la clase política. Ni el Estado se encuentra al borde de la quiebra, ni va a haber una revolución republicana, ni los reyes magos van a traer más regalos. El día 22 seguirán los mismos problemas de precariedad laboral, de pobreza, de hospitales colapsados, de asesinatos machistas y… la corrupción del PP. Y, por desgracia, el tema catalán, ese mismo que tiene a la ciudadanía española hasta los mismísimos, seguirá. Si se preguntase sobre la independencia de Cataluña en el resto de España, igual por no seguir aguantando tonterías, fantasías, falseamientos y políticos y políticas que demuestran no tener ni idea de Política, se pediría con extrema urgencia.

Quienes realmente se juegan algo son los partidos, la clase política, y por derivación el establishment que está por encima de ellos. El mismo que los financia, de un lado u otro, y los controla para que parezca que hay progreso pero sólo para sus propios bolsillos. O ¿es que creen que con una victoria de ERC llegará la república socialista a Cataluña y luego al resto de España? No, estarían tan vendidos al establishment como ahora. Que no vendan burras a estas alturas de la Historia.

Junts per Catalunya

Se juegan ser el partido dominante en Cataluña. El seguir teniendo dinero para financiar al evadido, al traidor, al cobarde (como bien le calificó Junqueras) de Carles Puigdemont. Sí, traidor a la causa. Por ejemplo, Eamon de Valera, uno de los padres de la independencia de Irlanda, estuvo preso en diversas ocasiones. Se salvó de la pena de muerte por tener pasaporte norteamericano, pero se la jugó a pie de calle como los demás. Sin embargo, Puigdemont se fue a pasar unas vacaciones “todo pagado” por los mismos que ahora le apoyan, sin arriesgar ni un solo pelo.

JpC se juega perder esa mística del gobierno en el exilio, porque si en el bloque secesionista se apuesta por Junqueras y Rovira, quedará claro que el pueblo nacionalista catalán está con los que de verdad se mojan y se pringan en favor del procès. Por tanto, sin ser presidente, como no quieren los demás, Puigdemont no será más que un prófugo de la justicia y un traidor a Cataluña. Y, unos cuantos, con cuentas pendientes por la corrupción institucionalizada del 3%, como Artur Más. Que esto es algo que siempre tiende a olvidarse.

ERC

Según los sondeos aparecen como los posibles ganadores de las elecciones. Lo que les puede suponer, también, el dominio dentro del nacionalismo catalán. Volver a los tiempos en los que Esquerra era la fuerza independentista por antonomasia. Una fuerza que daría un giro hacia la izquierda al propio proceso independentista. Si no hay posibilidad de hacer gobierno con ellos, siempre podrán estar en la oposición como mayoría secesionista. Y eso, en términos mediáticos, es mandar a los convergentes y Puigdemont a los libros de historia reciente.

De poder formar gobierno, ERC sería quien dirigiese todo el procès en la vía que ahora se decida tomar. Serían los verdaderos promotores de la Cataluña independiente, además, con una postura de izquierdas si decidiesen utilizarla y no esconderse. También comenzarían a llevarse todas las críticas de esa fantasía que han creado y cuya violencia (y se habla de la propia) se volcaría contra ellos.

PP

Se juega su futuro en España. Si se quedan, incluso, sin grupo parlamentario, Ciudadanos puede llegar superarles a nivel estatal. Eso se temen en Génova y Moncloa. Tanto como para que estén lanzando las sondas sobre la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría para la alcaldía de Madrid. ¡Con lo que se lo viene trabajando Pablo Casado! Recuerdan aquello de las ratas y los barcos, pues algo por el estilo. El PP se juega su futuro a nivel estatal porque ya poco o nada podría tapar sus corruptelas frente al poder naranja en la derecha. Es más, el daño ya está hecho, y como aquí se contó el establishment ya ha apostado por Ciudadanos.

  1. Rajoy, pese a que él no quiera, también se juega su puesto (al menos a nivel interno en el partido, que es por donde comienzan las fisuras) porque después de haber aplicado el 155, se lleva los golpes y no las loas. Claro que tuvo que contar con la ayuda de Felipe de Borbón, en un lamentable comunicado de televisión, para salvar la cara frente a la sociedad española. Esa petrificación que sufrió, viene sufriendo mejor dicho, Rajoy con el conflicto catalán, ahora se ve agrandada por la respuesta de la ciudadanía catalana. El PP se juega el futuro, incluso, como partido.

PSC

La verdad que el PSC casi puede salir vencedor si los resultados no son malos. Siendo cuarta fuerza política y cercano a los otros, y si fuese tercera fuerza para qué decir más, ya supone una victoria para los socialistas catalanes. No tanto por la imagen de cuarta fuerza, sino por ser los primeros de quienes luchan por acabar con la división social, y ser la segunda preferencia de la mayoría de la población. Y lo mejor de todo, es que la mano dura que pedían desde el sur (que acabarán tragándose sus propias palabras) se ha visto como contraproducente para los intereses generales del PSOE. Pedro Sánchez sale ganando con Miquel Iceta y su búsqueda de la concordia.

CeCP

Posiblemente los derrotados que, paradójicamente, se van a situar en mitad de la resolución del conflicto. Quiere Domènech hacer un Iceta, pero ya se le adelantó y tiene más credibilidad el socialista. Así que su posición, si sabe abandonar las constantes ambigüedades de Colau y su risa falsa, será determinante, aunque con el golpe sufrido, la recuperación será muy dura, si se produce. Tendrán mucho que decir si, en el eje derecha-izquierda de las políticas públicas, hay giro a la izquierda. Y también serán un parapeto, junto al PSC, frente al nacionalismo españolista.

Sus coaligados de Podemos ya han sufrido el varapalo, pero desde que comenzó el propio procès. La división interna respecto a la táctica y la imagen de querer meterse en todos los charcos de Iglesias hacen más daño del que se piensan en Andalucía o Madrid. Representativamente hablando no son tanto la ambigüedad como Colau, pero sí que son vistos como independentistas camuflados. El error de no apostar por el pueblo y apostar por las banderas va a ser contraproducente para las siguientes elecciones. En Castilla, por ejemplo, difícilmente comprenden ciertas posturas.

Ciudadanos.

No se juegan nada. Ya han ganado dentro de la derecha española. Se les puede quedar cara de circunstancias según sean los resultados. Pero la coalición dominante española se ha volcado con ellos ya. Son el partido de Aznar, de los lobbies estadounidenses, de los medios de la derecha, de los empresarios y de las personas de derechas de los núcleos urbanos. Aunque ese viraje a la derecha españolista ya no les permitirá aprovechar el cuñadismo ideológico del que hacen gala.

CUP.

A estas personas les da lo mismo lo que pase hoy, salvo la proclamación de una república socialista y feminista. Con sacar 5-6 escaños les valdría.

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