Señor Luis de Guindos, el pasado martes usted compareció en el Congreso de los Diputados, en concreto en la sala Ernest Lluch, en el marco de la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera. ¿Sabe usted quién fue Ernest Lluch? Seguramente sí sabrá quién fue, pero no lo que representó su figura. Lluch fue un político amigo que asesinó ETA por ser ético y transparente, un ciudadano de verdad por su honestidad, por su heroicidad y su coherencia con sus ideas y pensamientos. Por esto fue asesinado, por ser coherente y ético ya que jamás se puso al servicio de dictadores públicos y privados, sino todo lo contrario, por ponerse al servicio pleno del pueblo. Colección Libertad, junto a Jesús Eguiguren como algunos títulos como Sueños de Libertad, Los últimos spañoles sin patria y sin libertad,

El mejor título que he conseguido en mi vida fue que en Euskadi me apodaran el «Ernest Lluch del sur». Durante diez años tuve asignada escolta del Ministerio del Interior. Mis amigos en Euskadi eran y son Eguiguren, de Odón Elorza y de otras muchas personas que lucharon y luchan por la libertad y la paz del pueblo vasco. Fue un verdadero orgullo para mí fundar Aldaketa Hamasei. ¿Le suena esta publicación, su función y la importancia que tuvo en Euskadi? También fue un orgullo fundar, junto a Jesús Eguiguren, la Colección Libertad donde se publicaron libros como Sueños de Libertad; Los últimos españoles sin patria (y sin libertad); Zapatero: sombras y luces hasta la Moncloa o La crisis vasca, entre la ruptura y el diálogo. También me siento orgulloso de haber estado incluido en las listas electorales del PSOE como independiente en las elecciones municipales de 2.007 en la localidad de Mondragón. La «Lista de los Locos» la llamaron porque, no sé si recordará o sabrá de la situación de esta laboriosa y comprometida ciudad en aquellos años. Mi amigo Isaías Carrasco, uno de los últimos asesinados por ETA, también estaba en esa lista.

Señor De Guindos, le cuento todo esto para decirle a usted y a sus amigos y amigas que mi mejor aval, como afirmaba mi gran amigo José Francisco Peña Gómez, «ni me doblo, ni me doblan».

Vuelvo a su comparecencia en el Congreso. En medio de otros asuntos que le plantearon los diputados de todos los grupos parlamentarios, no podían faltar referencias a lo ocurrido con el Banco Popular, un banco que usted pasó de definir como solvente a «banco zombi», un banco que, tras cumplir todos los requerimientos de capital en el mes de marzo y superar los test de estrés del Banco Central Europeo, fue intervenido. No contestó a todas las preguntas que sobre el tema le plantearon sus señorías, sólo las que le interesó responder porque, en realidad, eran las que no le implicaban directamente en la operación de rescate del Banco de Santander. Incluso llegó a afirmar que los diputados le estaban sobrevalorando por pensar que él podía influenciar en la decisión de una entidad como la que preside su amiga Ana Patricia Botín. Con esta actitud de inferioridad lo que está demostrando que hay cierto tipo de sometimiento a la presidenta de una entidad porque usted tiene el control del Banco de España y de la CNMV que son los que deben controlar a esas entidades. Usted está por encima de cualquier presidente de cualquier banco, incluida la señora Botín. ¿Es que se siente usted ante Botín su súbdito? Señor De Guindos, usted es el ministro de Economía de un país democrático, es decir, que su poder emana del pueblo, no de los poderes financieros privados. Realmente los representantes del pueblo español lo que le estaban preguntando sobre sus reuniones en Dresde y Chantilly con la presidenta del Santander y otras que mantuvo otros altos directivos o consejeros del banco cántabro. Tampoco contestó sobre las ofertas de Barclays y Deutsche Bank para ampliar capital por un valor conjunto de 8.000 millones de euros.

Rafael Mayoral, diputado de Unidos Podemos, le regaló tras la comparecencia mi libro Banco Popular. Una Operación Diabólica. Casualmente el martes era el día de su cumpleaños. Ahora que ya dispone del libro, léalo y entérese todo lo que ocurrió, aunque posiblemente, señor De Guindos, nada de lo que hay escrito en esas páginas le va a sorprender puesto que estaba al tanto de lo que ahí se cuenta. Ya le adelanto que en los próximos meses será publicada la segunda parte, y en esta entrega usted va a tener un protagonismo especial porque difundiremos las causas por las que el Santander le reclamó facturas pasadas, facturas que tienen su origen en su etapa de Lehman Brothers y en la gestión del rescate en el año 2.012. No le adelanto más, pero sabe perfectamente a lo que me refiero.

¿Recuerda la frase «Algún día…, y puede que ese día nunca llegue, acudiré, tendrás que servirme…, pero hasta entonces…, acepta mi ayuda»? Ese día llegó y tuvo que servir, de manera directa, de manera indirecta, y usted sabe, como yo lo sé, de su implicación pero tenga en cuenta una cosa: la intervención del Popular puede que no tuviera coste para las arcas públicas —algo que es muy discutible teniendo en cuenta los DTA que cobrará el Santander a costa del Popular— pero el rescate del banco presidido por Ana Patricia Botín se hizo a costa de la ruina de más de 305.000 familias, la gran mayoría de ellos pensionistas, trabajadores autónomos, pequeños empresarios y empleados de la propia entidad. ¿Su deuda ha quedado saldada? Por el bien de todos los españoles, esperemos que su fiador haya quedado satisfecho, aunque todo parece indicar que no es así y que ahora ha puesto su punto de mira financiero en una entidad catalana.

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