Marina Álvarez, consejera de salud Salud de la Junta de Andalucía, ha avanzado que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) incorporará antes de final de año 210 nuevas plazas de enfermería para reforzar la Atención Primaria: 105 plazas para equilibrar cupos existentes y 105 para desdoblar los cupos más sobrecargados. A estas plazas se sumarán otras de medicina de familia, pediatría, matronas y trabajo social.

El crecimiento de la plantilla de los centros de salud y consultorios seguirá produciéndose en los próximos dos años con otras mil contrataciones. Álvarez ha señalado que es fundamental contar con una «dotación adecuada», por lo que se ha realizado una planificación exhaustiva de recursos para los próximos años. Igualmente, ha resaltado que la ampliación de recursos humanos complementa las medidas que ya están en marcha para mejorar la estabilidad de los profesionales, «cuestión fundamental para garantizar una relación de calidad entre el equipo asistencial y la población asignada, basada en la confianza que se genera con el tiempo». Entre ellas, cabe destacar las Ofertas de Empleo Público con más de 10.200 plazas, el proceso de interinización con más de 15.000 profesionales o el incentivo a la dedicación en zonas especiales.

Trabajo en equipo

Dentro de la Estrategia de Renovación de Atención Primaria, la consejera ha destacado la recuperación del equipo básico de Atención Primaria como unidad de referencia que permite que cada persona tenga atención médica y enfermera personalizada y una gestión compartida de la atención, que la hace más efectiva y eficiente. El SAS ya ha adaptado los sistemas, que ahora permiten obtener cita para enfermería por los mismos medios utilizados para las citas médicas.

Por otra parte, Álvarez ha manifestado que «es clave avanzar en un modelo de gestión compartida de la atención, centrada en la persona y su contexto, para aumentar la capacidad de resolución global del equipo, tanto en el centro como en el domicilio, en situaciones agudas y crónicas». Así, se van a redistribuir las responsabilidades al interior del equipo, en función de las competencias de sus miembros, reorganizando los procesos asistenciales de manera que se primen las actividades de alto valor, como el autocuidado, y diversificando los modos de intervención, para fortalecer la comunidad y el domicilio como espacios activos de atención y cuidados.

En esta línea, la consejera ha destacado que uno de los proyectos más importantes es el trabajo en equipos funcionales multidisciplinares para la atención a pacientes crónicos complejos que «garantizan la continuidad y un apoyo completo en el domicilio cuando es necesario». A día de hoy, más de 10.000 personas tienen ya su plan personalizado de atención, ajustado a sus necesidades y a su propio contexto; y otros 7.000 están en elaboración.

 

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