Susana Díaz tuvo ayer el día de pedigüeña (en el buen sentido entiéndase) y solicito al Gobierno de España de todo. De todo lo que le interesa a Díaz quien ve cada día que pasa que las ayudas del Estado y de la Unión Europea se acaban y vendrá el pánico para mantener la estructura administrativa y de reparto de ayudas que tan bien le ha funcionado en los últimos 32 años al gobierno regional. Además del peligro público en que se está convirtiendo el campo de Gibraltar o el poniente de Almería.

Lo primero que ha pedido, pese a que a Juan Ignacio Zoido no le guste, es la Junta de Seguridad. «Todas las personas tienen derecho a la seguridad», ha recalcado la presidenta, que ha hecho hincapié en que la «inmensa mayoría de la población del Campo de Gibraltar son gente honesta y trabajadora, que quieren sacar a sus familias adelante y tienen todo el derecho a sentirse seguras y a desarrollar su proyecto de vida y trabajar y vivir con normalidad». Por ello, «los medios son urgentes, hay que incrementarlos y restablecer la autoridad».

Segundo, la presidenta de la Junta de Andalucía ha solicitado, de nuevo, la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) «cuanto antes» para «poner sobre la mesa» la propuesta del Gobierno en torno a la financiación autonómica, cumpliendo el compromiso que adquirió el presidente del Gobierno, M. Rajoy, de reunir este órgano en el mes de mayo. Algo que, según parece, no entra dentro de los cálculos del dirigente popular, agobiado por una actualidad política que muestra las lagunas dirigentes del Gobierno español.

Díaz ha considerado que el ministro de Hacienda «no tiene excusas» para no convocar el CPFF, porque ahora «es el momento, aunque sea tarde», puesto que el actual sistema de financiación autonómica lleva años caducado y porque ya ha pasado más de un año de la Conferencia de Presidentes autonómicos en la que el Ejecutivo se comprometió a que «tendríamos el modelo en 2017». «Cuando se está hablando de los derechos de las personas, como la educación, la sanidad, la dependencia, las ayudas a los autónomos, o a la cultura, no caben más trucos ni dilaciones», ha reiterado la presidenta andaluza.

Tercero, Díaz ha pedido al Gobierno, ya les advertimos que tenía el día pedigüeña, contundencia en la defensa de los dineros de la Política Agraria Común de la Unión Europea. A juicio de la presidenta, «la CE tiene que ser consciente de la importancia de las ayudas del marco de la PAC 2021-2027 para miles de familias en Andalucía y en toda Europa». Por ello, ha instado a M. Rajoy a «redoblar esfuerzos» para que no haya «ni un euro menos en los fondos» de la PAC. «Si los países tienen que aumentar su aportación, tendrán que aumentarla» ha amenazado a la Unión Europea. Pues menuda es ella cuando se pone. Ya tumbó a un secretario general, así que si va por Bruselas acaba con lo que haga falta.

Hay que tener en cuenta que el tema de la despoblación del campo está detrás de esta preocupación, no el posible reparto y así mantener el “chiringuito” como venden algunos medios de la derecha andaluza: “Gracias a la PAC los pequeños y medianos productores, que son los que más me preocupan, han podido fijar la población al territorio, sacar a sus familias adelante y montar empresas y cooperativas que han invertido mucho en estos años en I+D+i”. Díaz ha advertido de que «ahora mismo nos estamos enfrentando a un horizonte de recortes en esos fondos y creo que tanto el Gobierno de España como la UE tienen que replantear esta situación».

En el gobierno de España, como es de esperar, harán caso omiso de estas peticiones, salvo, igual, tal vez, en el caso del campo de Gibraltar. Plegados a lo que diga Merkel y demás lobbies europeos, no se espera ninguna queja de M. Rajoy ante la Unión Europea. Toda vez que el Parlamento Europeo ya ha aprobado la reducción del 16% de los fondos para la Política Agraria Común. Y, tal como reconoce de manera institucional Díaz, si allí está la soberanía europea, habrá que aceptarla. Deberá el gobierno de la Junta de Andalucía ir pensando cómo cambalachear esas ayudas para seguir dotando al campo andaluz de suficientes recursos después de 32 años de euros invertidos año tras año. Y claro enfrentarse a Donald Trump por la aceituna negra menos.

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